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.𖥔 ݁ ˖✧˖°.✶₊ ⊹ ⋆˚☆˖° Victoria estaba nerviosa. No solía sentirse así, pero algo dentro de ella la mantenía en tensión desde hacía días. Aunque intentaba no darle mucha importancia, esos cambios en su cuerpo, las náuseas matutinas y el cansancio constante la hacían sospechar desde el embarazo anterior cuál perdió al bebé eran los mismos antojos y nauseas, pero Victoria no quiso adelantarse. Prefería estar segura.
Un día, después de dejar a Iván en la escuela, fue a la farmacia y compró una prueba de embarazo. De vuelta a casa, esperó a que Feli saliera a hacer unos recados para estar sola. Se sentó en el borde de la bañera mientras esperaba los resultados, tamborileando con los dedos sobre sus rodillas. El corazón le latía rápido.
Cuando la prueba finalmente mostró dos líneas, la emoción la invadió. No lo podía creer: ¡estaba embarazada otra vez! Una mezcla de alivio y alegría recorrió su cuerpo. Rápidamente, Victoria comenzó a imaginar cómo le diría a Feli y a su hijo Iván la noticia. Quería que fuera especial.
Esa tarde, cuando Feli volvió a casa, notó que Victoria estaba un poco más animada de lo normal.
—¿Todo bien, mi amor? —preguntó Feli, arqueando una ceja con curiosidad mientras dejaba las bolsas de la compra en la cocina.
Victoria se mordió el labio, tratando de contener la emoción, pero no pudo resistirse.
—Tengo algo que contarte —dijo, entrelazando sus manos detrás de la espalda y acercándose lentamente.
Feli la miró intrigada, dejando lo que estaba haciendo para enfocarse por completo en ella.
—¿Qué pasa? ¿Qué me estás ocultando, Vic? —preguntó con una sonrisa.
Victoria sacó una pequeña cajita de su bolsillo y se la entregó a Feli.
—Ábrelo.
Feli frunció el ceño, pero al abrir la caja y encontrar dentro la prueba de embarazo positiva, sus ojos se abrieron como platos.
—¡Vic! —gritó emocionada, cubriéndose la boca con una mano antes de lanzarse a abrazarla—. ¿Estás embarazada? ¿De verdad?
Victoria asintió, sus ojos brillando de emoción.
—Sí, Feli... ¡vamos a tener otro bebé!
Las dos se quedaron abrazadas por un buen rato, Feli sin poder contener sus lágrimas de felicidad. Sabía lo mucho que Victoria había deseado ser madre otra vez, y después de todo lo que habían pasado con los abortos, esta noticia era un sueño hecho realidad.
