。˚ ༘ NUNCA PASO NADA ༘ 。˚

404 37 3
                                    

𓍢ִ໋🌷͙֒✧˚ ༘ ⋆。˚♡

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

𓍢ִ໋🌷͙֒✧˚ ༘ ⋆。˚♡

𓍢ִ໋🌷͙֒✧˚ ༘ ⋆。˚♡

𓍢ִ໋🌷͙֒✧˚ ༘ ⋆。˚♡

𓍢ִ໋🌷͙֒✧˚ ༘ ⋆。˚♡

𓍢ִ໋🌷͙֒✧˚ ༘ ⋆。˚♡

𓍢ִ໋🌷͙֒✧˚ ༘ ⋆。˚♡

𓍢ִ໋🌷͙֒✧˚ ༘ ⋆。˚♡

𓍢ִ໋🌷͙֒✧˚ ༘ ⋆。˚♡

El salón estaba lleno de luces vibrantes y música pulsante. Sin embargo, todo eso parecía perder importancia para Victoria, quien observaba con la mirada perdida mientras la fiesta seguía su curso a su alrededor. Desde que terminó con Feli, las noches como esta eran monótonas, vacías de cualquier emoción verdadera. Había decidido que el amor no era para ella. No después de lo que había pasado. No después de la traición.

—¿Vic, estás bien? —preguntó Valeria, su amiga de toda la vida, notando su distanciamiento.

—Sí, estoy bien —respondió Victoria con una sonrisa forzada. Aun cuando trataba de parecer despreocupada, había una parte de ella que nunca pudo dejar ir lo que pasó con Feli. Esa herida seguía abierta, y ella sabía que probablemente no sanaría nunca.

Valeria estaba a punto de insistir cuando, de repente, su expresión cambió. Se tensó y sus ojos se clavaron en algo más allá de Victoria.

—Vic... no te asustes, pero... —comenzó Valeria, su voz bajando de tono.

Victoria se giró antes de que pudiera terminar la frase, y su corazón dio un vuelco. Feli estaba ahí, entre la multitud. Su cabello ligeramente desordenado, esa sonrisa que una vez iluminaba sus días, y sus ojos... esos ojos que ahora la llenaban de sentimientos contradictorios.

El aire pareció volverse más denso. El tiempo se detuvo entre ellas, como si el pasado se hubiera materializado en ese mismo instante. Feli la vio también, y aunque ninguna de las dos dijo una palabra, la conexión entre ellas seguía siendo innegable. El dolor, la rabia, pero también la nostalgia y el amor que nunca se apagó.

—¿Quieres irnos? —preguntó Valeria con cautela, poniendo una mano en el brazo de Victoria.

Victoria quería decir que sí. Quería salir corriendo, lejos de Feli y todo lo que ella representaba. Pero sus piernas no se movieron. Algo la mantenía ahí, como si tuviera una necesidad inconsciente de enfrentar esa situación.

—No, me quedaré un poco más —contestó, sintiendo cómo su voz temblaba.

Feli, después de unos segundos, comenzó a caminar hacia ella. Cada paso que daba aumentaba el nudo en el estómago de Victoria. No estaba preparada para esto. No después de todo lo que había pasado.

Cuando finalmente estuvo frente a ella, Feli habló, con esa voz suave que tanto la había marcado.

—Hola, Vic.

One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora