⁂ APUESTA PERDIDA ⁂

390 51 3
                                    

Era otro día en la escuela, y Feli estaba caminando por los pasillos con una sonrisa en los labios, pensando en lo bien que había ido su cita con Victoria la noche anterior

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Era otro día en la escuela, y Feli estaba caminando por los pasillos con una sonrisa en los labios, pensando en lo bien que había ido su cita con Victoria la noche anterior. Sentía que cada vez se entendían más, que todo lo que compartían era real y verdadero. Sin embargo, había algo en el aire que Feli no lograba captar, algo que pronto cambiaría todo.

Feli había quedado con Victoria después de clases. La había estado esperando en su casillero como siempre, pero la tarde parecía alargarse más de lo normal. Finalmente, cuando el timbre sonó, Feli decidió ir a buscarla. Pero al pasar cerca de las escaleras, escuchó risas, murmullos, y algo en la conversación la detuvo en seco.

Escuchó un grupo de chicos riendo, y una voz que no pudo identificar de inmediato, pero que pronto reconoció como la de una chica que estaba en el grupo de amigos de Victoria.

— No puede ser, la tiene completamente engatusada. — la voz resonó entre las otras, y Feli se quedó quieta, tratando de no hacer ruido.

La conversación seguía de forma casual, como si estuvieran hablando de algo sin importancia. Pero a medida que Feli escuchaba, el dolor comenzó a formarse en su pecho.

— Es increíble cómo se cree que esto es algo real. Lo único que tiene que hacer es conquistarla y se lleva la apuesta. — dijo otro chico.

Feli tragó saliva. No podía creer lo que estaba escuchando. *¿Una apuesta?*

— Solo tiene que enamorarla, y luego... bueno, lo último sería quitarle la virginidad. Eso es lo que va a cerrar la apuesta. — dijo la misma chica, riendo con tono burlón.

El aire se le escapó de los pulmones a Feli. Su corazón comenzó a latir con fuerza, y sus manos temblaban ligeramente. *¿Eso es lo que pensaban de ella? ¿Una simple apuesta?* No pudo soportar más escuchar, así que dio un paso atrás, alejándose sin hacer ruido.

No quería que nadie supiera que había oído todo. No quería que los chicos notaran su presencia. *No, no podía ser*, pensó mientras se alejaba rápidamente. Todo lo que había creído era una mentira.

Esa tarde, cuando Victoria finalmente la encontró en el pasillo, Feli la ignoró completamente. Victoria la llamó varias veces, pero Feli no se dio la vuelta. Solo aceleró el paso y se fue, evitando cualquier tipo de contacto visual o verbal.

Al día siguiente, en la escuela, Victoria no entendía qué había pasado. Nunca imaginó que Feli la ignoraría de esa manera. Había intentado hablar con ella durante todo el día, pero Feli se mantenía distante, no respondía a sus mensajes, ni a sus gestos. La confusión y el dolor comenzaron a invadir a Victoria, pero no entendía qué había hecho mal. No sabía que todo lo que ella pensaba que era real, Feli lo había descubierto como una cruel mentira.

Feli regresó a su casa, el corazón roto y lleno de rabia. No quería seguir en esa ciudad, en esa escuela, con esas personas. Ya no podía soportarlo. La mentira de Victoria la había desgarrado por dentro. Necesitaba irse.

Esa noche, cuando ya era tarde y la casa estaba en silencio, Feli comenzó a sacar maletas del armario. Estaba decidida a irse. No quería más de todo eso. No quería estar en el mismo lugar que Victoria. No quería estar en la misma ciudad que una mentira tan grande.

Fue en ese momento cuando Victoria apareció en la puerta de su cuarto. Feli no la miró, solo siguió empacando sus cosas con furia, sin dejar de hacer ruido.

— Feli, ¿qué haces? — la voz de Victoria era suave, pero cargada de preocupación.

Feli continuó empacando, evitando mirarla. Las palabras se acumulaban en su garganta, pero no quería gritar. No quería perder el control. Finalmente, después de unos segundos de silencio, se dio la vuelta y la miró a los ojos. La mirada de Victoria estaba llena de confusión, pero Feli ya no podía seguir en silencio.

— ¿Sabes qué es lo peor de todo esto, Victoria? — dijo Feli, su voz temblando de ira y tristeza. — Lo peor es que me hiciste creer que todo lo que compartíamos era real. Que lo que sentíamos era algo verdadero. Y yo... yo te creí. Pero ahora me doy cuenta de que solo era una apuesta. Una apuesta para ver quién lograba enamorarme primero. ¿De verdad creías que era tan fácil?

Victoria abrió la boca para responder, pero Feli levantó la mano para detenerla.

— No, no quiero escuchar nada más de ti. — Feli respiró profundamente. — ¿Sabes lo que más me duele? Que mientras yo estaba enamorada de ti, tú solo me veías como un trofeo. Como un premio que ganar. Me siento tan estúpida, tan... ingenua. —

Victoria dio un paso hacia Feli, pero ella dio un paso atrás, alejándose de ella. Feli no quería más explicaciones. No quería que le dijeran que la iban a "cambiar" por algo mejor. Ya no quería seguir jugando ese juego.

— Me voy, Victoria. Me voy de aquí, de esta escuela, de esta ciudad, de todo lo que me recuerda lo que tú me hiciste. — Feli terminó de meter una camisa en la maleta y la cerró con fuerza. — Que tengas suerte con tu apuesta. Pero yo ya no soy parte de tu juego. —

Victoria se quedó allí, mirándola, completamente desconcertada. No sabía qué más decir, no sabía cómo arreglarlo. Solo podía ver cómo Feli salía de la habitación sin mirar atrás.

Pero antes de que Feli pudiera salir del cuarto, la voz de Victoria se oyó, quebrada:

— Feli, por favor... no te vayas...

Feli se detuvo en seco, su respiración agitada, y se dio la vuelta para enfrentarse a Victoria, pero sus ojos ya no mostraban amor. Ahora todo lo que sentía era rabia y decepción.

— Y para tu información, virgen no soy, Victoria. Lo perdí en una violación. — Feli dejó las palabras caer como un golpe seco, mirando a Victoria directamente a los ojos. — Así que no te equivoques, no soy una chica fácil que solo puedes conquistar para ganar una apuesta. No soy un trofeo. —

Victoria palideció. No sabía cómo responder a eso. Las palabras de Feli la golpearon con más fuerza de lo que ella había imaginado. Feli no le dio tiempo a reaccionar. Tomó su maleta y salió de la habitación, sin mirar atrás, sin dejar espacio para excusas ni arrepentimientos.

Victoria, sola en la habitación, quedó paralizada, sin palabras, sin aliento. Todo lo que había creído que sabía sobre Feli se desmoronaba en ese momento.

Espero les guste gracias a la nena q me dio la idea saliendo de la escuela(3:30)o más tarde subo más🫶🏻

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Espero les guste gracias a la nena q me dio la idea saliendo de la escuela(3:30)o más tarde subo más🫶🏻

One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora