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La tarde estaba tranquila en la casa de Mauro, Mariana y Feli. La luz del sol entraba tímidamente por las ventanas, mientras Feli,descansaba en su habitación. A pesar de los tiempos difíciles por los que había pasado, Feli encontraba un poco de paz en esos momentos en los que estaba sola, aunque la ansiedad siempre estaba al acecho, dispuesta a arrebatarle cualquier sensación de calma.
Sus hermanos, Mauro y Mariana, siempre la cuidaban, especialmente después de todo lo que había vivido:
intentos de suicidio, cortes en sus brazos que dejaban cicatrices como un testigo silencioso de su dolor, y constantes ataques de ansiedad que la asaltaban con lo más mínimo. Aunque el apoyo de ellos siempre estaba presente, Feli se sentía vulnerable, especialmente cuando se trataba de su mayor secreto:
estaba profundamente enamorada de Victoria.
Ese día, Victoria había decidido visitar la casa, y cuando Feli escuchó su voz desde el salón, salió corriendo de su habitación con una sonrisa en el rostro. Al verla, su corazón latía con fuerza. Pero cuando Feli notó que Victoria no estaba sola, algo dentro de ella se detuvo. A su lado había una chica que nunca había visto antes. Con el corazón acelerado, Feli preguntó:
— ¿Quién es ella?
Victoria, un poco incómoda, le pidió que se sentara junto con Mariana y Mauro. Después de unos minutos, todos estaban en el salón, esperando que Victoria hablara.
— Les quiero presentar a alguien especial —dijo Victoria, con una sonrisa nerviosa—. Ella es mi novia.
El ambiente en la casa estaba cargado de emociones contenidas, un silencio incómodo llenaba el lugar tras la noticia que Victoria había soltado. Estaban todos sentados en la sala: Mauro, Mariana, Feli, y por supuesto, Victoria, que acababa de presentar a la chica a su lado como su novia. Feli sintió como si el mundo se derrumbara a su alrededor al escuchar esas palabras. El corazón le palpitaba con fuerza y un nudo se formó en su garganta.
—Me alegro por ti, Victoria... de verdad... —Feli intentó sonreír, pero fue una sonrisa vacía, tan rota como ella se sentía en ese momento—. Yo... no me siento muy bien. Creo que es por mi periodo... Voy a mi cuarto, necesito descansar.