⛈️BAJO LA TORMENTA ⛈️

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La noche había comenzado con expectativas de felicidad y risas

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La noche había comenzado con expectativas de felicidad y risas. Los amigos de Feli habían planeado aquella cena para celebrar su cumpleaños, tratando de recordarle lo querida que era, pero todo se había ido desmoronando desde el momento en que Jema llegó.

Durante la cena, Jema no perdió la oportunidad de atacar a Feli con sus comentarios malintencionados, y esta vez, lo hacía con una crueldad que todos en la mesa notaron. Feli intentaba aguantar, sonreír y pretender que nada de eso la afectaba, pero por dentro estaba rota.

—¿Así que este vestido es tu gran elección para tu cumpleaños? —Jema soltó una carcajada falsa—. Creo que cualquier otra persona hubiera optado por algo que, no sé, le quedara mejor.

Feli sintió una punzada en el corazón, y al ver que Victoria solo sonreía de manera incómoda, sintió que algo se rompía dentro de ella.

—Jema, por favor, no es el momento —susurró Mauro desde el otro lado de la mesa, visiblemente incómodo.

Pero Jema solo bufó y miró a Feli con desprecio.

—¿Qué? Solo digo lo que todos piensan. No sé cómo te soportan, Feli. Es tan triste verte así, siempre intentando encajar.

Feli miró a su plato, tragando con fuerza para no romper en llanto frente a todos. Durante meses había soportado esos comentarios, esas miradas de desdén, y cada noche, para poder dormir, tomaba sus antidepresivos, tratando de ahogar el dolor que sentía. Aquella noche, en su cumpleaños, había decidido que no dejaría que Jema le arruinara el día. Pero después de semanas de aguantar, no pudo más.

—¿Sabes, Jema? Ya me tienes harta —dijo Feli, levantándose de la mesa, con las manos temblorosas y la voz entrecortada—. Todo este tiempo he soportado tus insultos, tus comentarios sobre mi apariencia, tus bromas crueles... ¡Pero hoy ya no más!

Los demás en la mesa observaron en silencio, sorprendidos y preocupados. Jema la miró, alzando una ceja, y soltó una risa irónica.

—¿Y qué vas a hacer, Feli? —preguntó con burla—. ¿Golpearme? Sería interesante ver a alguien como tú siquiera intentar algo.

Feli, sintiéndose humillada y desgarrada, se acercó a Jema con la intención de confrontarla. Pero antes de que pudiera hacer nada, sintió una fuerte bofetada en el rostro. Al girarse, con los ojos llenos de sorpresa y dolor, vio a Victoria, que la miraba con expresión dura.

—¡No vuelvas a intentar eso, Feli! —dijo Victoria, levantando la voz. La decepción en su mirada era evidente, pero Feli solo sentía traición y dolor.

La bofetada de Victoria resonó en el aire, y todos en la mesa quedaron paralizados. Fue entonces cuando Mariana se levantó, su rostro mostrando una mezcla de furia y protección hacia su amiga.

—Victoria, ¿qué te pasa? —exclamó, poniéndose entre ambas—. No vuelvas a tocar a Feli así, ¡¿me escuchaste?! No puedo creer que le hicieras esto.

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