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Feli siempre había sido de esas personas que preferían las reuniones pequeñas a las fiestas grandes, pero esa noche había hecho una excepción. Sus amigos insistieron tanto que finalmente aceptó ir a la fiesta en un club de moda. El ambiente era caótico y la música retumbaba, llenando cada rincón del lugar. Justo cuando Feli estaba empezando a arrepentirse de haber ido, la música cambió, y todo el mundo empezó a gritar. En el escenario, apareció una chica con un estilo inconfundible: Young Miko, la artista de la noche.
Victoria subió al escenario con una energía magnética que hizo que todos la miraran. Desde el primer momento en que empezó a cantar, capturó la atención de Feli. Se movía con confianza, sus ojos brillaban bajo las luces, y su voz tenía un ritmo que hacía que todo el mundo quisiera bailar. Feli no pudo quitarle los ojos de encima. Había algo en Victoria que la atraía como un imán.
Después de su presentación, Victoria bajó del escenario y se unió a la multitud. Feli seguía mirándola desde lejos, intentando convencerse de que no era buena idea acercarse. Pero el destino tenía otros planes. Victoria, como si hubiera sentido su mirada, giró la cabeza y sus ojos se encontraron con los de Feli. Una sonrisa juguetona se dibujó en el rostro de la cantante.
Feli sintió su corazón acelerarse cuando Victoria se acercó.
—Hola —dijo Victoria con esa voz ronca que aún resonaba en la mente de Feli—. ¿Te gusta lo que viste?
Feli tragó saliva, intentando encontrar palabras.
—Sí... fue increíble.
—¿Bailas? —preguntó Victoria, acercándose un poco más.
Feli asintió, sintiendo cómo las manos de Victoria se posaban en su cintura, guiándola hacia la pista de baile. La música cambió a un ritmo más lento, y Victoria la sostuvo con firmeza, marcando el compás con sus movimientos.
—¿Cómo te llamas? —preguntó Victoria mientras se movían al ritmo de la música.
—Feli —respondió ella, mirando a Victoria a los ojos.
—Feli, qué nombre bonito. Yo soy Victoria, pero mis amigos me llaman Vic. ¿Qué te trae por aquí esta noche?
—Mis amigos me arrastraron. Normalmente prefiero eventos más tranquilos, pero estoy contenta de haber venido —dijo Feli, sonriendo.
