SALIR DEL CLOSET🏳️‍🌈

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(Me esforcé en la portada y Feli tiene 24 y miko 27 ignoren la edad de cuando tuvieron a la niña gracias)

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(Me esforcé en la portada y Feli tiene 24 y miko 27 ignoren la edad de cuando tuvieron a la niña gracias)

🌈ʟᴏᴠᴇ ɪꜱ ʟᴏᴠᴇ🌈

🌈ʟᴏᴠᴇ ɪꜱ ʟᴏᴠᴇ🌈

🌈ʟᴏᴠᴇ ɪꜱ ʟᴏᴠᴇ🌈

🌈ʟᴏᴠᴇ ɪꜱ ʟᴏᴠᴇ🌈

🌈ʟᴏᴠᴇ ɪꜱ ʟᴏᴠᴇ🌈

🌈ʟᴏᴠᴇ ɪꜱ ʟᴏᴠᴇ🌈

🌈ʟᴏᴠᴇ ɪꜱ ʟᴏᴠᴇ🌈

🌈ʟᴏᴠᴇ ɪꜱ ʟᴏᴠᴇ🌈

Feli y Victoria habían construido un hogar lleno de amor, risas y aceptación. Desde el día en que decidieron ser mamás, sabían que querían criar a su hija en un ambiente donde el respeto y la autenticidad fueran los pilares de la vida. Celeste, o Cele, como todos la llamaban, tenía ahora 14 años y era una adolescente dulce y soñadora. Aunque vivía rodeada de amor y apoyo, últimamente sentía un peso en el corazón, algo que no sabía cómo expresar.

Desde hacía meses, Cele había notado que sentía algo especial por su mejor amiga, Martina. Cada vez que estaban juntas, su corazón latía más rápido, y cada mensaje de ella le arrancaba una sonrisa tonta. Pero al mismo tiempo, sentía miedo. Sabía que sus mamás siempre habían hablado del orgullo de ser auténtica, pero algo dentro de ella la detenía. ¿Qué pasaría si se los decía? ¿Y si, por alguna razón, no lo entendían?

Una noche, después de cenar, Cele decidió que no podía guardar ese secreto por más tiempo. Sus mamás ya se habían retirado a su cuarto, y ella podía escuchar sus risas suaves a través de la puerta. Se detuvo frente a ella, con el corazón latiéndole a mil por hora. Dudó por unos segundos, pero finalmente levantó la mano para tocar, justo cuando escuchó que Feli decía algo entre risas.

Cele abrió lentamente la puerta y se asomó tímidamente. Dentro, Victoria estaba recostada con la cabeza sobre el pecho de Feli, quien le acariciaba el cabello mientras compartían una conversación íntima. Al verla en la puerta, Victoria levantó la mirada y sonrió.

—Princesa, ¿qué pasa? —preguntó con ternura, sentándose un poco.

Cele dudó, con las manos temblorosas.

—Nada... bueno, sí... ¿puedo hablar con ustedes?

Victoria se enderezó por completo y le hizo un gesto para que entrara.

—Claro, mi vida. Ven aquí, cuéntanos qué tienes en mente.

Feli se acomodó, dejando espacio para que Cele se sentara en la cama. Sin embargo, Cele permaneció de pie junto a la puerta, jugando nerviosa con sus manos. Sentía un nudo en la garganta y, aunque quería hablar, las palabras parecían quedarse atrapadas.

—Corazón, estás temblando —dijo Feli con una mezcla de preocupación y dulzura—. Ven, no pasa nada, estamos aquí contigo.

Cele respiró hondo y finalmente se acercó, sentándose al borde de la cama. Miró sus manos por unos segundos, incapaz de mirarlas a los ojos.

One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora