✿˖°₊˚✧𑁍.ೃ࿔*:・
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Feli llevaba semanas notando que algo no estaba bien. Victoria, antes tan atenta y presente, se había vuelto distante. Cada día parecía más absorta en su teléfono, siempre respondiendo mensajes, ocultando la pantalla cuando Feli se acercaba. A veces, Victoria desaparecía por horas, supuestamente por trabajo, pero Feli podía sentir que había algo más, algo que no terminaba de cuadrar. No quería parecer paranoica, pero no podía ignorar la sensación creciente de que su relación se desmoronaba.
Una tarde, mientras Victoria estaba en el estudio, Feli decidió invitar a una amiga a la casa. Habían planeado ver películas y pasar una tarde tranquila, una especie de "pijamada improvisada". Desde hacía meses, Feli había querido hacer algo parecido con Victoria, pero su novia siempre estaba ocupada o demasiado cansada. Después de tanto rechazo, decidió hacerlo sola, o al menos con alguien que sí tuviera tiempo para ella.
Las risas llenaban la sala cuando, de repente, la puerta de entrada se abrió con fuerza. Victoria había llegado, pero algo en su mirada parecía estar cargado de enojo. Observó a Feli y su amiga desde la entrada, sus ojos se entrecerraron mientras caminaba hacia ellas con paso firme.
—¿Qué está pasando aquí? —preguntó Victoria, su tono era cortante, como si ya hubiera llegado a una conclusión en su mente.
La amiga de Feli, incómoda por la tensión en el ambiente, comenzó a levantarse del sofá.
—No, no pasa nada. Nosotras solo estábamos viendo una película —respondió Feli, tratando de sonar relajada, aunque sabía que algo iba mal.
—Creo que deberías irte —dijo Victoria, mirando directamente a la amiga de Feli, ignorando por completo la explicación de su novia.
—Sí, claro... Nos vemos, Feli —la amiga de Feli tomó sus cosas rápidamente y salió de la casa sin mirar atrás.
Apenas la puerta se cerró, Victoria avanzó hacia Feli, su rostro mostraba una mezcla de celos y rabia. Antes de que Feli pudiera reaccionar, Victoria la tomó del brazo con fuerza y la arrastró hacia la habitación.
—¡Victoria! —exclamó Feli, sorprendida por la reacción de su novia—. ¿Qué te pasa?
Victoria no contestó hasta que ambas estuvieron en la habitación, cerró la puerta con un golpe seco y se volvió hacia Feli, aún sujetándola del brazo con fuerza.