Secreto: Parte 01

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El pasillo del colegio estaba vacío. Solo el zumbido de las luces fluorescentes y los ecos lejanos de las voces de los estudiantes en el patio le daban vida. Alastor, con los libros en la mano y una sonrisa distraída, miraba el reloj en la pared. Aún faltaban diez minutos para el final del recreo, y él no tenía prisa por volver a las aulas. La soledad del corredor era una oportunidad perfecta para disfrutar del silencio, pero no estaba del todo solo.

De pronto, unas manos lo tomaron por los hombros y lo empujaron suavemente contra la pared. Alastor se sobresaltó un poco, solo para encontrarse con los ojos verdes y nerviosos de Vincent, mirándolo con una mezcla de urgencia y emoción. Vincent, el chico más reservado y popular del colegio, era también su novio en secreto. Nadie lo sabía. Nadie podía saberlo.

-¿Qué haces? -murmuró Alastor, manteniendo la voz baja a pesar de la adrenalina que ya se disparaba por sus venas.

Vincent no dijo nada. Solo miró a ambos lados del pasillo, asegurándose de que no hubiera nadie más, y después se inclinó hacia adelante. Fue un beso rápido, casi torpe. Un roce de labios que hizo que el corazón de Alastor latiera con fuerza. Vincent se apartó rápidamente, como si la pared al otro lado estuviera a punto de colapsar.

-Vincent... -susurró Alastor, divertido y sorprendido a la vez.

Pero Vincent no se movió. Aún lo miraba, los labios ligeramente curvados en una sonrisa tímida, y luego, como si no pudiera contenerse, lo besó de nuevo. Un poco más largo esta vez, pero no lo suficiente como para perderse en el momento. Solo un destello de su afecto antes de retroceder.

-¿Otro? -preguntó Alastor en voz baja, arqueando una ceja con fingida incredulidad.

Vincent no respondió, sino que se acercó de nuevo y, sin esperar más, lo besó por tercera vez. Esta vez no fue tan corto ni tan nervioso. Fue un beso profundo, suave y lleno de sentimientos que sus palabras nunca podrían expresar. Alastor soltó los libros que llevaba en las manos y se permitió corresponder, sus manos encontrando la tela de la chaqueta de Vincent, sintiendo el latido acelerado bajo sus dedos.

-¿Sabes que esto es una locura? -susurró Alastor contra los labios de Vincent, respirando entrecortado.

-Lo sé -murmuró Vincent, su aliento cálido contra la piel de Alastor-. Pero... no pude evitarlo.

Y entonces, lo besó de nuevo. Un beso más, y otro, y otro... Cada uno más ansioso y hambriento que el anterior. Cada uno tan robado como el anterior. Alastor sentía cómo el mundo se desvanecía a su alrededor, el pasillo se volvía borroso, y lo único que existía era el calor de Vincent y la sensación de sus labios moviéndose contra los suyos, una y otra vez.

Perdieron la cuenta de cuántos besos compartieron. Tal vez cinco, tal vez diez. Tal vez muchos más. Alastor se rió en voz baja, una risa entrecortada que resonó en el pasillo vacío cuando finalmente se separaron, sus respiraciones entremezcladas.

-Deberíamos parar -dijo Vincent, su voz ronca, pero con una sonrisa que no podía ocultar.

-Sí -Alastor asintió, con el rostro sonrojado y los ojos brillantes-. Nos estamos pasando.

-Totalmente.

Pero ninguno de los dos se movió al principio. Solo se miraron, como si estuvieran grabando ese momento en sus memorias, una pequeña burbuja de intimidad en un lugar donde no deberían estar así. Entonces, con un último suspiro, Vincent retrocedió, ajustándose la corbata y alisando la chaqueta con manos temblorosas. Alastor se inclinó a recoger sus libros, todavía sonriendo como un tonto.

-¿Listo para fingir que no ha pasado nada? -preguntó Alastor, sus ojos brillando con picardía.

Vincent asintió y se pasó una mano por el cabello oscuro, tratando de recobrar la compostura. Su rostro estaba ligeramente sonrojado, pero por lo demás, parecía tan tranquilo y serio como siempre.

-Por supuesto -respondió, su tono de voz firme pero con una chispa de travesura en la mirada-. Solo dos amigos caminando por el pasillo.

-Eso es todo -repitió Alastor con una sonrisa traviesa.

Entonces, caminando lado a lado, se dirigieron hacia la salida del pasillo. El corazón de Alastor aún latía con fuerza, pero su expresión era la de siempre, serena y despreocupada. Vincent, por su parte, se movía con la misma elegancia tranquila de siempre, aunque había algo en la manera en que se mantenía cerca de Alastor que lo hacía parecer... protector.

Cuando salieron a la luz del patio, los otros estudiantes ni siquiera levantaron la mirada. Todo parecía tan normal, tan mundano. Y aun así, para ellos, ese pasillo vacío ahora guardaba un secreto. Un secreto hecho de besos robados y risas ahogadas.

-Nos vemos en clase -dijo Vincent, como si realmente solo fueran amigos que se cruzaron en el pasillo.

-Nos vemos -respondió Alastor, su sonrisa aún presente.

Vincent se giró y se fue, caminando con la cabeza alta, como siempre lo hacía. Alastor lo observó irse, sintiendo un calor agradable en su pecho. Luego, con una última sonrisa de satisfacción, se dirigió a su propia clase, con el sabor de aquellos besos aún grabado en sus labios y la promesa de muchos más en el futuro.

๋࣭  ⭑[𝒞𝑜𝓊𝓅𝓁𝑒 - 𝓈𝒽𝑜𝓇𝓉]  ๋࣭ ⭑ Radiostatic/StaticradioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora