๋࣭ ⭑[𝒞𝑜𝓊𝓅𝓁𝑒 - 𝓈𝒽𝑜𝓇𝓉] ๋࣭ ⭑ Radiostatic/Staticradio

Secreto: Parte 04

Alastor entró a su casa y cerró la puerta con un portazo que resonó por el pequeño apartamento vacío. Dejó caer la mochila con un golpe sordo en el suelo y se quedó de pie en medio de la sala, respirando con dificultad mientras su mente zumbaba con una mezcla de emociones. Estaba cansado, frustrado y, sobre todo, enfurecido. Sentía el enojo latiendo bajo su piel como un fuego, pero al mismo tiempo, un abismo de desesperación le presionaba el pecho.

John... ese maldito John. Apretó los puños con fuerza al recordar la sonrisa burlona del chico, cómo había extendido esas fotos como si fueran un premio que le daba poder sobre él. Y lo tenía. John tenía en sus manos la posibilidad de destruir la vida de Vincent. Si publicaba esas fotos en el grupo escolar, si siquiera se lo mencionaba a alguien más, Vincent estaría acabado. La burla, el acoso... todo recaería sobre él. Y no se lo merecía. Vincent no se lo merecía.

-Maldición... -murmuró Alastor, llevándose las manos a la cara y frotándose los ojos con desesperación. Había accedido a mentirle a un profesor, a traicionar a alguien inocente, solo para que John guardara silencio por un tiempo. ¿Por cuánto? ¿Cuánto más duraría esta tortura? ¿Cuántas más cosas tendría que hacer para mantener ese secreto? Se sentía atrapado en una red de mentiras que él mismo había tejido al proteger la privacidad de su relación con Vincent.

La casa estaba en completo silencio, y ese silencio solo parecía amplificar el caos en su mente. Se dejó caer en el sofá, inclinándose hacia adelante mientras enterraba el rostro en las manos. Cerró los ojos, tratando de calmar su respiración, pero las imágenes del día seguían regresando. John riéndose de él, Vincent mirándolo con preocupación, los mensajes del chico en su teléfono...

Con un suspiro, sacó el móvil de su bolsillo y desbloqueó la pantalla. Había varios mensajes de Vincent.

"¿Alastor? ¿Dónde estás?"
"Me dejaste solo en la cafetería..."
"¿Pasa algo?"
"Alastor, me estás preocupando. Si es por John, por favor háblame..."
"Amor, por favor, dime si todo está bien."

Alastor sintió una punzada de culpa en el pecho al leer cada palabra. Vincent siempre lo conocía demasiado bien. Por mucho que intentara ocultar sus emociones, Vincent podía leerlo como un libro abierto. Cerró los ojos un momento, dejando que su respiración se calmara antes de teclear una respuesta.

"Lo siento, amor. Estoy bien. Solo fue un día largo... No es nada, de verdad."

Se quedó mirando la pantalla después de enviar el mensaje, con el corazón apretado. Sabía que esa respuesta no calmaría a Vincent, pero ¿qué más podía decirle? No podía decirle la verdad. No podía arriesgarse a que Vincent intentara enfrentarse a John o, peor aún, que se culpara por la situación.

Vincent le había pedido desde el principio que mantuvieran su relación en secreto. Alastor recordó esa primera vez que Vincent le tomó la mano en un rincón apartado de la escuela, mirándolo con una mezcla de temor y esperanza.

-No estoy listo... para que los demás sepan. No quiero... -Vincent había bajado la mirada, inseguro-. No quiero que la gente nos vea y... bueno, ya sabes. No quiero ser... juzgado.

Había tanta incertidumbre en esos ojos, tanto miedo a lo que la gente pensaría. Alastor había sentido su corazón romperse un poco al ver a Vincent tan vulnerable. Así que, sin dudarlo, le había sonreído y besado la mano suavemente.

-Está bien. No tenemos que decírselo a nadie hasta que tú estés listo -le había susurrado-. Te protegeré, ¿de acuerdo?

Y lo había hecho. Durante todo este tiempo, había mantenido su relación oculta, fingiendo que solo eran amigos. Había soportado las miradas de otros chicos que intentaban coquetear con Vincent, sonriendo educadamente y conteniendo la rabia. Todo para que Vincent no tuviera que lidiar con el peso del rechazo o del odio de los demás. Pero ahora... ahora estaba pagando el precio.

Alastor suspiró profundamente, recostándose en el sofá y mirando al techo. Sabía que Vincent no le pedía esto porque quisiera mantenerlo oculto para siempre. Era solo el miedo... miedo a no ser aceptado, a ser señalado como "diferente". Y Alastor entendía ese miedo. Sabía cómo se sentía ser juzgado, ser observado bajo una lupa. Así que había aceptado. Lo había aceptado todo.

Pero esto... esto se estaba volviendo insoportable. John lo tenía atrapado, y cada vez que obedecía sus órdenes, sentía que traicionaba a Vincent un poco más. Sentía que traicionaba la promesa de protegerlo, de estar a su lado... pero, ¿qué otra opción tenía? Era esto, o ver a Vincent sufrir. Y eso no iba a permitirlo.

Un nuevo mensaje apareció en la pantalla, sacándolo de sus pensamientos.

"Por favor, dime la verdad. Sé que algo anda mal. No tienes que cargar con todo solo..."

Alastor sintió un nudo en la garganta al leerlo. Las lágrimas amenazaban con brotar, pero se obligó a mantener la calma. No podía derrumbarse ahora. No podía permitirse eso.

"Estoy bien, amor. Solo cansado. Hablamos mañana, ¿sí?"

Dejó el teléfono a un lado antes de que Vincent pudiera responder y se recostó en el sofá, sintiendo cómo el agotamiento físico y emocional lo arrastraba hacia abajo. Cerró los ojos, intentando calmar los pensamientos que giraban en su mente. Pero la imagen de John seguía ahí, sonriendo con esa mueca de superioridad, con las fotos de él y Vincent en la pantalla del teléfono, como si fueran una cadena que lo aprisionaba cada vez más fuerte.

"Solo por un tiempo..." se dijo a sí mismo en un intento desesperado de consolarse. "Solo hasta que encuentre la forma de hacer que John se detenga..."

Pero incluso mientras pensaba eso, sabía que era una mentira. John no se detendría. Y cada vez que aceptaba una nueva orden, se hundía más en ese pozo oscuro.

-Lo hago por él... -susurró Alastor en la oscuridad de la sala, abrazándose a sí mismo en un intento de calmar el temblor de sus manos. Lo hacía por Vincent, para protegerlo. Pero esa verdad no hacía que el dolor fuera menor.

Eventualmente, el agotamiento venció a la angustia, y Alastor se quedó dormido en el sofá, con el rostro contraído en una mueca de dolor.

Soñó con John. Soñó con la burla en su voz, con las fotos, con Vincent mirándolo con decepción, con dolor... Y cuando despertó en medio de la noche, bañado en sudor frío, supo que esas pesadillas eran solo el principio del infierno que estaba viviendo.

Todo por mantener la promesa que le había hecho al chico que amaba más que a su propia vida.