Estrés: Parte 01

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La temporada de exámenes se había apoderado del campus como una sombra persistente. El ambiente normalmente vibrante y ruidoso ahora estaba teñido de una tensión casi palpable. Alastor sentía el peso de cada asignatura y proyecto acumulándose sobre sus hombros. Matemáticas avanzadas, física, historia, biología... Era una carga que crecía día a día, un ciclo interminable de repasar, memorizar y completar tareas. Pero nada de eso parecía importarle cuando pensaba en Vicent.

-¿Seguro que quieres salir hoy? -preguntó Vicent, mirándolo con preocupación mientras se ajustaba la chaqueta. Estaban de pie en el jardín central, rodeados por otros estudiantes que cargaban mochilas repletas de libros y portátiles.

-Por supuesto que sí -respondió Alastor con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos. Había trabajado duro para no mostrar su agotamiento. Vicent siempre era observador, y cualquier indicio de debilidad lo haría desistir. Pero Alastor no quería renunciar a las pocas horas que tenían juntos cada día. Para él, esos momentos eran un respiro necesario en medio del caos académico. Aunque... también significaba noches aún más largas y desveladas para compensar.

-Si estás cansado, podemos quedarnos en la biblioteca. Puedo ayudarte a estudiar -insistió Vicent, acercándose y entrelazando sus dedos con los de Alastor.

-No, está bien -dijo Alastor rápidamente, intentando mantener el tono ligero. Sus ojos brillaban con determinación, ocultando el cansancio que ya lo consumía. Pero la sonrisa que le dirigió a su novio era genuina. -Prometí no descuidarte, ¿no? Además... estar contigo me ayuda a despejarme. Así que, ¿por qué no hacemos algo divertido?

Vicent lo miró en silencio por un momento antes de suspirar y apretar suavemente sus manos. Era un gesto pequeño, pero cargado de cariño y resignación. Sabía que una vez que Alastor decidía algo, era imposible hacerlo cambiar de opinión. Y, en parte, ese era uno de los motivos por los que lo quería tanto.

-Entonces está bien. Pero solo un rato, ¿sí? Después vamos a tu apartamento y te ayudaré con las notas -dijo Vicent con una sonrisa, tirando de él suavemente hacia la salida del campus.

Esa tarde caminaron por el parque, el aire fresco y las luces de los postes iluminando los caminos arbolados. Alastor se permitió reír, disfrutando de cada momento, escuchando a Vicent hablar de las anécdotas con sus compañeros o de las últimas novedades en el mundo del cine. Pero incluso mientras reía y fingía estar completamente presente, su mente volvía a repasar conceptos de física, fórmulas de química... Las horas pasaban rápido, demasiado rápido.

-¿Te gustaría tomar un café? -preguntó Vicent, al notar cómo Alastor miraba distraído al suelo por un segundo de más.

-No... quiero decir, sí, claro -dijo rápidamente, sacudiendo la cabeza como si hubiera estado a punto de quedarse dormido. -Perdón, me distraje un poco.

Vicent frunció el ceño con suavidad, pero no dijo nada. En su lugar, lo guió hacia una pequeña cafetería cerca del parque. Se sentaron en una mesa junto a la ventana, bebiendo lentamente mientras compartían una tarta de chocolate. Alastor casi se sintió culpable por disfrutar tanto de la compañía de su novio mientras su lista de pendientes seguía creciendo.

Pero nada de eso importaba en el momento. Esa sonrisa, esos ojos cálidos que lo miraban con tanto afecto... Sí, valía la pena el sacrificio.

Cuando el reloj marcó las nueve de la noche, Vicent se levantó y entrelazó sus dedos con los de Alastor una vez más, tirando de él para volver al campus. Caminaban en silencio, la luz de la luna dibujando sombras en el suelo, y por un instante, Alastor deseó que la noche no terminara nunca.

-Deberías descansar un poco más, sabes -murmuró Vicent cuando llegaron a la entrada del edificio donde Alastor vivía. Lo miraba con el ceño ligeramente fruncido, sus ojos llenos de preocupación. -No quiero que te enfermes por mi culpa.

-No es tu culpa -respondió Alastor con suavidad, inclinándose para darle un beso rápido en la frente. -Es solo la temporada de exámenes. Pasará.

-Eso espero -Vicent suspiró, pero finalmente lo dejó entrar al edificio después de un último abrazo. -Nos vemos mañana, entonces.

-Claro, mañana. -Alastor lo observó alejarse antes de subir las escaleras hacia su apartamento, sintiendo el cansancio golpeándolo con más fuerza que antes.

La habitación estaba oscura y tranquila cuando entró. Sin encender las luces, se dejó caer en el escritorio abarrotado de libros y apuntes. El café que había tomado más temprano apenas lograba mantenerlo despierto. Se frotó los ojos con cansancio y miró la lista de tareas pendientes pegada en la pared. Todo parecía interminable.

"Solo un poco más", pensó, abriendo el libro de física. "Solo un poco más y podré dormir".

Las horas pasaron mientras trabajaba en silencio, con la única compañía del tenue brillo de la lámpara y el suave tic-tac del reloj en la pared. Cuando se dio cuenta, ya eran las tres de la mañana. Los párpados le pesaban y las letras en la página comenzaban a desdibujarse.

Pero no se detuvo.

"No puedo fallar", se dijo una y otra vez, sus pensamientos entrelazados con imágenes de Vicent y sus sonrisas. "No puedo fallar en esto y tampoco en ser un buen novio".

Finalmente, cuando las primeras luces del amanecer comenzaban a asomarse por la ventana, Alastor dejó caer la cabeza sobre los brazos cruzados en el escritorio, el agotamiento reclamándolo. Se quedó dormido ahí, rodeado de libros, apuntes y hojas sueltas, con la tenue luz de la mañana iluminando su rostro cansado.

Y así, con la mente y el cuerpo exhaustos, Alastor encontró un momento de paz, aunque fuera breve, antes de que el reloj marcara una nueva jornada y el ciclo comenzara de nuevo.

๋࣭  ⭑[𝒞𝑜𝓊𝓅𝓁𝑒 - 𝓈𝒽𝑜𝓇𝓉]  ๋࣭ ⭑ Radiostatic/StaticradioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora