Secreto: Parte 06

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El gimnasio vibraba con la energía de la práctica. Los gritos de los entrenadores, el rebote constante del balón y el sonido de los pies golpeando la pista resonaban en el aire. Vincent se movía con gracia y destreza, un ejemplo perfecto de concentración y habilidad. Pero por mucho que tratara de enfocarse en el juego, su mente no dejaba de desviarse hacia un único punto en el espacio: las gradas.

Desde allí, con la vista fija en su cuaderno de apuntes y las gafas resbalándole por el puente de la nariz, Alastor parecía totalmente absorto en sus estudios. Para cualquiera que no supiera la verdad, era simplemente un buen amigo que había decidido aprovechar la práctica para avanzar con su tarea. Pero Vincent sabía más. Sabía cómo la sonrisa de Alastor se curvaba levemente cuando lo veía encestar, cómo sus ojos seguían cada movimiento con un destello de orgullo y emoción.

Excepto que hoy, ese brillo parecía ausente. Desde que Vincent había llegado al gimnasio, había notado algo extraño en la forma en que Alastor se comportaba. Estaba presente, pero ausente a la vez. Como si cada pocos minutos se obligara a concentrarse en su libro solo para que su mente lo llevara a otra parte. Vincent suspiró y se obligó a centrarse en el balón. Dio un paso atrás y lanzó un tiro limpio que encajó en la canasta con un chasquido satisfactorio.

"¡Punto!" gritó el entrenador, levantando el silbato.

Vincent apenas escuchó el elogio. Su mirada volvió a desviarse hacia las gradas, a su chico, su Alastor. El castaño bajó la vista a sus apuntes con rapidez, como si intentara disimular que lo había estado observando todo el tiempo. Vincent reprimió una sonrisa. Su Alastor siempre había sido tan obvio cuando creía estar espiándolo.

Y sin embargo... algo seguía sintiéndose mal.

Vincent frunció el ceño mientras uno de sus compañeros de equipo, Jake, se acercaba para palmearle el hombro con una sonrisa orgullosa.

-¡Buen tiro, Vincent! -exclamó, y Vincent asintió distraídamente, forzando una sonrisa.

-Gracias -murmuró, pero sus ojos seguían fijos en Alastor.

Desde su posición, vio cómo su novio sacaba el celular del bolsillo con movimientos rápidos y tensos. Lo desbloqueó, observó la pantalla por un segundo y de repente, toda la tensión en su cuerpo pareció aumentar. Vincent vio cómo su expresión cambiaba, el ceño fruncido y la mandíbula apretada. Lo que fuera que había visto en ese teléfono, no era bueno.

Un segundo después, Alastor guardó sus cosas con una rapidez inusual, cerró el cuaderno de golpe y se levantó de la grada, sus movimientos bruscos y llenos de frustración. Sin siquiera mirar hacia la cancha, comenzó a caminar hacia la salida, el celular todavía apretado en su mano como si fuera un objeto maldito.

Vincent sintió un frío recorrerle la espalda al verlo marcharse sin decir nada. Algo dentro de él se torció de forma incómoda. Nunca, ni una sola vez, Alastor se había ido de esa manera. Nunca se había marchado sin despedirse. Y aunque entendía que todos podían tener días malos, esto no era normal. Era como si Alastor... quisiera escapar.

Vincent sintió cómo su pecho se apretaba dolorosamente. La sospecha, esa pequeña y venenosa idea, comenzó a enredarse en su mente, plantando semillas de duda que no podía sacudir.

"¿Qué podría haber sido tan importante como para irse así? ¿Por qué no me dijo nada?"

Las preguntas brotaron en su cabeza como un torrente, cada una más insistente que la anterior. Intentó concentrarse en el juego, en sus compañeros que continuaban entrenando a su alrededor, pero el remolino en su mente no lo dejaba en paz. ¿Acaso Alastor estaba...?

No. No podía ser. Alastor lo amaba. Lo había visto en sus ojos, lo había sentido en cada caricia, en cada beso robado en los pasillos cuando nadie miraba. Pero entonces, ¿por qué estaba tan distante? ¿Por qué siempre estaba mirando sobre su hombro, como si esperara que alguien lo atrapara?

El entrenador hizo sonar el silbato, llamándolos para una pausa de cinco minutos. Vincent aprovechó el momento para salir de la cancha, con el corazón latiéndole con fuerza mientras cruzaba el gimnasio y se dirigía a la puerta de la entrada, asomándose al pasillo. Pero Alastor ya se había ido.

Frustrado, pasó una mano por su cabello empapado de sudor, su mente corriendo a toda velocidad. No quería dudar de él. No quería pensar que su novio, el chico que lo había hecho sentir amado y aceptado, le estaba ocultando algo... o a alguien. Pero las señales eran demasiado claras. El distanciamiento, las miradas evasivas, las respuestas cortas...

Un pensamiento oscuro y amargo comenzó a arraigarse en su mente, una idea que se negaba a desaparecer.

"¿Me estará engañando?"

La idea era tan absurda, tan dolorosa, que Vincent tuvo que apoyarse contra la pared para no perder el equilibrio. No podía ser cierto. No quería que fuera cierto. Pero, ¿qué otra cosa podría explicar todo esto? ¿Qué otra razón podría tener Alastor para actuar tan extraño?

Sacó su propio celular, sus dedos temblando levemente mientras escribía un rápido mensaje:

"Al, ¿todo bien? Te vi irte. ¿Pasó algo?"

Envió el mensaje y esperó, conteniendo la respiración. Pero los minutos pasaron y no hubo respuesta. Vincent apretó los dientes, el pecho ardiendo con una mezcla de preocupación y enojo. No le gustaba sentirse así. No le gustaba dudar de Alastor. Pero la incertidumbre estaba ahí, devorándolo por dentro.

-¿Oye, todo bien? -preguntó Jake, asomándose por la puerta con curiosidad. Vincent lo miró y forzó otra sonrisa que no llegó a sus ojos.

-Sí, todo bien. Solo... estaba pensando en algo.

-Bueno, vuelve. El entrenador quiere que todos estemos listos para el próximo juego.

Vincent asintió, guardando su celular en el bolsillo. Pero mientras regresaba a la cancha, con los gritos del entrenador llenando el aire y el sonido de sus compañeros moviéndose a su alrededor, su mente estaba a kilómetros de distancia.

"¿Y si Alastor se fue a ver a otra persona? ¿Y si hay alguien más?"

El pensamiento lo atormentó durante toda la práctica, cada vez que miraba hacia la grada vacía donde Alastor debería haber estado. Sentía un nudo de celos y preocupación crecer en su interior, volviéndose más y más pesado con cada minuto que pasaba. No quería creerlo. No quería imaginarse a Alastor con alguien más, sonriéndole de esa forma que sólo le pertenecía a él.

Pero hasta que no supiera la verdad, esa duda seguiría persiguiéndolo.

Y Vincent no se detendría hasta descubrir qué era lo que realmente estaba pasando con su novio.

๋࣭  ⭑[𝒞𝑜𝓊𝓅𝓁𝑒 - 𝓈𝒽𝑜𝓇𝓉]  ๋࣭ ⭑ Radiostatic/StaticradioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora