Discoteca: Parte 02

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La atmósfera cambió por completo en cuanto cruzaron las puertas de la discoteca. Las luces de neón parpadeaban con intensidad, reflejándose en las paredes oscuras, mientras el ritmo vibrante de la música retumbaba en cada rincón del lugar. Alastor sintió un cosquilleo en la piel, un ligero nerviosismo mezclado con curiosidad. A su lado, Vicent se veía completamente en su elemento, con una sonrisa relajada en el rostro.

-Vamos, te presentaré a mis amigos -le dijo Vicent, y le rodeó la cintura con un brazo de forma protectora. Alastor sintió cómo el calor se apoderaba de su rostro, pero no se quejó. De hecho, agradeció ese contacto cuando entraron al bullicioso lugar.

Al llegar a la mesa donde estaban los amigos de Vicent, Alastor intentó recordar sus nombres. Había tres chicos y dos chicas, todos riendo y bromeando a pesar de que las palabras se perdían en el rugido de la música. Alastor hizo su mejor esfuerzo por sonreír y asentir educadamente, mientras Vicent le presentaba.

-¡Él es Alastor! -anunció Vicent, acercándolo un poco más a él. Alastor saludó con una pequeña inclinación de cabeza, sintiendo el peso de las miradas curiosas de los demás.

-Así que este es Alastor, ¿eh? -gritó uno de los chicos con una sonrisa-. ¡Te has guardado bien el secreto, Vicent!

-Nada de secretos -replicó Vicent, riendo, mientras le daba un apretón suave en la cintura a Alastor.

Las chicas le sonrieron a Alastor de manera amistosa, pero una de ellas no tardó en enfocarse nuevamente en Vicent. Él respondió cortésmente, pero pronto miró a Alastor.

-Vamos a pedir unas bebidas -sugirió Vicent, inclinándose para que Alastor pudiera escucharle mejor. Sin esperar una respuesta, le tomó la mano y lo guió a la barra. Alastor se aferró a él, sorprendido por la marea de cuerpos que los rodeaban y los empujaban en diferentes direcciones.

-¿Qué te parece hasta ahora? -preguntó Vicent, casi gritando para hacerse escuchar.

-Muy... intenso -respondió Alastor, con los ojos aún muy abiertos, tratando de asimilar todo.

Vicent soltó una carcajada, y Alastor sintió un pequeño alivio al ver que no se estaba sintiendo fuera de lugar. Se pararon frente a la barra y Vicent levantó la mano para llamar la atención del barman.

-Dos tragos, por favor -pidió con una sonrisa-. Pero uno sin alcohol.

El barman asintió y comenzó a preparar las bebidas, mientras Alastor observaba a su alrededor. Las luces giraban y cambiaban de colores, iluminando las figuras de los bailarines en la pista. La mayoría de las personas se movían al ritmo de la música, pero había algunas parejas... muy, muy cerca una de la otra. Alastor apartó la mirada rápidamente, sintiéndose levemente abrumado por la cercanía y la falta de espacio personal. Justo entonces, sintió la mano de Vicent en la suya, y eso lo hizo relajarse un poco.

-Aquí tienes, Al -dijo Vicent, entregándole un vaso con un líquido que olía a frutas. Alastor tomó un sorbo tímido y asintió.

-Está bueno -respondió con una pequeña sonrisa.

-Te dije que no te daría nada raro -Vicent guiñó un ojo, y Alastor bajó la mirada, reprimiendo una sonrisa más amplia.

Intentaron hablar por un rato, pero el volumen de la música hacía que la conversación fuera entrecortada. Sin embargo, Vicent no dejaba de inclinarse hacia Alastor cada vez que le quería decir algo, su rostro a apenas unos centímetros del suyo, y Alastor comenzaba a sentirse un poco más cómodo con cada comentario.

Entonces, de repente, una voz femenina se alzó detrás de Vicent. Alastor giró la cabeza y vio a dos chicas que se acercaban con miradas interesadas.

-¡Vicent, no sabía que vendrías! -dijo una de ellas con una gran sonrisa, ignorando a Alastor por completo mientras se acercaba peligrosamente.

Vicent sonrió educadamente, pero antes de que pudiera responder, Alastor, sintiendo un inesperado impulso de proteger el espacio entre ellos, lo tomó del brazo y tiró de él hacia otro lado de la barra.

-Disculpa -murmuró apresuradamente Alastor a la chica, manteniendo a Vicent a su lado. La joven parpadeó, sorprendida, y pareció decidir no seguirlos por el momento.

Vicent se inclinó hacia él, riéndose entre dientes.

-¿Te molestaron? -preguntó con una voz suave y divertida.

-No -respondió Alastor, mirando hacia otro lado con un leve sonrojo-. Solo no quería... que te molestaran a ti.

Vicent sintió una cálida satisfacción al ver la expresión de Alastor, ese leve ceño fruncido y la manera en que miraba a su alrededor como si esperara que alguien más intentara acercarse. Sin poder evitarlo, deslizó un brazo alrededor de los hombros de Alastor.

-Gracias, guardaespaldas -susurró en su oído.

Alastor solo bufó suavemente, pero sus labios formaron una pequeña sonrisa.

Pasaron un rato más así, y cada vez que alguna chica se acercaba, Alastor encontraba la manera de mover a Vicent a otro lado. En lugar de molestarse, Vicent lo disfrutaba. Le encantaba ver esa chispa de celos, la manera en que Alastor fruncía los labios y se pegaba más a él cada vez que alguien intentaba llamar su atención.

Después de un rato, Vicent decidió que necesitaba otra bebida. Dejó a Alastor en un rincón más tranquilo de la barra y le hizo una seña con la mano.

-No tardo, ¿de acuerdo?

-Está bien -respondió Alastor, asintiendo. Lo vio alejarse, y por primera vez desde que llegaron, se quedó solo.

Mientras esperaba, sus ojos se movieron inquietos por la pista de baile. Las parejas se mecían al ritmo de la música, sus cuerpos pegados el uno al otro, manos y bocas entrelazadas en movimientos que le hicieron desviar la mirada nuevamente. Pero pronto sus ojos regresaron a la escena, como hipnotizados. Era un tipo de cercanía y pasión que nunca había visto tan abiertamente. Se sintió fuera de lugar, incómodo, como si estuviera presenciando algo demasiado íntimo. Aun así, se obligó a mantener la compostura.

Justo entonces, una mano cálida tocó su hombro, y se giró aliviado al ver a Vicent, de nuevo con una sonrisa tranquila en el rostro y una bebida en la mano.

-¿Todo bien? -preguntó Vicent, notando la expresión de Alastor.

Alastor asintió rápidamente.

-Sí... Solo, observando.

Vicent entrecerró los ojos, claramente no convencido, pero no dijo nada. En cambio, se inclinó hacia él, volviendo a hablarle al oído.

-Te lo dije, estoy aquí contigo. ¿Quieres que hagamos algo más? ¿O prefieres quedarte aquí?

Alastor lo miró a los ojos y, con una sonrisa tímida pero sincera, respondió:

-Quiero quedarme contigo.

๋࣭  ⭑[𝒞𝑜𝓊𝓅𝓁𝑒 - 𝓈𝒽𝑜𝓇𝓉]  ๋࣭ ⭑ Radiostatic/StaticradioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora