Discoteca: Parte 04

16 1 0
                                    

La música en la discoteca cambió de repente, la atmósfera pareció vibrar con una nueva intensidad cuando las primeras notas de "Yo No Fui" resonaron en el aire. Un rugido de emoción recorrió la pista como una ola, la multitud se movió en un frenesí y los cuerpos se agitaron con renovado vigor. El DJ alzó las manos, señalando el ritmo que comenzaba a envolver el lugar, y todo el club pareció cobrar vida de una manera más salvaje y descontrolada.

Alastor, aún aferrado a Vicent, sintió el cambio en el ambiente. Había algo en esa canción que lo impulsaba, que le hacía latir el corazón a un ritmo frenético. Observó cómo el rostro de Vicent se iluminaba con entusiasmo, cómo sus ojos se encendían con un brillo travieso al escuchar el beat contagioso y los versos pícaros. Alastor se mordió el labio, sintiendo un cosquilleo recorrer su cuerpo. Quizás era el efecto de la bebida... o el ambiente cargado de energía... o simplemente estar tan cerca de su novio. Pero, por un instante, se olvidó de todo. Se olvidó de las dudas, de su inexperiencia, y dejó que el ritmo se apoderara de él.

Vicent lo sintió también. Alastor se tensó por un segundo en sus brazos, luego se relajó... y entonces, para sorpresa de ambos, dio un paso hacia adelante. Sus cuerpos chocaron con suavidad y una chispa pareció encenderse entre ellos. Los brazos de Vicent se cerraron con más firmeza alrededor de Alastor, atrayéndolo hacia él. Alastor respiró hondo, sus ojos clavados en los de Vicent, sintiendo cómo el calor se extendía por su cuerpo.

"Yo no fui", decía la canción, juguetona y provocativa, y Alastor sintió un impulso desconocido apoderarse de él. Sonrió, una sonrisa traviesa, casi desconocida para él, y comenzó a moverse, siguiendo el ritmo con movimientos más fluidos, más... atrevidos.

-Al... -murmuró Vicent, con la voz algo ronca. Lo observó con una mezcla de asombro y fascinación, como si no pudiera creer lo que estaba viendo. Pero Alastor solo se inclinó hacia él, sus manos deslizándose por los hombros de Vicent, su pecho rozando el de su novio.

-¿Te sorprendo? -preguntó, su voz apenas un susurro en medio de la música ensordecedora.

Vicent tragó saliva, incapaz de responder. Los ojos de Alastor brillaban con algo nuevo, algo peligroso. Y cuando la canción llegó a su estribillo, Alastor giró sobre sus talones, presionándose más contra Vicent, sus movimientos más osados, sus caderas moviéndose al compás de la música. Se inclinó hacia atrás, descansando contra el pecho de su novio, y levantó una mano, enredando los dedos en el cabello de Vicent.

El ambiente se volvió eléctrico. Alrededor de ellos, la multitud parecía volverse difusa, irrelevante. Los movimientos de Alastor se volvieron más sensuales, menos tímidos, mientras las manos de Vicent se aferraban a su cintura, su agarre fuerte pero cuidadoso, manteniendo el control. El aliento de Vicent se hizo más rápido, sus ojos recorriendo cada centímetro del rostro de Alastor, absorbiendo cada pequeño gesto, cada sonrisa audaz que jamás había esperado ver en él.

-Te estás pasando de atrevido -murmuró Vicent, su tono cargado de deseo.

-¿Te molesta? -respondió Alastor, con un tono burlón que ni él sabía que poseía. Y luego, sin darle tiempo a responder, giró de nuevo, esta vez enfrentándolo. El contacto de sus cuerpos se intensificó, la presión entre ellos aumentó. Sus manos, normalmente tan educadas y contenidas, se deslizaron por la espalda de Vicent, arañando ligeramente.

Vicent contuvo el aliento, su autocontrol tambaleándose. Era como si algo hubiera cambiado en Alastor, como si la bebida, la música, la atmósfera... todo se hubiera mezclado para liberar una versión de él que nunca había visto. Y le encantaba. Cada segundo. Cada movimiento.

La canción alcanzó su punto álgido y Alastor, movido por la energía del momento, deslizó una pierna entre las de Vicent, acercándose aún más. Vicent se inclinó hacia él, el deseo chisporroteando en sus ojos. Sus cuerpos se rozaban, se presionaban, se enredaban. Era un baile de provocación y pasión, un juego peligroso que ninguno de los dos quería detener.

-Dios... Al... -susurró Vicent, su voz temblando ligeramente.

Alastor solo sonrió. La música estaba por llegar a su final, y él sentía el corazón a mil, el pecho a punto de estallar. Entonces, cuando las últimas notas comenzaron a desvanecerse, cuando el ambiente estaba cargado de tensión, Alastor hizo algo que jamás hubiera imaginado hacer en su vida sobrio.

Se inclinó hacia adelante y besó a Vicent.

No fue un beso tímido, ni breve. No fue un roce delicado. Fue un beso hambriento, apasionado, cargado de una necesidad que había estado reprimida por demasiado tiempo. Alastor sintió los brazos de Vicent rodearlo con fuerza, sintió cómo su cuerpo se pegaba al de él, cómo sus labios se movían con una urgencia casi desesperada. El mundo dejó de existir. La música se desvaneció. Solo estaba Vicent, solo estaban ellos dos, atrapados en ese momento de locura.

Vicent respondió con igual pasión, sus manos recorriendo la espalda de Alastor, acercándolo más, como si quisiera fundirse con él. El beso se profundizó, se hizo más intenso, más voraz. Alastor abrió los labios y sintió la lengua de Vicent rozar la suya, un contacto tan íntimo y electrizante que hizo que su mente se nublara.

Los segundos se extendieron, cada uno cargado de deseo puro. Era todo lo que nunca se habían permitido hacer en público, todo lo que se habían contenido durante tanto tiempo... y ahora, aquí, bajo las luces parpadeantes y rodeados de extraños, se dejaron llevar.

Finalmente, la canción terminó. El DJ anunció otra canción con un grito emocionado y la multitud aplaudió y vitoreó. Pero Alastor y Vicent no se separaron de inmediato. El beso se fue suavizando, sus labios aún rozándose, sus respiraciones entremezcladas. Alastor sintió el pulso de Vicent bajo sus dedos, sintió el calor de su cuerpo, el latido desbocado de su propio corazón.

Entonces, la realidad volvió a golpear.

Alastor abrió los ojos, todavía jadeante, y parpadeó. El ruido de la discoteca volvió a ser ensordecedor, las luces cegadoras. Estaban en medio de la pista, rodeados de personas que, probablemente, los habían visto besarse de una manera tan descarada y apasionada.

El color subió a su rostro de inmediato, y se apartó de Vicent, aunque no demasiado. Su cuerpo temblaba, su mente trataba de procesar lo que acababa de suceder. Había... ¿había hecho todo eso? ¿Había bailado así, tan provocativamente? ¿Había besado a Vicent... de esa manera?

-Yo... -balbuceó, sus ojos muy abiertos, mirando a su novio con incredulidad.

Vicent lo observaba con una expresión que Alastor jamás olvidaría: una mezcla de asombro, orgullo y algo que solo podía describirse como... adoración.

-Eso... fue increíble -murmuró Vicent, su voz ronca, su respiración entrecortada.

Alastor solo pudo mirarlo, su rostro ardiendo, sin saber qué decir. ¿Qué acababa de hacer? ¿Quién era ese Alastor atrevido y osado que había emergido de repente?

Y, lo más importante... ¿podría volver a verlo?

๋࣭  ⭑[𝒞𝑜𝓊𝓅𝓁𝑒 - 𝓈𝒽𝑜𝓇𝓉]  ๋࣭ ⭑ Radiostatic/StaticradioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora