Bebida: Parte 02

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El aire de la tarde se llenaba con el murmullo de conversaciones y el crujir de la grava bajo los pies mientras Alastor y sus amigos paseaban por el parque. A simple vista, todo parecía normal; el grupo reía y bromeaba mientras caminaban, pero había algo distinto en Alastor. Vicent, siempre atento a cada pequeño detalle, lo notó casi de inmediato. Al principio pensó que su novio simplemente estaba disfrutando del paseo, pero cuando Alastor se acercó aún más a él, entrelazando sus dedos y acariciando su brazo con un toque insistente, la duda empezó a surgir.

-Vicen~t -canturreó Alastor, pegándose a su costado y mirándolo con ojos brillantes-. Eres tan... tan guapo hoy, ¿sabes?

Las palabras, dichas con un tono de voz dulzón, hicieron que Vicent parpadeara con sorpresa. Desde que habían empezado a salir, Alastor rara vez era tan efusivo en público. Normalmente, su pareja mantenía un aire de elegancia distante, reservando las muestras de afecto más abiertas para cuando estaban solos. Pero hoy... parecía estar en otro nivel.

-Gracias... -respondió Vicent con cautela, sin apartar los ojos de él.

A su alrededor, sus amigos los miraban con sonrisas cómplices. Charlie soltó una risita divertida y se inclinó hacia Vaggie, susurrándole algo que hizo que ambas estallaran en carcajadas.

-Parece que alguien está muy enamorado hoy -bromeó Anthony, guiñándole un ojo a Alastor.

-Sí, se ve adorable así de acaramelado -añadió Oscar, dándole un codazo a Vicent-. ¿Qué hiciste para que estuviera tan pegado a ti?

Vicent rió suavemente, pero su mirada seguía fija en Alastor. Había algo más allá de la simple emoción. Entonces, una idea comenzó a tomar forma en su mente. Con discreción, olfateó el aire, acercándose un poco más a Alastor para captar mejor el aroma. Y ahí estaba: un ligero rastro de alcohol. Pero no el tipo de bebida suave que le había comprado. No... Esto era más fuerte.

-¿Alastor... cambiaste las bebidas? -preguntó en voz baja, apenas un murmullo dirigido solo a él.

Alastor parpadeó, y luego una sonrisa traviesa apareció en sus labios.

-¿Yo? -respondió, haciendo un puchero de falsa inocencia-. No sé de qué hablas, Vicent...

Pero la forma en que sus ojos evitaban los de Vicent y la risa nerviosa que soltó le dijeron todo lo que necesitaba saber.

-¿Así que lo hiciste? -insistió Vicent, y sus amigos se volvieron hacia él con curiosidad.

-¿Qué pasa? -preguntó Vaggie, levantando una ceja.

-Nada, nada... -dijo Vicent rápidamente, tratando de no alarmarlos-. Creo que Alastor solo... tomó una bebida más fuerte de lo que debería.

-Ohhh... -Charlie estiró la palabra con una sonrisa traviesa-. Así que por eso está tan cariñoso.

-Vicent, ¿estás soltero? -interrumpió Alastor, su voz cantarina y ojos entrecerrados en una mirada juguetona.

Hubo un silencio, y luego todos soltaron risas al unísono. Vicent, aún sujetando a Alastor con firmeza para que no perdiera el equilibrio, miró a su pareja con una mezcla de diversión y resignación.

-¿Qué crees, Al? -le preguntó con suavidad, inclinándose un poco para estar a su altura-. ¿Soy soltero?

Alastor asintió con entusiasmo.

-Pues... deberías serlo, porque yo quiero que seas mi pareja, ¿entiendes? Mi pareja... para siempre. Y... -hizo una pausa para apoyarse más contra Vicent, sus ojos brillando con una mezcla de travesura y auténtica emoción-. ¡Deberíamos casarnos! Y formar una familia... Y... y tener un perro. O un ciervo... porque me gustan los ciervos. ¡Como el peluche! ¡Ese peluche es tú!

Vicent no pudo contener la risa que brotó de sus labios. Miró a sus amigos, que lo observaban con expresiones que iban desde la diversión hasta la pura incredulidad.

-Creo que debería llevarlo a casa -dijo con una sonrisa, levantando a Alastor con más facilidad de la que esperaba. -Gracias por el paseo, chicos. Nos vemos otro día.

-Sí, sí, llévalo antes de que haga una locura -se rió Charlie, agitando la mano con diversión-. ¡Y asegúrate de grabar si sigue diciendo cosas raras!

-¡Charlie! -protestó Vaggie, pero también tenía una sonrisa en los labios.

Vicent se despidió de los demás y, aún sosteniendo a Alastor, comenzó a caminar lentamente hacia la salida del parque. Al principio, Alastor se dejó llevar sin mucho alboroto, murmurando cosas ininteligibles para sí mismo. Pero a medida que avanzaban, comenzó a resistirse un poco, sus pasos más torpes y sus ojos brillando con un brillo caprichoso.

-Oye... oye, Vicent... -dijo, tirando de su brazo-. ¿Por qué no nos vamos a... a las estrellas?

Vicent alzó una ceja, manteniendo la paciencia.

-¿A las estrellas? ¿Por qué quieres ir a las estrellas?

-Porque... porque ahí podríamos... podríamos ser felices y comer pastel... y tener... ¡perritos espaciales!

-Claro, claro -murmuró Vicent con una sonrisa, asintiendo como si estuviera de acuerdo con cada palabra.

-Y entonces... ¡entonces podríamos casarnos en la luna! -exclamó Alastor, deteniéndose de repente y mirándolo con ojos brillantes-. ¿Quieres casarte conmigo en la luna, Vicent?

Vicent se detuvo, mirándolo con ternura. Sabía que Alastor no recordaría nada de esto al día siguiente, pero aun así... verlo así, tan abierto y sin sus habituales barreras, le calentaba el corazón.

-Claro, Alastor. Me encantaría casarme contigo en la luna -respondió suavemente.

Eso pareció satisfacer a Alastor, quien sonrió ampliamente y volvió a aferrarse a su brazo.

-Sabía que dirías eso... -murmuró, apoyando la cabeza en su hombro mientras seguían caminando-. Porque eres perfecto, ¿sabes? Y yo... yo quiero que seas feliz. Muy, muy feliz.

Vicent se inclinó y depositó un beso en su frente.

-Tú también me haces muy feliz, Al.

Siguieron caminando en silencio durante un rato, y cada vez que Alastor murmuraba algo sobre bodas, lunas o perros espaciales, Vicent simplemente sonreía y le daba una respuesta tranquila. Sabía que su pareja estaba hablando desde lo más profundo de su corazón... incluso si estaba un poco ebrio.

Finalmente, llegaron a la casa de Alastor. Vicent lo ayudó a entrar y, con cuidado, lo guió hacia su habitación. Alastor apenas podía mantenerse en pie, pero todavía murmuraba cosas sobre ser pareja y formar una familia.

-Quiero... una familia contigo... -susurró, mirando a Vicent con esos ojos brillantes y entrecerrados.

-Lo sé -respondió Vicent suavemente, acomodándolo en la cama y cubriéndolo con una manta-. Y algún día, Al... algún día.

Alastor lo miró, su sonrisa adormilada.

-Prométemelo.

-Te lo prometo.

๋࣭  ⭑[𝒞𝑜𝓊𝓅𝓁𝑒 - 𝓈𝒽𝑜𝓇𝓉]  ๋࣭ ⭑ Radiostatic/StaticradioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora