Drabbles.

❤ Admitir. ❤ {Rubelangel}

—Te hah puesto celoso.—Canturrea una y otra vez, a lo que yo ruedo los ojos, cansado.

—Mangel, no me he puesto celoso ni nada, coño, simplemente no me apetecía estar más en compañía de Chetto y esas chicas.—Mentí.

—Venga ya, Rubén, si los ojoh se te han salido de su lugar y tenías muy mala cara.

Caminé aún más rápido.

—Mamgel, que no estaba celoso, joder. Punto. Fin de la discusión.

Él rio y entrelazó nuestras manos, a lo que yo, por mera costumbre, miré para todos lados a ver si había alguien. Lleguemos a casa luego de un tranquilo paseo y cada uno se fue a su habitación.

“Claro que me había puesto celoso. Aquellas locas no dejaban de tocarlo y últimamente, Chetto no se despegaba de él. No es que yo fuese posesivo, es que no quiero ni puedo imaginarme sin Mangel."

—Mangel, ¿jugamos a algo?— Pregunté, entrando a su habitación.

Él giró su silla y se palmeó sus piernas, a lo que yo, fui allí y me senté encima suya. Este era un muy típico gesto nuestro, ya que incluso sin ser nada, ambos lo hacíamos constantemente.

—Solo si admiteh que estah celoso.—Mordí mi labio, cansado con el maldito tema.

—Me cago en todo, si, narices, estaba celoso. Pero, ¿qué tiene de malo?. Eres mi novio, es lo más normal del mundo estar celoso si vienen cuatro guarras y no dejan de tocarte, y, oh, bueno, después está el tema de que Chetto no te deja ni respirar y siempre te lleva lej...- No pude seguir hablando porque ya tenia los labios de Mangel callando mi largo y vergonzoso discurso.

—Pero eh que tu novio— Era la primera vez que lo llamaba así en voz alta.— eh solo tuyo, y no quiere a nadie má'.

Volvió a besar mis labios, al principio de forma tierna, después, más apasionada.

—Y ahora, te lo demohtraré.— Susurró en mi oído para luego morder mi lóbulo, y sin esperar un segundo, ya tenia mi camiseta negra favorita en la otra punta de la habitación.—Te demostraré que solo soy tuyo y tu ereh mio. Solo mio.

Y lo era, era suyo. Solo suyo. Siempre.