Estábamos riendo sin poder parar, cuando Alex puso fin a la grabación. La vecina volvió a golpear la pared, señal de que ya estábamos haciendo suficiente ruido, así que esté se marchó a la puerta, aún riendo, y levantando la mano en alto, se despidió de nosotros.
-¿Tú también te vas?- Pregunté, una vez que pude tranquilizarme. El vídeo había sido mucho mejor de lo que esperábamos, incluso pude convencer a Alex para que participara y no solo grabara.
Me miró atentamente, siendo ambos conscientes de que aún quedaba un asunto que tratar, y es que esa pregunta de "¿A quién quieres más, a tu novia o a mí?", seguía flotando a nuestro alrededor.
-¿Quiereh que me vaya?- Preguntó, ahora sí, todo lo serio que pudo.
No me hizo falta pensarlo ni un segundo. No había ni tan siquiera terminado de formular la pregunta, cuando yo ya había negado con la cabeza, y mostrándome una sonrisa torcida que hacía que sus oscuros ojos brillaran un poco más, se volvió a tumbar en el sillón.
Miré el aparato con el que habíamos jugado toda la tarde, dudoso de decirlo.
-¿Y si jugamos una última ronda, nosotros solos?- Me enderecé y alcancé el detector.
-Vale, venga.- Quería la respuesta a mí pregunta, y la quería ahora, doliese o no.
Él a un lado de la mesa. Yo a otro. Un solo aparato encima de esta. Nuestros ojos fijos. El silencio frío y cargado de palabras.
Tomé una respiración profunda.
-Ahora está la cámara apagada.- Él asintió, tan nervioso como yo.- Esto no saldrá de aquí.- Volvió a repetir la misma acción.- ¿A quién quieres más, a tu novia o a mí?
De pronto, se levantó, se puso a mi lado y me miró, como si pudiese transmitir todo lo que él estaba pensando en este momento, y yo lo estaba deseando, pero por desgracia, no se puede. Puso la mano encima del detector, y sin mirarme, pronunció claramente, clavando sus palabras en mi:
-A mi novia. Ella me importa máh.- Tragué, aquel nudo extraño que estaba en mi garganta y sin poder respirar, sonreí. Era gilipollas... ¿y es que, cómo había podido ilusionarme?
Pero su risa suave, cuando el detector empezó a parpadear, y a hacer ruidos, seguido de un calambre hacia Mangel, me detuvo de mis propias lamentaciones.
-Vaya, sí que funciona...- El latido de mi corazón, volvió, más rápido y constante que nunca. ¿Eso quería decir que el muy gilipollas había jugado conmigo?- Entonceh a ti sí te guhtan las pollah, ¿no?- Me miró, orgulloso de ver que sus palabras habían provocado el efecto deseado.
-Solo la tuya, ya lo sabes.- Y riendo, nos volvimos a tumbar en el sillón, como niños pequeños.
-Rubih, siempre seráh tú, pase lo que pase.- Asentí, sin poder quitar mis ojos de él. Yo quería más, y él lo sabía, pero no podía dármelo, y eso doloroso para ambos... aunque una parte de mí estaba contenta con, simplemente, tenerlo a mi lado.
Y es que de verdad lo quería, y podría poner mi mano encima de un detector de mentira a la máxima potencia sin miedo alguno, si ese era el argumento, porque era imposible de refutar. Yo de verdad quería a Mangel, y él me quería a mí.

ESTÁS LEYENDO
Drabbles.
FanficHistorias cortas sin ninguna relación entre ellas que podrán ser de cualquier pareja. P.D: Se aceptan pedidos.