♥ Pequeñas cosas ♥ (Rubelangel)

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Hay cosas simples en el mundo que pueden alegrar un día, cosas mínimas y tan pequeñas que normalmente no apreciamos, pero que cuando realmente las necesitamos, significan un mundo. Besos robados, caricias sin ninguna intención mas que la de hacer saber que estás para esa persona, palabras de apoyo o afecto, un '¿Qué tal todo?' o un 'Te echo de menos', incluso un '¿Cómo has llegado?' en un momento dado, pueden hacer que tu día brille un poco más. 

Pero para Rubén era algo más sencillo, pero al mismo tiempo, lo más complicado del mundo: Un abrazo. No de cualquier persona, por supuesto. Un abrazo de Miguel, de Mangel, de su mejor amigo. 


Y en un día como hoy, donde las cosas, siendo totalmente sinceros, no habían salido para nada bien, - no solo en el ámbito de Youtube, sino que también extraña a su familia, al propio Mangel, y vamos, todo el mundo tiene días en donde se levanta con el mundo sobre sus hombros- los necesita como nada, como si fuese el aire que le ayuda a seguir, o siendo aún más cursis, las energías que le permiten avanzar. 


Así que, con paso muerte y débil, camina hacia el salón, donde está su teléfono. Abre Whatsapp y busca el contacto "Mi Mahe<3", y sin pensarlo dos veces, escribe: 

Ust te necesita.

Y no pasan muchos segundos que ya tiene la respuesta del otro.

¿Sólo Ust?

Bloquea el teléfono y mira por última vez si el vídeo se está renderizando adecuadamente. No sabe qué contestar, así que no dice nada, simplemente un: 

Quizás. 

Se vuelve a la cama, de donde -se dice- no debería haber salido en todo el día, pero cuando, media hora después, se quita los cascos y baja el volumen de la música, escucha como llaman a la puerta, hace un esfuerzo y va a abrirla, preguntándose quien será. No es verdadera sorpresa ver a Mangel, completamente mojado, en frente de él, temblando de frío y con los brazos abiertos. 

-¿Uht quiere un abrazo?- Pregunta el menor, con un tono divertido, aunque las palabras salen entrecortadas y sus dientes castañean.

-Ust quiere que primero te des una ducha, te calientes, y luego ya veremos, retrasado.- A pesar de sus palabras, el tono de Rubén es tan cálido que Mangel sonríe. 

Así que eso hace el pelinegro, camina hasta la ducha, pero unos brazos delgados y pálidos lo abrazan por detrás. 

-Gracias, gilipollas. Gracias de verdad.- Luego se aleja despacio, quitándole la bolsa donde Mangel trae un pantalón ancho -Rubén supone que es lo que usará de pijama- y lo coloca en el suelo mientras observa como el menor va a la ducha, el peso en sus hombros haciéndose menos y menos pesado. 

Porque estas son las cosas que hacen que Rubén esté más y más enamorado de Mangel, esas pequeñas cosas que tanto adora. 

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