Paredes delgadas. [I] {Rubelangel}

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Aprieta la almohada un poco más contra su cabeza, deseando desaparecer. ¿Por qué tenia que escucharlo todo? ¿Por qué esas paredes no pueden ser un poco más amplias? Quizá deberian haber insonorizado sus habitaciones, pero siendo sinceros, Mangel jamás pensó que esto iba a pasar a la semana de mudarse juntos.

El nudo en su pecho se acentúa, ahogándolo, hundiéndolo, destrozándolo, y a pesar de que es una de las personas más fuertes y positivas del mundo, esto lo destruye de una manera tan intensa que no puede ni ser explicada a través de palabras.

Sorbe por su nariz y cierra los ojos con más fuerza.

"Desaparece. Vete"- Pide, y no sabe exactamente lo que está deseando, aunque si sabe que quiere algo. Que ese dolor se vaya. Que la puta que está en la habitación de su mejor amigo se largue de ese piso que comparten de una buena vez. Bien, eso no pasa. Por el contrarios los gemidos y las palabras suenan con más intensidad a través de esas delgadas paredes, taladrándole sus oídos. Mangel muere lentamente de nuevo.

Lo daña, lo rompe, lo destruye... Y a pesar de eso, no cambiaría nada de su situación actual, porque al menos puede tener a su mejor amigo, Rubén, del que lleva enamorado tanto tiempo que no lo sabe exactamente, a su lado, viéndolo día a día.

"Quizá si cambiaría algo, que estas paredes no fuesen delgadas, porque así ni tortura no seria tan palpable"- Cierra los ojos, lo más suave que puede, e intenta dormir. Pero como esperaba, es imposible

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