Melenas revueltas.

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Lo primero que vio al despertarse fue un inesperado vacío a su lado. Ella no estaba. Debió suponer que, tras lo ocurrido la noche anterior, ella se hubiera sentido avergonzada. Frustrado, Matthew se cruzó de brazos. Pero oyó un ruido. Una puerta. Y, de pronto, sin aviso, Evanna, con una remera de él y una bandeja, entró a la habitación.

-Lo siento, quería estar cuando te despertaras pero quise preparar el desayuno.-Dijo dejando la bandeja en la mesa de noche y sentándose al borde de la cama.

Matt sonrió. Tenía todo el cabello rubio revuelto, y, sin embargo, se veía hermosa.

-Buenos días. Gracias por el desayuno.-Tomándola por la nuca, la atrajo hacia él y la besó con suavidad.

-No es nada.-Dijo ella sonriendo.

-Hacía mucho que no te veía tan feliz.-Dijo jugando con el borde de su remera, hasta decidir quitársela. Ella sólo sonrió.

-Es que, verás...-Le explicó metiéndose en la cama junto a él.-Hacía mucho que alguien no me hacía tan feliz. No como lo haces tú.

-¿Te he dicho que te amo?

-No.

-Pues que sepas que lo hago, y mucho.-Dijo besándola.-Y ahora tengo hambre. ¿Qué hay de desayunar?

Evanna rió fuertemente.

***---***---***---***---***

Se despertó en brazos de él. Y seguía dormido. Ella sonrió. Él también se veía adorable dormido. En cuanto despertara se lo diría.

-¿Emma?

-Hola, cielo.-Sonrió al ver la cara de sorpresa que él puso.

-Despertaste antes que yo. No pude verte dormir.-Dijo enfadado.

-Venga, no te enojes. Seguramente mañana me verás dormir. O cualquier otro día...

-Ese es el mejor pensamiento que podré tener.

-A propósito, te ves hermoso durmiendo.-Y enterró la cabeza en su pecho.

De ese modo él sólo veía su cabello enredado y revuelto. Sonrió al recordar por qué lo tenía así.

-Em, venga, levanta el rostro, quiero verte.

-No.

-¿Por qué?

-Porque no lo haré.-Y siguió tan inmóvil como antes.

-Emma... Por favor.

Ella negó con la cabeza, haciéndole cosquillas con la nariz.

-¿Por qué?

-Hay algo que quiero hacer.

-Hazlo. Sólo quiero ver tu rostro.

Ella sonrió para sus adentros y comenzó a depositar suaves besos por todo el pecho de Rupert. Los besos siguieron hasta su cuello. Normalmente él la besaba así, pero esta vez ella quiso intentar. Siguió subiendo hasta su mandíbula.

-Em... me haces cosquillas... tu cabello...

Pero ella lo ignoró olímpicamente. Siguió besándolo hasta llegar a su barbilla. Allí lo acarició hasta sacarle una sonrisa (lo cual no fue nada difícil) y subió hasta sus labios. Lo besó con tanta pasión y fiereza como la noche anterior. Él le devolvió los besos. Ahora el cabello de Emma estaba por todo el rostro de él. Ella se alejó tres milímetros, sonriendo, y se dio vuelta, quedando con la cabeza boca arriba sobre su pecho, con el cabello aún sobre su rostro.

-No sé qué me gusta más, verte dormir o que me beses así.

Se entrevió una sonrisa por su cabello.

-Emma, ya, quítate el pelo de la cara, quiero verte.

-No.

-No me dejas opción.

-¡Hey! ¿Qué haces?

Rupert había salido de debajo de Emma y, girando, se colocó sobre ella.

-Intento ver tu rostro.

Imitó a Emma en sus acciones. Besó su pecho, su cuello, su mandíbula, su barbilla y sus labios. Mientras la besaba, colocó una mano en su rodilla y comenzó a acariciar su muslo.

-Ron...

Él sonrió. Había escuchado tantas veces ese apodo la pasada noche que ahora le recordaba cada uno de esos momentos.

-¿Qué?

-Tienes mi permiso. Puedes quitarme el cabello de la cara.-Ella sonrió contra sus labios.

Él también sonrió.

-Hermione...

-¿Qué?

Pero él no dijo nada. Rápidamente, pero con dulzura, corrió los mechones que cubrían su rostro y bajó a besar su muslo.

-Mmm...

Él siguió besándola. Subió por su vientre, su pecho y pasó nuevamente a su cuello, su mandíbula y su barbilla. Pero al llegar a sus labios, Emma se lo impidió.

-No. No hasta que me respondas algo.

-Claro, lo quieras.

-¿Cuándo te diste cuenta de que estabas enamorado de mí?

-En la tercera película, cuando me abrazaste por la muerte del hipogrifo. ¿tú?

-En el mismo instante que tú. Olías tan bien.-Dijo ella enterrando la cara en el cabello pelirrojo y aspirando.-Y aún lo haces. Y mi convicción se afirmó cuando te vi en el bosque, sangrando, en la penúltima película. Lloré, ¿recuerdas? Pues lo que pensé para hacerlo fue exactamente lo que veía: que podías morir. Fue horrible.

-Te amo.-Dijo él besándola.-De veras no creí que te hubieras preocupado tanto por mí.

-Eso es porque te amo. Oye, ¿crees que Evanna y Matthew estén bien?

-¿Por qué no habrían de estarlo?

-Porque ayer parecían peleados. Casi no se hablaron.

-Sí, pero no debe haber sido nada... Tranquila.-Le susurró, y bajó nuevamente a besar su muslo.

-Está... bien...-Tartamudeó.-¿Cómo logras hacerme perder el control?

-Fácil, tú haces que yo pierda el mío.-Y volvió a besarla.-Y, además, creo que una melena revuelta jamás había sido tan... especial.

Y ella sonrió mientras él la besaba, más arriba.

Junto al río Támesis (Emma Watson y Rupert Grint) [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora