El veredicto

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Todos salieron de nuevo a la sala del Tribunal y se sentaron en sus lugares. Emma y Rupert miraron nerviosos a Ryan y Helena. Bien podría ser la última vez que los vieran.

De sólo pensar en eso a Emma le daban ganas de llorar. Pero Rupert, que pareció leer su pensamiento, la abrazó.

Joanne se enjugaba un par de discretas lágrimas. Eran justo como ella: discreta, sencilla, justa... Ella quería que el veredicto fuese sí. Sus amigos lo merecían. Y los niños también.

James pensaba en Oliver y su novia, la actriz de Angelina. Ella era abogada también. ¿Tendría que dar noticias desagradables alguna vez? Seguro que sí. Y él creía firmemente que Rupert y Emma merecían ser padres.

Evanna pensaba en Matthew. En cómo lo había conocido. Cómo lo había besado. Cómo se habían casado. Cómo iban a ser padres. Y para ella, el veredicto merecía ser sí.

Bonnie estaba nerviosa pero la presencia de Daniel la calmaba un poco. Si el veredicto era no... Los niños no serían sus sobrinos, ni vivirían con Rupert y Emma. Sería horrible. No, Bonnie, no pienses en eso. El veredicto tenía que ser sí.

Daniel concentraba toda su energía en evitar que Bonnie preguntara a los gritos cuál era el veredicto. Dan pensó. Una adopción en una semana. Eso sí que era difícil. Pero si la decisión de los jueces era un sí, entonces lo lograrían. Y él quería que así fuese.

Julie pensaba nerviosa una y otra vez en el futuro de sus nietos. Los amaba tanto... Si no se quedaban, moriría de angustia. No podía con toda esa presión. Sencillamente no podía.

Mark estaba, inexplicablemente, feliz, muy feliz. Estaba seguro de que el veredicto sería sí. ¿Por qué dudar? Era algo seguro...

Ryan pensaba en sus padres. Se moría de ganas de ser adoptado. Él quería una nueva familia, empezar de nuevo, tener amor, una casa, un hogar... Lo quería. Y lo necesitaba.

Helena sencillamente se sentía a punto de desmayarse. Si el veredicto era no, huiría del orfanato para vivir con Emma y Rupert. Estaba decidido. Y Ryan iría con ella, claro. Helena Grint no iba a rendirse tan fácilmente. Miró a su alrededor. James la miraba. Le sonrió apoyándola, ella le devolvió la sonrisa e inmediatamente se sintió mejor.

Emma y Rupert ya se sabe lo que pensaban. Veredicto sí, o pena de por vida. Tan sencillo como eso.

El juez carraspeó para llamar la atención de todos los presentes.

-Por favor, su atención. Gracias. Muy bien, hemos escuchado y considerado cada opinión y forma de pensar. Hemos discutido cada diminuto detalle. No se nos ha escapado nada. Ustedes son todos muy conocidos, pero han sido juzgados como cualquier otro caso. El caso ha sido considerado y reconsiderado. El veredicto final es: no veo manera de que...

Emma se sintió a punto de morir. El juez iba a decir que no.

-...no veo manera de que estos niños, cuya opinión ha sido tomada en cuenta, no consigan el permiso para ser adoptados por Emma Watson y Rupert Grint. Han demostrado cualidades justas y equitativas. Serán buenos padres.-El juez sonrió.-El veredicto es un sí.

La sala se llenó con gritos de alegría. Emma y Rupert se besaron y se abrazaron.

-Firmen aquí y donde les dirá su abogado y serán sus padres legalmente.

Emma garabateó su firma sin mirar el papel, y Rupert también. Los dos niños corrieron hacia ellos.

-¡Mamá! ¡Papá!

Emma y Rupert lloraban de alegría. Sus amigos también. Se abrazaban unos con otros y reían, charlaban y sonreían.

Emma sólo tenía ojos y oídos para Rupert, Ryan y Helena, que la abrazaban, besaban y le hablaban.

-¡Mamá! ¡Al fin somos una familia!

Emma asintió y los cuatro se abrazaron.

El juez sonrió. Otro caso en el que, sin lugar a dudas, el veredicto estaba perfecto.

Junto al río Támesis (Emma Watson y Rupert Grint) [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora