Junto al río Támesis (Emma Watson y Rupert Grint) [Grintson]

El plan B

Emma y Rupert enseguida dejaron de prestar atención a lo que los rodeaba, para concentrarse el uno en el otro.

-Rupert...-Él sonrió al escuchar su nombre.

La besó aún más fuerte y le quitó el vestido.

-...Te amo.

-Y yo a ti, princesa.

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Bonnie y Dan llegaron a la casa de ésta.

-Bien, Bonnie, debo irme...

-¡NO! Es decir... No puedes irte. Es muy tarde y tu casa está lejos. Quédate a dormir.-Y se ruborizó.

Él sonrió con dulzura y le dijo:

-Entonces me quedo.

Ambos entraron.

-No es una casa muy grande.-Dijo ella.

A decir verdad, no lo era. Tenía una cocina-comedor, un baño y una habitación, además de un patio. No había sala de estar, ni cochera, ni otro baño, ni... otra habitación.

-Bonnie, ¿Dónde duermo? No hay dos...-En ese momento se dio cuenta del motivo que avergonzaba a su amiga.

Pero, sin decir nada, asintió.

Ambos fueron a la habitación. Bonnie entró al baño y se puso su pijama. Al salir, se quedó helada, Dan tenía encima sólo una camiseta y su ropa interior.

Pero al ver que él no lucía avergonzado, se compuso y se metió en la cama. Y Dan se metió con ella. Bonnie apagó la luz y todo quedó a oscuras.

-Buenas noches, Dan.

-Hasta mañana, Bonnie.

Y se durmieron dándose la espalda.

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Matthew se dio cuenta de que Evanna volvía a estar enfadada con él porque no le habló en toda la vuelta al apartamento. Seguramente los comentarios de Bonnie y, sobre todo, los de Dan, habían hecho que se pusiera así. Por suerte, aún tenía el "plan B". Y desde que habían salido del departamento que se había puesto en marcha.

Se bajaron del coche y subieron en silencio. Cuando llegaron al departamento, se había cortado la luz. Sólo iluminaba la habitación la luz de la luna llena.

"Genial." Pensó Matt. "Esto ayudará".

Evanna, tras ver que la luz no encendía, se quedó sin saber qué hacer. No reaccionó hasta escuchar la voz de Matthew en su oído.

-Eva, quiero que me escuches atentamente. Sobre lo que ocurrió hoy...

Evanna, como Matt había previsto, se alejó de él y quiso abrir la puerta de su cuarto. No pudo. Estaba cerrada con llave. Intentó el baño. No abría. El comedor. Tampoco. La sala de estar. Tampoco. La habitación de Matthew. Tampoco. Y... no había más habitaciones. Furiosa, se acercó al chico señalándolo con un dedo y lo acusó:

-¡Tú lo hiciste! Cerraste todo...

Y Matthew decidió no dejarla terminar. Se acercó más a ella y la aprisionó contra una esquina de la pared. No podía salir.

-Matthew, yo no quiero hablar sobre lo que ocurrió hoy.

-Pero yo sí. Y, siento decirte, para una conversación hace falta más de una persona.

Se acercó más a ella y le dijo:

-No me dejarás hablando solo, ¿cierto?

Eva se conmovió por su cercanía. Desesperada, hizo algo que no hubiera querido hacer: asintió. Y Matt necesitó ese único gesto para hablar, en poco más que un susurro.

-Eva, lo siento. Mira, no debí enfadarme contigo por lo de Emma y Rupert si ni siquiera ellos lo mencionaron. Y sobre Cecily... Tienes razón, no debí decirle que me acosté contigo. Yo siento mucho si te molesté. No quise hacerlo. Eva, perdóname, ¿sí? Ya no te enfades conmigo. Quiero que seamos amigos otra vez. O...

Evanna lo interrumpió.

-No estoy enojada contigo. Estoy enojada conmigo.

-¿Por qué, Eva? Te estás desquitando conmigo. ¿Qué te ocurre, mi Luna?

Él tomó el rostro de ella entre sus manos y lo levantó hacia él. El rostro de ella estaba surcado por lágrimas, que se veían plateadas a la luz de la luna. Matthew se las enjuagó con suavidad y la miró, esperando su respuesta.

-Yo... me... siento... culpable... te obligúe a quedarte... y tú no... querías... no te escuché... y Cecily... yo la apreciaba... como a una amiga... y empecé a... tener celos de ella... sin saber por qué... y... me di cuenta... pero... lo arruiné... y ahora tú... estás enfadado... con razón... será mejor que me vaya... lejos de ti... no quiero herirte...-Logró articular entre sollozos.

-Evanna, te prohíbo que digas tal cosa. No te irás, ni me dejarás. Te quedarás aunque tenga que encerrarte en tu cuarto. ¿Me oyes? No te dejaré.

-Pero, Matt... Cecily... Ella...

-Sólo olvídala, ¿De acuerdo?

Ella asintió y volvió a hablar.

-Yo... lo arruiné... ¿cierto?

-¿Qué arruinaste?

-Tu relación.

-No, no lo hiciste. Tú, sin darte cuenta, me enseñaste más cosas de las que Cecily podría haberme enseñado. Tú fuiste el motivo por el cual me quedé. Tú, Evanna Lynch.

-Lo siento mucho, Matt.

-¿Por qué?

-Me... me... enamoré de ti y estabas en una relación... y por mi culpa se rompió...

-Evanna, ya te dije que no te culpes por lo de mi relación y... Un segundo. ¿Te enamoraste de... De mí?-Tartamudeó Matthew.

Ella asintió sollozando.

-Y... ¿Aún estás enamorada de mí?

-Como... Alan...hubiera...dicho...

-¿Qué?

-Siempre.

Matthew enjugó las lágrimas de ella y le susurró:

-Y yo te amo a ti, Luna Lovegood, Evanna Lynch o quien seas, te amo.

Se adueñó de sus labios. Evanna le respondió, desesperada.

-Matt...-Susurró entre jadeos cuando él le desabrochó el vestido e intentaba quitárselo.

-¿Qué ocurre?

-Yo... La habitación...

Él entendió enseguida lo que ella quería.

-Sujétate.

Evanna colocó ambas piernas alrededor de la cadera de él. Matthew se sacó las llaves del bolsillo y, con Evanna a cuestas, entró a su habitación. Evanna miró algo sorprendida. Nunca había estado allí. Pero al ver a Matthew acercarse a besarla todos los pensamientos se esfumaron de su cabeza.

Matthew besó cada parte del rostro de la rubia antes de preguntar:

-¿Puedo?

Ella asintió con delicadeza. Y el vestido resbaló por su cuerpo hasta caer al suelo. Matthew la levantó y la dejó sobre la cama. Se quitó el saco y la camisa y se dedicó a besarla. Evanna sintió sus manos acariciando cada parte de su cuerpo y sus labios sobre los suyos.

Ella no quería parar, nada de lo que había hecho antes había hecho que sintiera emociones tan fuertes como las que él ahora causaba en ella.

-Al final, lo que le dije a Cecily será cierto.-Dijo él, besando de nuevo a la rubia, y sonriendo.