Demasiado tarde

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Cayó al suelo... Empujado. El impacto de la bala nunca le llegó. Abrió los ojos.

La policía estaba allí. Sostenían a el jefe de la banda y sus secuaces. Bonnie miraba la escena desde la puerta. Parecía entre preocupada y aliviada. Dan estaba a su lado. Pálido. Pero vivo.

Rupert se puso de pie con dificultad. La silla de madera a la que lo habían atado se había roto con la caída. Fue hacia sus amigos y los abrazó.

-Rupert...-Sollozó Bonnie.

Su hermano le besó la frente.

-Nunca me había alegrado tanto de verte... Igual que a ti, Dan.-Dijo abrazándolo.

Un policía se acercó preocupado.

-¿Señor Grint?

-¿Sí? No tengo problema en declarar. Sé que ese asqueroso disparó. Pero la bala no me tocó. ¿No es extraño?

El policía miró a Bonnie y Dan. La pelirroja volvía a llorar en brazos de su esposo.

Rupert frunció el ceño. Acababa de comprender.

-No...-Susurró dándose vuelta.-¡Emma!

Corrió hacia ella.

Rupert sintió sus ojos llenarse de lágrimas.

-Emma. No. No, por favor. No tú...

Ella estaba en el suelo. Agentes de policía la rodeaban. Rupert se abrió paso y se arrodilló a su lado.

-Emma.-Sollozó.

Una policía lo miró. Las ambulancias llegaron.

Una enfermera entró. Empujó a todos y se agachó junto a Rupert.

El pelirrojo reconoció a Elizabeth. Lloraba.

-Elizabeth... Dime que ella está bien.

Ella no lo miró.

Se llevaron a Emma en una camilla.

-Me temo que es... Demasiado tarde, Rupert.

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Lloraba desconsoladamente.

La policía había llegado cuando él había cerrado los ojos. Habían tomado a los cómplices. Pero no habían podido evitar el disparo.

Emma estaba con ellos. Incapaz de ver morir así a su esposo, corrió como nunca en su vida y se interpuso empujando a Rupert al suelo.

Y había sido ella quien había recibido el disparo.

Rupert lloraba.

-Le dije que no viniera. Que me dejara morir. Yo debería estar muerto, no ella. Esto es mi culpa...

Bonnie suspiró y lo abrazó.

-Rupert...

-Soy el mayor ser humano despreciable del mundo.

-Rupert.

-Ahora mismo voy a anotarme a un concurso de imbéciles. No creo que acepten profesionales pero tengo que intentar.

-¡Rupert!

-¡¿Qué?!

-Tranquilízate.

-¡¿Cómo puedes pedirme eso?! Mi esposa murió por mi culpa.

-Rupert, basta. Sé que es tu esposa. Pero es mi mejor amiga. No debí dejar que viniera. También es mi culpa.

-No, Bonnie. Hiciste lo correcto. Mi error. Fue mío. Mi culpa. Le dije que no me buscara. No fui lo suficientemente insistente. Debí decirle otra cosa. No debí haber hablado con ella. Si hubiera pagado, me hubieran matado igual, pero ella no habría estado para impedirlo. Bonnie...

Junto al río Támesis (Emma Watson y Rupert Grint) [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora