Peros

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-Tenemos que hablar.

-Está bien.

Bonnie y Daniel se sentaron en dos sillas.

-Antes que nada, ¿Sobre qué tenemos que hablar?-Preguntó él.

-Sobre nosotros.

-Ah. Sobre eso... Tengo que decirte algo.

-Lo sé, pero este no es definitivamente el momento para eso.

-¿A qué te refieres?

-No cabe duda de que lo que ocurrió entre nosotros fue muy lindo, pero ninguno de los dos está seguro de lo que siente.

-Yo sí lo estoy.

-No, y lo sabes. Aún no sabes si lo que sientes por mí es fuerte.

-¿Fuerte para qué?

-Para perdurar. Mira, los dos sabemos que nos queremos mucho, pero hasta ahora nos hemos visto sólo como amigos, o, a lo mucho, como algo un poco más que eso.

-No entiendo.

-Dan, ayer fue horrible, el peor día de mi vida. Tú pudiste morir y yo intenté que no ocurriera. Nuestros sentimientos estaban a flor de piel... Pero un impulso y una relación son cosas diferentes.

-No veo de qué hablas.

-Mira, tal vez si ayer hubiéramos... Nos hubiéramos encontrado de otra manera, no habría problema en pensar en nosotros como en una pareja. Pero no fue así.

-Hay demasiados 'peros' en esta conversación.

-Lo sé, pero es así, y tú lo sabes, ¿Cierto?

-Supongo.

-¿Ves? Ni siquiera sabes qué pensar de mí. ¿Cómo podemos pensar en nosotros?

-Pero yo...

-Mira, Dan, puedes quedarte aquí el tiempo que desees. Incluso puedes hacerlo luego de que estés completamente curado. Pero al ser una pareja, aceleraríamos las cosas, ¿No lo crees?

-Pues, yo...

-Si estás seguro de lo que sientes, entonces bésame y resolveremos esto.

Daniel se acercó a ella, tomó su rostro entre sus manos y se acercó a sus labios. Pensó en todo lo ocurrido. Intentó imaginar qué estaría haciendo él si nada de eso hubiese pasado. Probablemente estaría en su casa, pensando en ella... pero en el fondo, él sabría que tenía que esperar. Pensó en todo lo que ella le había dicho y supo que tenía razón. Era muy pronto.

Cuando abrió los ojos, se dio cuenta de que hacía unos minutos que tenía a Bonnie así, cerca de él, pero sin atreverse a romper la distancia que los separaba. Su amiga lo miraba con una mezcla de tristeza y resignación. Suavemente, él quitó las manos de sus mejillas y se alejó de ella.

-Lo siento... No... No puedo...

-Te lo dije.-Ella derramó un par de lágrimas.

Él quiso acercarse a abrazarla, pero algo se lo impedía.

-Entiendo. No es necesario que digas nada más. Vamos a dormir, tuvimos un largo y confuso día.

-Está bien.

***---***---***---***---***

Como la primera vez, se durmieron dándose la espalda.

Ella pensó en él, y lloró.

Él pensó en ella, y también lloró.

Pero ninguno podía solucionar su problema.

Ninguno estaba listo, y ambos lo sabían.

Y Bonnie y Daniel, entre 'peros' y lágrimas, se durmieron.

Junto al río Támesis (Emma Watson y Rupert Grint) [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora