Evanna y Matthew

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Llegó el momento en que Emma y Rupert tuvieron que dejar la cabaña. Pero ahora eran más felices que cuando habían entrado.

Septiembre trajo consigo la boda de Matthew y Evanna.

Evanna y Bonnie habían ido a hacer todas las pruebas para el vestido. Esto se había dificultado un poco porque era imposible que el vestido no fuera ajustado en el vientre, incómodo para una embarazada, y eso ponía a Evanna de mal humor, a tal punto que dijo que prefería casarse con un camisón blanco que con ese vestido.

Pero entre Bonnie y la modista la convencieron.

La mañana de la boda, Emma despertó en casa de Evanna. A su lado vio a Bonnie y a Joanne, ambas durmiendo en sendas bolsas de dormir. Emma se puso un poco triste. No vería a Rupert esa mañana...

En fin. Estaba levantándose para despertar a las demás cuando tocaron la puerta. Emma espió por la mirilla y abrió. El pelirrojo interceptó sus labios y ella le correspondió.

-Emma...

-¿Qué pasa?

-Me he escapado. La despedida de soltero en casa de Dan ha sido genial, no dudo que la de ustedes también. Pero como Matt no puede ver a Eva hasta que comience la boda, nos hizo jurar que nosotros tampoco las veríamos. Por supuesto que es una estupidez y tuve que prometerlo, pero tenía que darte tu beso de buenos días.

Volvió a besarla.

-¡RUPERT!-Unos brazos lo tomaron y lo separaron de Emma.

Matt y Dan lo miraban enfadados. Dios sabe de dónde habían salido.

-¿Qué habíamos prometido?-Dijo Dan.

-No lo sé. Ustedes sabían que estaba borracho. No sé qué me hicieron prometer.

-¿De veras? Entonces, ¿por qué has salido corriendo cuando te llamamos?

Rupert se encogió de hombros.

-Anda, bésala una vez más, que luego hasta que inicie la boda no podrás hacerlo.

-¿Qué?

-Ese era el trato. No ver a las chicas.

-Pero es injusto.

-Mira, nosotros nos volvemos a la casa de Dan. Si no estás allí en diez minutos, volvemos a buscarte.

Y ambos se fueron. Emma lo miró.

-Por supuesto que sí recuerdas la promesa.

-Sí, pero vale la pena romperla para estar contigo.

Rupert la besó y la recostó en el sillón donde había estado durmiendo. Comenzó a desabotonarle el pijama, pero ella lo detuvo.

-Rupert, en diez minutos vendrán. Eso si Joanne y Bonnie no se despiertan. Esta noche...

-Pero es la recepción.

-Sí. Y podemos irnos antes...

-Recuerda que me lo debes.

-Créeme, no lo olvidaré.-Dijo Emma mirando su anillo de compromiso.

Él le sonrió y le besó la frente. Volvió a abrocharle el pijama.

Se besaron un par de minutos más y luego Rupert se despidió de ella y de Bonnie y Joanne, que, soñolientas y recién despiertas, lo miraban extrañadas; y se fue.

Emma rió al ver los rostros confundidos y dormidos de Bonnie y Joanne.

-¿Aún duermo o Rupert estaba aquí?

Junto al río Támesis (Emma Watson y Rupert Grint) [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora