El telegrama

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Emma se despertó de buen humor. Se cambió y bajó las escaleras para prepararle el desayuno a su familia.

Un sobre amarillo descansaba sobre la mesa. Abierto.

"Es de Rupert. Sobre su trabajo. Me dijo algo sobre eso anoche... Creo que no era nada grave."

Emma tomó el sobre y lo inspeccionó. No era una carta. Era un telegrama. Y los telegramas nunca llegaban por buenas noticias...

Ella abrió el sobre preocupada y leyó su contenido.

-¡RUPERT ALEXANDER GRINT! ¡VEN AQUÍ INMEDIATAMENTE!

Emma dejó todo sobre la mesa, cruzó los brazos y esperó.

Rupert bajó despeinado, descalzo, con el pijama, agitado y preocupado. Se había despertado de golpe y había corrido para ver qué ocurría.

-Emma, ¿Estás bien? ¿Por qué...?

-Por esto.-Ella le mostró el telegrama.-¿Me explicas qué es? ¿O cuándo pensabas mostrármelo? ¿Acaso tu esposa no debe saber que te despidieron?

Rupert se pasó una mano por la cara, aliviado al ver que sólo era eso.

-Creí que era algo más grave...

-¿No te parece grave que no tengas empleo porque te despidieron?

Emma casi se echa a llorar. Él se aproximó y le acarició las mejillas con dulzura.

-Tranquila. Tienes que dejar que me explique.

-¿Explicar? ¿Qué? ¿Por qué te despidieron?

-Sí. Déjame explicarte.

Ella asintió.

-Bien. Como sabes, hace un par de meses el equipo de animación más importante de Polonia creó una película que se hizo muy famosa. Están traduciéndola a muchos idiomas. Entre ellos el inglés. Lo que ocurre fue que este estudio comenzó a hacer el doblaje y me contrataron para doblar una de las voces. Pero uno de los trámites de patentación salió mal y no registraron el trabajo. Por lo que otro estudio también hizo el doblaje. Y lo patentó. Y ya acabaron. Nosotros ya no podemos doblar la película. Ya está hecha por otro estudio. Por eso el proyecto se disolvió y despidieron a todos. Incluyéndome.-El pelirrojo se pasó una mano por el cabello para peinarlo un poco.-Y... Y es todo. Por eso me despidieron. Ya me lo habían dicho, pero el telegrama formal llegó ayer y es el que tienes en la mano. Pero el lado bueno es...-Dijo iluminándose con una sonrisa.-...Que el estudio me ha recomendado para otros trabajos de doblaje. Ayer acepté una propuesta y para cuando esa acabe tengo muchas otras más que me han asegurado un puesto. No tienes que preocuparte. Sí tengo trabajo. No es sobre la misma película, pero es básicamente el mismo. Ahora...

Él le acarició las mejillas. Emma cerró los ojos.

-Lo siento. No quise gritarte.-Susurró con timidez.

-Está bien. Debería habértelo dicho ayer. Pero quiero que te quedes tranquila pensando que tengo trabajo. ¿Sí? No es como si fuésemos a quedarnos sin sustento para mantener a los niños. Todo está en orden. No te preocupes.

Emma asintió y sonrió. Abrió los ojos para encontrarse con los verdes de su marido.

-Estoy muy orgullosa de ti.

-¿En serio? ¿Por qué?

-Porque conseguiste trabajo y superaste los problemas. Y porque tienes una familia y te preocupa cómo mantenerla. Y aún no creo que todo esto esté pasando. Te amo.

Él sonrió y se acercó a ella. Se acercó hasta que sus narices se rozaron. A esa distancia podía contar sus pecas.

Rupert asintió para sus adentros. Definitivamente Emma era ella misma otra vez.

-Me amas. Curioso. Muy curioso. Porque yo también te amo.

Emma rió y susurró:

-Nunca voy a cansarme de oír eso.

Le puso las manos tras la nuca y él puso las suyas en la cintura de ella. Luego se miraron sonriendo. Y se besaron.

***---***---***---***---***

El grito de Emma regañando a Rupert por lo del telegrama de despido no sólo lo había despertado a él.

Helena, Ryan, Jack y Madeleine no tardaron en sobresaltarse con el grito.

Helena oyó a su padre bajar las escaleras y los llantos de sus hermanitos pequeños. Entró al cuarto de sus padres.

Jack dejó de llorar. El ahijado de Dan y Bonnie siempre dejaba de llorar cuando sus padrinos o su hermana mayor aparecían. Sonrió y estiró sus brazos para que Helena lo alzara.

Ella sonrió y le obedeció.

Madeleine miraba confundida hacia todos lados. Helena le extendió una mano para que tomara su dedo. La pequeña eso hizo.

Mientras estaban los tres así, 'el informante' -que era como Helena llamaba a su hermano Ryan- llegó al cuarto.

-¿Y bien?-Preguntó la pelirroja sin saludar.

-Mamá ha llamado a papá por algo sobre un despido...

Helena asintió.

-Lo vi en las noticias.

-Lo sé. También yo. Era lo de la patente de la película, ¿no?

-Sí.

Ambos hicieron silencio, pero de la cocina no salían más gritos.

-¿Crees que todo esté bien?

Ryan se acercó a la cuna de Maddie. La alzó.

-Sí. No creo que haya problemas. Por si acaso, echemos un vistazo.

-De acuerdo. Pero no arruines el espionaje esta vez.

-La última vez fue tu culpa.

-¡No es cierto!

-Dejemos de perder el tiempo. Vamos.

Los cuatro salieron de la habitación. Bajaron las escaleras, pasaron por la sala, el pasillo y, sin hacer ruido, se acercaron a la cocina.

Helena sonrió. Tomó su móvil y, con dificultad, pues tenía a Jack en brazos, sacó una foto. Luego volvió a metérselo en el bolsillo.

Ryan hizo una mueca de asco. Aunque no podía dejar de imaginar cómo sería Daphne besándolo así, con tanto cariño...

Emma y Rupert no se habían movido ni medio milímetro. Seguían besándose en la misma posición, ella y sus brazos tras la nuca pelirroja; y él y sus manos en la cintura de ella. Y sonreían mientras sus labios, lo único de ellos que se movía, se recorrían mutuamente y se reconocían cuando se rozaban y cuando se tocaban.

Por una vez, ninguno de los niños arruinó el espionaje. Y se fueron para dejar a sus padres tranquilos.

Aunque estaban seguros que, de haber entrado, ni Rupert ni Emma los habrían notado. Estaban muy ocupados mostrándose su amor con un beso.

Junto al río Támesis (Emma Watson y Rupert Grint) [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora