Blanca Navidad

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-Despierta.

Nada.

-¡Oye!

Lo sacudió un poco.

Ni media señal de que la hubiera oído.

-¡Arriba!

Suspiró.

-¿Piensas moverte?

Uno de sus brazos la tomó desprevenida y volvió a caer sobre él.

-¡Oye!

Él sonrió con los ojos cerrados y la besó.

-Dime por qué te cuesta tanto levantarte...

-Tal vez porque no estabas a mi lado.

Rupert hizo un puchero.

-¿Por qué tienes la costumbre de ponerte de pie cuando te despiertas? Podrías quedarte a mi lado, ¿Sabes? Es veinticuatro de Diciembre, no tienes que ir a trabajar...

Emma sonrió.

-Podrías abrir los ojos, para variar.

-No hasta que...

Ella rodó los ojos y volvió a besarlo.

-¿Así te gusta más?

Rupert sonrió y abrió los ojos para encontrar los de Emma.

-Dime que no tienes que trabajar hoy.

Ella desvió la mirada.

-¡Emma! ¡Es Nochebuena!

-Lo sé, lo sé.-Repuso ella.-Pero el estudio...

-El estudio me importa un comino. Vas a quedarte aquí con nuestra familia. No te he dejado embarazada cuatro veces ni me he casado contigo para que te vayas a modelar el día de Navidad y me dejes solo.

Emma sonrió.

-Podría arreglar...

-Pues hazlo. Vamos, ni los fotógrafos van a ir. Es casi Navidad. Serán sólo tú y el director. Y francamente, luego de la espantosa experiencia que tuvo que arreglar Natalie, diré que eso es peor.

Ella rió.

-La directora, dirás. Es una chica. Y está casada. Creo que también tiene hijos... Sí, definitivamente hablaré con ella para arreglar otra cosa.

Rupert le tendió el celular.

-Toma.

-¿Ahora?

-No, a las once y media de la noche. ¡Claro que ahora! Vamos, habla con ella.

-Pero es muy temprano...

-En ese caso no debieras haberme despertado, directamente.

Emma frunció el ceño y tomó su móvil. Marcó y, mientras esperaba a que respondieran del otro lado, le sacó la lengua a Rupert.

El pelirrojo sonrió. Emma en el fondo seguiría siendo pequeña, eso nunca cambiaría.

-¿Hola? Soy Emma. Sí, Clary. Sí, lo sé. Precisamente por eso te llamo. Es Nochebuena y... Quería saber si es posible que... Sí, entiendo que estemos atrasados, pero...

Emma miró a su esposo.

Rupert suspiró con frustración. Emma nunca convencería a la tal Clary...

Le arrebató el teléfono de las manos.

-¿Hola? Clary. Un placer, soy Rupert, el marido de Emma.

Junto al río Támesis (Emma Watson y Rupert Grint) [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora