Junto al río Támesis (Emma Watson y Rupert Grint) [Grintson]

Feliz Cumpleaños, Helena

-¿Te has vuelto chiflado? ¿Qué haces aquí?

La familia Grint se había mudado a principios de Febrero. Rupert y Emma concluyeron que eso sería lo mejor para la nueva gran familia, así que compraron una casa cerca de la de Dan y Bonnie (que por fin había vendido su diminuta casita y se había mudado con él).

Aunque Emma había sido bastante insistente respecto a ese tema, Rupert no había querido vender el apartamento. Había argumentado que cuando los chicos crecieran podrían necesitarlo para quedarse allí. Emma acabó desistiendo en sus intentos y lo dejó en paz.

La nueva casa era muy grande, incluso más que la de Dan (y eso sí que era difícil de superar). Los niños se perdían entre tantas habitaciones, aunque las suyas eran relativamente más accesibles que las demás. La de Helena tenía un balcón, porque estaba en el segundo piso, y la de Ryan estaba en el primer piso, cerca de la cocina, por lo que podía aprovechar para secuestrar comida de la heladera cada vez que quería. Luego entraremos en detalles sobre el aspecto puntual de la casa y sus habitaciones. Por ahora con saber eso basta.

-¿Enloqueciste?-Repitió Helena saliendo al balcón.

Will sonrió.

-¿No puedes pasar un mes sin venir a visitar el balcón?-Preguntó la pelirroja cruzando los brazos.

-No. Dije que no iba a venir cualquier día. Y no es cualquier día.

Helena lo miró confundida.

Will se acercó a ella y le tomó los brazos cruzados para acercarse aún más. Pegó su frente a la de ella y le acarició la nariz. La pelirroja aflojó un poco su gesto enfadado.

-¿En serio no sabes qué día es hoy?-Preguntó Will sorprendido.

Ella negó con la cabeza.

-Son las doce de la noche, Will. No puedes pretender que esté despierta.

Él sonrió y le besó el cuello.

-Hace exactamente cinco minutos que cumpliste quince años. Es tu cumpleaños. Y he venido para darte tu regalo...

-¿Te acordaste de que es mi cumpleaños?

-Me ofendes. Claro que sí lo hice. Llevo semanas esperando para darte tu regalo. Y veo que duermes con el collar...-Dijo mirando el cuello de ella.

Ella bajó la vista y sonrió.

-Papá opina que es algo masculino, excepto por el corazoncito. Se ofreció para comprarme algo nuevo, pero le dije que no. Y sigue sin entender por qué lo hice.

Will rió y le besó la mejilla.

-¿Tienes mi regalo?

-Eres una interesada.

-Me estoy muriendo de frío. Si voy a estar aquí afuera, al menos...

-¿Y por qué no entramos?

-No se si sea buena idea, mis padres...

-Deben estar dormidos. Vamos...

-No lo sé.

Will rompió la distancia que los separaba y la besó. Ella le correspondió.

-Maldito tramposo.-Soltó ella cuando cayó, dentro de su cuarto, de espaldas sobre la cama.

Él rió.

-No te quejes. Te estabas helando.

-Por tu culpa.

-Si quieres, no te doy tu regalo y me voy.-Dijo él parándose y caminando hacia la puerta que daba al balcón.