Junto al río Támesis (Emma Watson y Rupert Grint) [Grintson]

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Emma miró el reloj y suspiró. Habían pasado definitivamente más de tres horas desde que había hablado con Ally y aún no había novedades.

Rupert dormía a su lado, dándole la espalda, un poco ofendido.

Había querido pasar la noche... Pero Emma se había negado. La boda de su hija se había cancelado y ella se negaba a darse por vencida hasta que estuviera de nuevo todo en su lugar. Cosas como aquellas tendrían que esperar.

Emma lo miró. Ahora se sentía muy mal por haberle dicho que no. De haberle dicho que sí, al menos el sueño la habría vencido. O su cabeza no estaría pensando en Arthur y Ally...

Pero su mayor preocupación era Helena. Su hija merecía sin duda una boda genial. Y no se merecía que su vida quedase suspendida por su cuñada... Ni siquiera Lyn sabía sobre por qué Ally no estaba. Las cosas se mantenían entre los Weasley.

Emma volvió a suspirar y le acarició el cabello pelirrojo a su esposo.

-Ay...-Susurró.-Lo siento. No quise que te enfadaras conmigo.

Él no se movió.

-Lo lamento.-Repitió.-Debí decirte que sí. Yo quería pasar la noche a tu lado. Pero estoy preocupada. Si no vuelve, aún si vamos a buscarla, no será feliz. Y arrastrará a la tristeza a Arthur. Y a Helena y Will. Y a Lyn y Miles. Y a Rebecca y James. Son muchas personas que quieren su felicidad más que nada. Y no es capaz de verlo.-Emma suspiró, negó con la cabeza y cerró los ojos.-Estoy preocupada. Pero no quise ofenderte. Sé que en el fondo estás herido. Eres bastante orgulloso, ¿Sabes? Pero es una de las cosas que más amo de ti. Eres orgulloso pero tan humilde y alegre... Te amo. Y lo siento.

Emma suspiró de nuevo. No quería seguir viendo la espalda de Rupert.

Se dio vuelta.

Las manos de él aferraron su cintura y la obligaron a regresar a su posición anterior. Sus labios se encontraron. Emma sonrió y se sonrojó.

-¿Me escuchaste?

-Claro. No creo haber dormido desde que cerré los ojos.

-Vaya. Lo siento.

Él sonrió.

-No importa. Los pijamas son caros, y para no usarlos nunca mejor no comprarlos...

Emma lo miró.

-El azul te queda genial. Resalta tu cabello. ¿Por qué no usas nunca algo así?

-Tal vez porque ir en pijama por la calle es extraño, digo.

-Muy gracioso. Digo que nunca usas nada que te quede tan bien...

-Porque nunca me acompañas a comprar ropa, ves. Si dejaras de decir que es una pérdida de tiempo acompañarme y comenzaras a hacerlo eligirías tú. Pero como no lo haces, ya ves, me toca escoger. Y no sé hacerlo...

-Tampoco me acompañas a comprar ropa...

-No te quejes. Sabes que si te acompañara te haría comprar lo más provocativo que viese.

Emma se sonrojó.

-Pero...

-Esta discusión la perdiste, cielo. No intentes seguirla. Siempre ganas. Déjame vencerte una vez.

Ella sonrió.

-Tú eres...

-Honestamente la persona más maravillosa que he conocido, y si alguna vez vuelvo a ser grosero contigo...

Emma sonrió. Ya le parecía que hacía mucho que no lo escuchaba citar una frase de alguna de las películas.

-Habrás vuelto a la normalidad.-Completó por él.-No, iba a decir que eres francamente la persona más competitiva que...