Lunes de pesadilla

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Los días pasaban rápido para Emma y Rupert, entre besos, abrazos, caricias y noches especiales. Cada momento era único e increíble, y ambos se sentían los más afortunados del mundo. Todo era espectacular y mágico en su mundo.

Emma jamás en su vida se había sentido tan feliz, tan única, tan plena. Rupert era todo para ella.

Y Rupert disfrutaba con Emma como nunca lo había hecho con nadie. Se sentía tan feliz cuando estaba con ella que sólo deseaba mostrarle cuánto la amaba.

Y eso hacían ambos... en noches especiales.

Las visitas de Joanne, Dan, Bonnie, Matthew y Evanna no disminuían. Los visitaban siempre que podían.

Matthew y Evanna se completaban el uno al otro. Ambos eran muy felices.

Evanna era muy soñadora y lograba que Matthew sonriera frecuentemente.

Matthew era más serio pero no dejaba de ser divertido, y lograba que Evanna fuera muy feliz.

***---***---***---***---***

Bonnie estaba muy preocupada por lo que pensarían los parientes de Dan sobre ella. Era lunes y al día siguiente era la boda del primo de Dan. No quería que creyeran que era ridícula, o que era mala persona, ni nada de eso. Había comprobado su vestuario varias veces, por si acaso fuese muy formal, o muy informal, pero sencillamente no creía que tuviera defectos de ese tipo. Hasta consideró preguntarle a Dan si estaba bien, pero él creería que estaba preocupada por caerle bien a su familia; y Bonnie no quería que supiese que él le gustaba.

Cuando volvía a pensar por enésima vez en todos esos detalles, tocaron la puerta.

Dan entró, despeinado y descalzo, con un bolso en la mano, y muy agitado.

-B... Bo... Bonnie...-Tartamudeó él.-Llegué a... a ca... casa... y... había... un... ¡Ay!-Y se desmayó.

Bonnie, desesperada, lo primero que hizo fue intentar despertarlo. Se arrodilló junto a él.

-Dan, Dan, despierta, por favor. ¡Dan!

Lo sacudió de un brazo. Notó su mano llena de sangre. Daniel tenía un corte en el brazo. Bastante grande. La desesperación se apoderó de ella.

-¡DANIEL! ¡DESPIERTA! ¡POR FAVOR! ¡NO ME HAGAS ESTO!

-Bonnie... ¿Eres tú?-Murmuró.

Estaba pálido y el corte en su brazo no cesaba de sangrar. Bonnie lloraba.

-Sí, sí, soy yo. No me dejes, por favor.

-No... no lo haré.-Hablaba a duras penas.-Pero...

-Quédate quieto. Tengo los primeros auxilios en alguna parte. Los buscaré. Ya regreso...

-No... Quédate.

Bonnie estaba desesperada. Tenía amplios conocimientos en primeros auxilios, y el maletín estaba en alguna parte. Allí había vendas para parar la hemorragia de Dan. Por ahora, ella estaba frenándola con sus propias manos. Pero si él seguía perdiendo sangre, sería grave.

-Me quedaré. Pero tú quédate inmóvil. Si te mueves es malo...

Bonnie, conteniendo el aire, le quitó la remera a Dan para ver la herida. Era muy profunda, y tenía otras más. Sin pensarlo, Bonnie se quitó la blusa, quedando sólo con su sostén. La desgarró y la usó para envolver las heridas haciendo un torniquete. La blusa blanca se manchó de sangre. Bonnie pensó en el curso de primeros auxilios. Tenía que desinfectar esas heridas. Alcohol, necesitaba alcohol.

Se puso de pie y fue hasta el baño. Con el apuro, olvidó buscar el maletín y las vendas. Encontró una botella llena de alcohol y muchas toallas de papel. Corrió hacia Dan. Vertió alcohol sobre las heridas a través de la blusa y las secó con las toallas de papel.

Junto al río Támesis (Emma Watson y Rupert Grint) [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora