Junto al río Támesis (Emma Watson y Rupert Grint) [Grintson]

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-¿Se puede saber, por el amor de todos los santos, por qué hicieron eso?-Se quejó Bonnie, en el auto con Dan.

-Sólo les mostramos lo que ocurriría si vuelven a salir tan tarde.

-Pero nos asustaron.

-Al menos no les ocurrió nada. Sólo éramos nosotros.

Los dos se quedaron en silencio unos minutos.

-¿No crees que es raro?-Dijo ella de pronto.

-¿Qué?

-Pensar que Evanna y Matthew son pareja, y que Emma y Rupert también...

-Algo, supongo. Al menos ellos saben lo que es una relación, ¿no crees?

-Sí...

-Oye, ¿Te agradó la sorpresa que dejé hoy?

-Sí, mucho. Gracias.

Dan suspiró.

-Mira, es tarde y hasta que lleguemos a tu casa pasarán un par de horas. Quédate conmigo, pediremos pizza. Puedes dormir en mi cama, yo dormiré en el sofá.-Ofreció él, sonrojado.

-De acuerdo.-Aceptó la pelirroja.

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-Oye, Eva, ¿sigues molesta por lo que hicimos? Fue sólo una broma.

-De mal gusto.

Matt suspiró.

-Preparé la cena...

-Bien.

Matthew no dijo nada más. Cuando llegaron al departamento, comieron en silencio. Apenas Evanna terminó, se fue a su cuarto sin saludar.

Él sonrió. Tenía un nuevo plan. Se acercó al cuarto de ella y entreabrió la puerta. Se acercó a su cama y se sentó a su lado.

-¿Eva?

-¿Qué quieres?-Preguntó Evanna de mala manera.

-Me da miedo la oscuridad. ¿Duermes conmigo?

-Hasta ayer no le temías.

-Pero ahora le temo si no estás conmigo...

-Deja de ser ridículo.

-Vamos...-Le susurró en el oído.-Ven...-Dijo besándola tras la oreja.

Aquel lugar era su debilidad y él no había tardado en notarlo.

-Bien, tú ganas...-Respondió ella dándose por vencida.

Matthew la cargó hasta su cuarto y la echó en su cama. Ambos se metieron bajo las sábanas. Él apagó la luz y le dio la espalda.

-¿Matt?

-¿Qué?

-Creí que nosotros... Que íbamos a... Bueno, ya sabes.-Dijo poniéndose roja.

-Yo te traje para dormir.

-Sí, pero... Nada. Mejor olvídalo.

El sonrió. De verdad la amaba.

-Estaba jugando. Allí voy.-Se echó sobre ella y la besó al tiempo que le sacaba la parte de arriba del pijama.

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-Emma, háblame al menos.

Ella no le había dirigido la palabra desde que habían entrado al coche.

Estaba furiosa.

Ahora habían llegado y acababan de cenar.

-De acuerdo, hablaré. Para decirte que eres un tonto de remate. No tienes sentimientos y...

-Lo sé. Tengo la sensibilidad de una piedra.

Ella sonrió. Rupert, para sus adentros, también. Estaba funcionando.

-Nena, entiende, estaba realmente muy preocupado por ti. Nunca pensé que pudieras haber comprado durante tres horas... A propósito, lo que llevas puesto es hermoso. Nuevo, supongo.

-Supuse que te gustaría.-Dijo ella sin rastro de enfado. Él había notado lo que ella quería.

-¿Sí?

-Sí.

-¿Compraste algo más que deba ver?

-Tal vez...

Rupert se abalanzó sobre ella. Ni siquiera la llevó al cuarto, allí mismo le quitó aquel ridículo disfraz que aún conservaba puesto.

-Ver tu rostro está mucho mejor.

Y atrapó sus labios.

Rupert colocó las piernas de Emma a cada lado de su cadera. Cargándola, la llevó hasta la habitación.

Para Emma, el mundo se había puesto de cabeza. Él jamás la había besado así. Era... Un poco salvaje.

Rupert le quitó la blusa. Miró desconcertado la pieza de encaje que había abajo.

-¿Te gusta?-Preguntó ella seductora.

-Me encanta. Pero...-Le susurró.-...Eres más hermosa sin él. Justo así.-Y desprendió el broche del corpiño.