Junto al río Támesis (Emma Watson y Rupert Grint) [Grintson]

La primera mañana familiar

"My kids are great. The resemblance was quite. My son is unreal. He was great. He was lovely. My daughter, as well." Rupert Grint

("Mis hijos son geniales. El parecido era bastante. Mi hijo es irreal. Él era genial. Él era precioso. Mi hija, también."
Rupert Grint)

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Rupert despertó al sentir los labios de Emma recorriendo los suyos.

Sonrió y le devolvió el beso.

-Buenos días.-Saludó ella.

-Son buenos días porque estás conmigo. Te amo.

-Y yo a ti.

Ella sonreía. Rupert pensó que su sonrisa era hermosa.

-Oye, dormilón, tengo una idea. Pero necesito que me ayudes.

-¿Me has despertado sólo para eso?

-Nop. Tenía que besarte.

Emma atrapó sus labios nuevamente.

-Qué hermosa mañana.-Comentó él.

Ella rió. Pero al ver la cara de él se puso seria.

-Si quieres oír tu sonido favorito, esperarás hasta la noche y me ayudarás con mi idea.

Él sonrió.

-Eres lista. Trato hecho.

-De acuerdo.

Emma le contó su idea.

-Es brillante.

-Gracias. Ahora tienes que ir a ayudarme.

-¿Ahora?-Él hizo un puchero.-Pero me gusta la sesión de besos de la mañana.

Ella sonrió. Se levantó de la cama y se vistió con el vestido que él le había regalado. Luego buscó una camisa y unos jeans y se los lanzó a Rupert. Después se agachó a buscar por el suelo la ropa de la noche anterior. La guardó cuidadosamente en el armario. Al darse vuelta, tenía el rostro de Rupert a escasos centímetros. Ella sonrió y lo besó.

-Esa camisa te queda muy bien.

-Vaya, gracias. Tú estás hermosa.

Volvió a besarla.

-Rupert...

-¿Qué?

-¿Vas a ayudarme?

-Sí, claro. Ahora regreso.

Le dio un breve beso en los labios. Rupert se puso un abrigo y salió a la calle. Emma lo vio desde la ventana de la cocina. Él también la vio. Levantó una mano para saludarla y ella le tiró un beso. Él le sonrió y siguió caminando.

Emma pasó a la segunda parte de su plan. Fue a la habitación de los pequeños. Ambos aún dormían. Ella regresó a la cocina. Abrió su bolso y sacó el celular de Helena.

Después de mirarlo unos minutos logró arreglarlo. Luego tocó el botón y el celular se encendió.

"¡Bingo!". Pensó Emma.

Dejó el móvil sobre la mesa y fue hasta la hornalla. La prendió y puso una pava al fuego.

Tras unos minutos, Rupert volvió. Le dio un suave beso y dijo:

-Traje lo que dijiste. Y la chica de la verdulería me vio pasar y te envió saludos. Dice que son amigas.

-Así es. Gracias, amor.