Inesperado

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-¡Sorpresa! ¡Feliz cumpleaños, mamá!

Rupert miró a los niños sonriente. Estaba orgulloso de ellos. Habían dicho la frase justo al mismo tiempo. Y él había dicho lo mismo que ellos, cambiando el "mamá" por "cielo".

Emma se llevó las manos a la boca. Lo que menos esperaba al entrar al cuarto era ver a toda su familia allí.

-¡Gracias! ¡Vengan aquí!

Los cuatro niños se abalanzaron sobre ella y la abrazaron. Emma besó las cabecitas pelirrojas de los tres mayores y la castaña de la más pequeña.

-Gracias, gracias, gracias, gracias. Qué bueno es verlos aquí. No los esperaba.

-¿Es... inestrincado?-Preguntó Austin.

-Inesperado, cielo. Se dice inesperado. Sí, claro que es inesperado.

Los cuatro niños se sentaron en la cama. Rupert cruzó los brazos e hizo un puchero.

-Claro, claro. Para ellos hay abrazos y besos y para mí no. No es justo.

-Tú tuviste tu recompensa recién.

-Pero no es justo...

Emma sonrió. Tomó a Rupert de la mano y lo jaló hacia sí, para que quedara acostado sobre ella.

-Gracias, amor.-Dijo besándolo suavemente.

El pelirrojo sonrió y le devolvió el beso con entusiasmo.

-No puedo creer que hayan venido...

Rupert sonrió.

-¿Qué clase de ser humano despreciable y desalmado me crees para dejarte sola en tu propio cumpleaños? Puede que no sea muy sentimental, pero...

Emma volvió a besarlo.

-Bueno, bueno. Suficientes besos, papá. Tengo sueño.-Se quejó Jack.

Emily lo miró con reprobación.

-Tienes que dejadlos.-Pronunció como pudo en su media lengua.

Emma sonrió.

-Bueno. Vengan aquí, vamos a dormir. Supongo (y quiero seguir suponiéndolo) que papá les trajo pijamas para que usen.

Los cuatro negaron con la cabeza. Emma cruzó los brazos y miró a su marido.

-¿Qué tienes que decir en tu favor?

-Mmm... ¿Que te amo?

Ella sonrió.

-Bien, dejenlo así. Dormiremos todos juntos.

La cama era de dos plazas y media. Emma y Rupert se colocaron en los costados y pusieron a sus hijos en el medio. Apenas apagaron la luz los niños se durmieron. Rupert estiró su brazo por encima de la cabeza de sus hijos para tomar la mano de Emma.

-¿Cómo has pasado las reuniones?

-Horrible. Venir ha sido un despropósito. Sólo he servido para adornar una foto.

Él sonrió.

-Tú sirves para mucho, mucho más que para adornar una foto. Pero mira el lado positivo. Al menos no has tenido que encargarte sola de cuatro revoltosos que corren de un lado al otro del aeropuerto y que quieren hacer lo mismo en el avión. Sin mencionar que tuve que acordarme de llevar todos los papeles para salir del país, la libreta de familia y esas cosas. Estoy exhausto.

-¿Por qué no duermes?

-Porque me gusta más verte sonreír.

Ella sonrió.

Junto al río Támesis (Emma Watson y Rupert Grint) [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora