El accidente

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Rebecca se paseaba nerviosa de un lado al otro del pasillo. Aquello era una pesadilla. Una terrible pesadilla. Quería despertar de una vez. Llevaba una semana viviendo con Marcus y James y conociendo a su nueva familia, y ya había una persona que había tenido un serio accidente. El problema de Rebecca era que, al haber estado en el ejército, sabía perfectamente cuándo podía alguien sobrevivir con ciertas heridas y cuándo no. Y Helena... Helena estaba grave. Muy grave. Era... Era casi imposible que viviera. Pero Rebecca se sentía incapaz de decirlo en voz alta. Se limitaba a conservar su esperanza en ese 'casi'.

Emma y Rupert llegaron al hospital mucho más rápido que un auto de carreras. El pelirrojo sabía que era probable que le pusieran cerca de veinte multas por romper las reglas de tránsito y exceso de velocidad. Sin contar que había cruzado todos los semáforos en rojo y creía que todos los autos lo habían insultado. Mejor dicho, los conductores de los autos. Daba igual. Helena estaba en riesgo de vida. Tenían que llegar con ella.

Emma estaba desesperada. No Helena... No su niña. No ella. No, por favor. Rezaba y rogaba al cielo una y otra vez por su hija. Rogaba que estuviera bien. Que fuese falsa alarma. Que... Que no hubiese muerto en el lapso de tiempo que habían tardado en llegar al hospital.

"Idiota. Eso es lo que soy. Una idiota. Completamente. Yo preocupándome por pasarla bien con Rupert y Helena a punto de morir. Placer. No vale más que una vida. ¿Por qué no la llamé para verificar que hubieran llegado bien? Dios mío..."

Emma lloraba sin consuelo mientras Rupert la abrazaba. La secretaria los hizo llegar a una sala de espera.

-Lo siento mucho. No pueden salir de aquí. Es decir, no pueden entrar a la sala de Terapia Intensiva. Los pacientes en estado delicado están allí.

Emma vio a toda su familia en la sala de espera. Los Weasley al completo. Abrazó más fuerte a Rupert y lloró con más fuerza.

-Tranquila, princesa. Todo va a estar bien.

Bonnie también lloraba abrazada a Dan. Daphne y Will estaban internados también. No en Terapia Intensiva, gracias al cielo. Pero no los habían visto. Ryan estaba siendo vendado en un consultorio de guardia. Aparecería allí en pocos minutos.

En realidad, pocas eran las mujeres que no lloraban. Rebecca, que no dejaba de moverse, era una de ellas. Su expresión era de preocupación profundísima por su sobrina. Pero no lloraba.

Sorprendentemente, Julie tampoco. Ella había agotado sus lágrimas antes de que llegaran Rupert y Emma. Literalmente. Se le habían agotado las lágrimas. Aunque no las ganas de llorar.

Las demás mujeres seguían llorando en brazos de sus esposos. Tiana y Clémence se compusieron un poco. Tenían que calmarse por Bonnie y Emma. Su situación era horrible. Pero...

-¡Estoy bien, digo! ¡Déjenme en paz!-Se escuchó desde el pasillo.

Will apareció corriendo en la sala de espera. Bonnie corrió hacia él y lo abrazó.

-Helena. ¿Dónde está Helena? ¿Mi Helena? ¿Dónde está?

-Tranquilo.

Un doctor apareció corriendo por el pasillo. Will había salido corriendo de su sala.

-Señor Radcliffe, tiene que regresar en este instante. Tenemos que revisarlo.

-¡Ya le dije que estoy bien! Físicamente estoy de maravilla. Pero en mi interior no. No, no y no. Me siento una basura. Una porquería. Menos que un ser humano. ¿Y sabe por qué, doctor? Por ella. Por Helena. Porque bebí en la fiesta. Ella venía manejando porque yo no podía hacerlo. Los controles de alcoholemia son frecuentes por esa parte de la ruta. Y ella conducía... Daphne y Ryan se habían dormido...

Junto al río Támesis (Emma Watson y Rupert Grint) [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora