Agosto veraniego

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Tres meses desde que Emma cumpliera años. El 24 de Agosto estaba por llegar, y con él, el cumpleaños de Rupert. Emma tenía una estupenda sorpresa que había estado preparando por semanas. Y él, aunque ella no lo supiera, también la tenía.

Evanna se estaba poniendo enorme. Y estaba volviendo loco a Matthew, que tenía que tener toda la delicadeza del mundo para que no rompiera en llanto.

A la casa de Daniel le faltaba muy poco para estar terminada. Pero algo había cambiado: ahora él y Bonnie volvían a tratarse como antes del accidente. Ni rastro quedaba del resentimiento de la conversación ocurrida el día de la boda de Michael. Eran amigos. Otra vez.

Joanne había comenzado a hablar más sobre el nuevo libro de Harry Potter. ¿El lado bueno? Que, como el libro había salido ya, los paparazzis no la acosaban tanto.

***---***---***---***---***

-¡Despierta, despierta, despierta! ¡RUPERT!-Emma intentaba despertarlo.

Como él no sólo no abrió los ojos, sino que le dio la espalda y en el camino la tiró de la cama al suelo, Emma tomó una almohada y comenzó a darle suaves almohadonazos.

-¿Piensas despertar?

No obtuvo respuesta. Pero, de repente, se le ocurrió una mejor idea. Dejó la almohada en su lugar y susurró:

-Tengo una sorpresa para ti.

Rupert no se inmutó.

-¿No me pedirás que te la muestre?

Nada. Emma suspiró. Sería por las malas.

Se metió bajo las sábanas y le acarició el muslo. Él tembló levemente, pero no dio señales de despertar. Emma comenzó entonces a besarlo, subiendo, pasando por su cadera, su costado y... Ajá, él se había volteado.

Pero no abría los ojos. Emma reinició. Desde su muslo, pasando por su cadera, su pecho, su cuello, su mandíbula y su barbilla. Pero cuando iba a volver a empezar, Rupert la tomó por la cadera y la colocó a horcajadas sobre él. Tomó su rostro y la besó. Emma sonrió contra sus labios. Había conseguido lo que quería.

-Feliz cumpleaños, Rupert.

Él abrió los ojos.

-¿No crees que merezco despertar en paz?

-Nop. Tengo una sorpresa para ti, no sé si me oíste.

-Sí, te oí la primera vez.-Dijo fingiendo estar molesto.

-Vamos... No te molestarás conmigo por eso...-Dijo ella.

-No lo sé.

-Cielo...

Él no dio señales de cambiar de opinión. Emma se acercó a él y le susurró:

-Supongo que si estás enojado conmigo, mi sorpresa puede esperar hasta el mediodía. Ahora podemos hacer lo que tú quieras.-Dijo sugerentemente.

-¿De veras?

-¿Qué quieres hacer?

-Lo siento, no es apto para todo público.-Emma sonrió y se acercó a besarlo.

***---***---***---***---***

-¿Podré abrir los ojos algún día?

-Cuando lleguemos.

Emma y Rupert iban en el auto. Él llevaba los ojos vendados y ella conducía.

-Pero hace siglos que estamos en el coche.

-No seas exagerado.

-Al menos pon música.

-¿No te gusta hablar conmigo?

-Claro, pero hace como dos años que no dices nada...

-No es para tanto.

-Claro que sí.

-Bien, ¿de qué quieres hablar?

-Dime a dónde vamos.

-No sería sorpresa.

-Pero...

-Nada de peros.

Rupert hizo un puchero. Emma rió.

-Eso me gusta. Oírte reír. Es mi segundo sonido favorito. El primer es oírte...

-Ya te dije-Lo interrumpió ella.-que no puedes decirlo así como así.

-...gemir mi nombre cuando...

-Rupert...

-...nosotros estamos...

-Rupert...

-...haciendo...

-¡RUPERT!

-Vale, me callo.-Y sonrió.

-Eres un tonto.

-Pero así te gusto.

-Sí. Ahora déjame conducir.

Emma agradeció que Rupert tuviese puesta la venda, de lo contrario la vería ruborizada. Su comentario la había hecho recordar lo ocurrido la noche anterior.

-Em...

-¿Sí?

-¿No me dirás adónde vamos?

-No. Ahora lo verás.

-Ya me lo has dicho.

-Pues entonces convéncete en lugar de exasperarme con la misma pregunta.

Él rió. Pocos minutos después Emma detuvo el auto.

Ayudó a Rupert a bajarse del auto y le quitó la venda.

-¡Feliz cumpleaños, cielo!-Le dijo Emma.

Frente a ellos, una cabaña de ladrillos y madera los esperaba abierta. Sobre la puerta, había un cartel que decía: "¡Feliz cumpleaños Rupert! Te amo. Emma". Rupert se quedó mirando la cabaña y el cartel. Aún conservaba en la mano la venda que Emma le había quitado.

-¿Te gusta?

-Es...-Rupert la tomó por la nuca y la besó.

-¿Eso es un sí?

-No. Eso es un "Por supuesto. Nadie jamás había hecho algo tan lindo por mí."-Dijo Rupert besándola de nuevo.

Delicadamente, él levantó las piernas de Emma y las puso a cada lado de su cadera. Caminó hasta entrar a la cabaña y cerró la puerta tras ellos. Arrinconó a Emma contra la pared y comenzó a besarle el cuello.

-Rupert...

-No me digas nada. Aún me debes mi regalo de cumpleaños.

-Iba... A... Decirte... Que... Puedes... Que... La cama... La habitación...-Susurró ella jadeando.

Rupert volvió a aferrarla y la llevó hasta la habitación. Pero de pronto se separó de ella.

-¿Qué...?-Preguntó Emma.

Él le tomó las manos. La miró a los ojos, tomó aire y le dijo:

-Tengo algo que decirte.

-¿Ocurre algo malo?

-No, nada de eso. Pero por favor no me interrumpas.

-Está bien.

El pelirrojo tragó en seco. Las manos le sudaban y le costaba respirar. Pero no podía echarse atrás en ese momento. Tenía que seguir.

-Em. Durante este tiempo que estuviste conmigo fui la persona más feliz de la Tierra. Nadie en el mundo me hace sentir como tú. Puede ser que no siempre lo demuestre, pero te amo. El tiempo que estamos juntos es especial y único. Yo... En serio te amo. Y quiero pasar el resto de mi vida a tu lado. Quiero verte al abrir los ojos y al cerrarlos, quiero que nos alegremos juntos por una buena noticia y nos lamentemos juntos por una mala. Quiero tenerte a mi lado cuando me necesites, y hacerte feliz todos los días de tu vida para devolverte la felicidad que me das.-Rupert buscó en sus bolsillos y sacó una cajita roja. Se arrodilló y Emma se cubrió la boca con ambas manos.-Cuando te vi por primera vez, jamás me imaginé que años después te diría esto.-Tomó aire profundamente y dijo:-Emma Watson, ¿Te casarías conmigo?

Junto al río Támesis (Emma Watson y Rupert Grint) [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora