Fiestas y despedidas

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Desde Abril hasta Julio (cuando Will se marcharía), había cierta cantidad de cumpleaños para celebrar.

El primero de Mayo cumplía Emily. El veinte Austin. El trece de Junio los mellizos. El veinte Will. Y... Se acabaron los cumpleaños. Al menos hasta que llegara el de Rupert, en Agosto.

Helena, con cada día que pasaba, se sentía más y más nerviosa. Sabía lo que Will iba a querer para su cumpleaños... Era obvio. ¿Y si no le gustaba? ¿Y si no estaba lista? ¿Iba a odiarla para siempre? Tal vez había sido mala idea decirle que estaba lista... Pero tampoco quería echarse atrás. ¿Entonces? Sólo se le ocurría una solución: Tenía que hablar con su mamá. Ella la entendería.

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El primero de Mayo, Emma despertó soñolienta.

-¿Qué...?

Los labios del pelirrojo la interrumpieron.

Emma, en un segundo, recordó lo que la había llevado hasta allí, y se sonrojó.

-Rupert...

-Mmm...

-¿No pudimos subir a la habitación, al menos?

Él negó con la cabeza.

-Sabes que Ryan, el único que podría llegar a ser consciente de lo que ocurre, está en casa de Dan y Bonnie. Los mellizos duermen en los cuartos de arriba y Emily y Austin por aquel pasillo. Dime quién podría vernos...

Ella se ruborizó.

-Sí, pero explícame por qué...

Rupert sonrió y se movió un poco. Emma, que estaba sobre él, se cayó al suelo.

-¡Rupert!

Él sonrió y miró hacia abajo.

Ambos habían pasado la noche, a su manera, en el sofá de la sala de estar. Habían tenido que irse a un casamiento y habían regresado muy tarde. Y... Las cosas se habían ido bastante lejos. Como cada vez que se quedaban a solas.

-¿No piensas ayudarme a subir?

-La verdad, no. Me gusta más la vista desde aquí...

Ella se tornó escarlata e intentó cubrise con la sábana que tapaba a Rupert y que tocaba el suelo. Él soltó una carcajada.

-Emma... Llevamos casados como seis años y aún insistes en cubrirte cuando hay luz.

-Es diferente cuando está oscuro...

-Ya lo noté.-Él le tendió la mano y la ayudó a subir de nuevo y meterse bajo las mantas, sobre él.-Cuando está oscuro...-Susurró en su oído.-Eres mucho menos reservada, y me provocas más...

Emma enrojeció aún más y bajó la vista.

Él sonrió y le dio un beso en la frente.

-Bueno, bueno, tú ganas. Subamos a cambiarnos.

Con cuidado, el pelirrojo se bajó del sofá y, sin vergüenza, comenzó a caminar por la sala de estar buscando su ropa.

Emma se ruborizó al ver en qué partes del cuarto estaba la de ella. ¿Iba a tener que ponerse de pie tal como estaba y buscarla?

Por suerte, él se dio cuenta de lo que le pasaba y, mientras terminaba de abrocharse los pantalones, le arrojó su ropa. Emma sonrió con dulzura. Rupert también, y se acercó para darle un suave beso.

-Te conozco. Anda, vístete y despertemos a los niños. Es el cumpleaños de la pequeña de la casa.

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Junto al río Támesis (Emma Watson y Rupert Grint) [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora