Objetivos cumplidos

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Cuando Emma se despertó sintió un estornudo.

-Rupert, ¿Todo en orden?

-Yo... ¡Atchús!

Ella sonrió.

-No me mires así, Emma. Estoy enfermo por tu culpa y encima te ríes de mí... ¡Atchús!

-¡Oye! Si hace frío no es culpa mía. Y fue tu idea "hacer realidad lo que le dije al director de la revista"...-Emma se calló.

Acababa de meter la pata. Su comentario iba a costarle caro.

El pelirrojo sonrió.

-¿Cómo dices?

Ella se sonrojó.

-¿Ya no estás más resfriado?

-No. Me curó una idea que acaba de cruzar mi mente...

Ella se mordió el labio mientras Rupert se acercaba a su oído y susurraba:

-Una idea como... ¿Es cierto lo que le dijiste?

Ella bajó la mirada y se escondió bajo las sábanas.

Rupert sonrió.

-¿Quieres jugar a las escondidillas? Ya estás grande para eso... ¿Por qué no sales de ahí y jugamos a otra cosa?

Rupert se acercó a la parte de las sábanas y susurró:

-Un juego más... Más adulto. Tengo que comprobar si ayer logré mi objetivo... Aunque por los gritos que...

-¡Rupert!

El pelirrojo sonrió y levantó las manos de forma inocente al ver el rostro enfadado de ella salir de entre las sábanas.

-Sólo decía...

Emma soltó un bufido.

-Pues no seas idiota, ¿Quieres? Déjate de estupideces y ya.

Él sonrió pícaro.

-No lo sé... ¿Segura que son tonterías? Mira que si...

Emma asintió fervientemente.

-Tonterías.

-Bien. Te apuesto lo que quieras a que no puedes ir hasta el baño y volver caminando sin caerte al suelo.

Había dado en el clavo.

Emma era muchas cosas, entre ellas, orgullosa por naturaleza. Sobre todo si se trataba de desafíos. No hay nada como lograr aquello que otros dijeron que no lograrías, dice el refrán. Pues para Emma eso era ley.

Así que dijo:

-¿Qué me darás cuando gane?

-¿Qué quieres?

-Mmm... Que admitas que cocino mejor que tú.

-Eso es indiscutible. Ya lo sabes.

-Mmm... De acuerdo... Lo tengo.

Se acercó a su oído y susurró:

-Tienes que decirle a aquella tonta que coqueteaba contigo el otro día lo que yo le dije al director de la revista, pero tienes que subirlo un poco de tono.

El pelirrojo sonrió.

-Vale. ¿Y si gano?

-No lo harás, pero... Tú eliges.

Él se acercó aún más a ella.

-Otra noche como la de ayer.

-¿Cuándo?

Junto al río Támesis (Emma Watson y Rupert Grint) [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora