Junto al río Támesis (Emma Watson y Rupert Grint) [Grintson]

Reunión familiar

Emma y Rupert se vistieron en silencio.

Ella miró el reloj. Las once y media. Se ruborizó. Habían dormido mucho... Y no era para menos. Casi que no habían dormido la noche anterior. Mejor dicho, esa misma madrugada.

Cuando ambos salieron, ya vestidos, encontraron a Ryan jugando con sus juguetes en el suelo.

-Hola, tesoro. ¿Y tu hermana?-Dijo Emma.

-Leyendo en su cuarto.

Rupert le hizo una seña para que supiera que él prepararía el desayuno.

Emma asintió y fue hasta el cuarto de Helena. Allí, leyendo en un pequeño sillón, estaba ella.

-Hola, mamá.

-Hola, cielo. ¿Por qué no fuiste a leer a la sala de estar? Hay más luz.

-Sí. Pero aquí hace menos calor. Normalmente, allí no hace tanto calor, pero como papá y tú se levantaron tarde, no está encendido el ventilador.

-Lo siento. Nos quedamos dormidos. Vamos, te prepararé el desayuno.

-Está bien.-Helena cerró Harry Potter y el Prisionero de Azkaban y salió tras su madre.

Rupert preparaba más café mientras Hugo tomaba su leche chocolatada. Le dio una taza a Helena y otra a Emma.

Cuando los cuatro estaban sentados en la mesa tomando su desayuno, Emma carraspeó para llamar la atención de Rupert.

Él notó lo que ella quería, y sonrió disimuladamente.

-Niños... Emma y yo queremos decirles algo.

Emma sonrió tímidamente.

Helena y Ryan se miraron confundidos.

-Pues... Saben...-Inició Rupert-...Que falta una semana para nuestra boda. A partir de entonces, todo cambiará. Espero que para bien.

Helena sonrió y dijo:

-Seguro que sí.

-Pues... Hemos pensado, ustedes saben que Emma y yo los queremos mucho, de verdad.

-Y nosotros a ustedes.-Dijo Ryan.

-Y... Pues... Pensamos... Pensamos que tal vez... Queremos saber qué opinan sobre... Bueno, sobre...-Dijo Rupert suavemente.

Emma lo interrumpió.

-Qué opinan sobre que seamos una familia.

Los niños parecían confundidos.

-¿Una familia? ¿A qué se refieren con...?

-Creo, Ryan, que quieren adoptarnos.-Dijo Helena cuidadosamente.

No sabía cómo reaccionaría su hermanito.

-Pues... Sí. Y a decir verdad, queremos saber qué les parece. Qué opinan. Ustedes ya son grandes, y si no quieren, lo entenderemos...-Dijo Emma.

Rupert asintió.

La mesa quedó en silencio. Emma sentía el corazón en su garganta. Ryan se paró. Emma creyó que saldría corriendo a su cuarto.

Pero eso no ocurrió. Ryan saltó sobre Emma y la llenó de besos, al punto que la tiró al suelo. Rupert sonrió.

-¿Una familia? ¡Sí que quiero! ¡Claro que sí! ¡Claro que sí! ¡Claro que sí! ¡Los quiero, los quiero, los quiero mucho!-Le dio un último beso a su madre y saltó sobre su padre, también tirándolo al suelo.

Mientras Ryan demostraba su afecto, Emma lloraba de felicidad. Se paró y miró a Helena. Se veía... Extraña. Como... Neutra, vacía.

-¿Helena? ¿Qué opinas?

-Pues... No lo sé, Emma, no lo sé. Necesito pensarlo. Lo entiendes, ¿cierto?

-Claro.-Dijo Emma dándole un beso en el cabello pelirrojo.

Helena sonrió forzadamente y dijo:

-Disculpen.

Y se fue a su cuarto. Rupert y el pequeño Ryan observaban la escena en silencio.

Lágrimas silenciosas caían por el rostro de Em.

Rupert, con mucho tacto, le dio un beso en la mejilla a su hijo y le dijo:

-Hijito, ¿quieres ir a comprar algo para celebrar? Ve a cambiarte y te llevaremos.

Ryan asintió y se marchó a su cuarto con una sonrisa. Pero antes tiró de Emma y le dio un beso en su mojada mejilla.

-Quiero que sepas que te quiero, mamá.

-Y yo a ti.

Ryan se fue. Rupert se puso de pie. Cuidadosamente, se puso tras Emma.

-Em...

-No quiere. Ella no quiere.

-Em...

-Soy... Soy una tonta. Tiene catorce. Claro que no quiere.

-Em...

-Soy...-Se echó a llorar y salió sorriendo a su cuarto.

Rupert se tomó la cabeza y suspiró hondo. Las cosas no habían salido como él creía. A decir verdad, él pensaba que Helena sería la más entusiasmada de ambos con la idea. Pero no había sido así... Y Emma estaba destrozada. Hasta que Helena no lo pensara, seguiría así. Tenía que consolarla.