Cena con los Lewis

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-¡Simone! Maldita sea. ¡Simone! ¡Vuelve aquí!-Gritó Clémence.

Simone y Domhnall aparecieron por la puerta. La francesa miró a su marido con gratitud y a su hija con reprobación.

-Bueno, miren quién apareció. ¿Te parece, Simone, hacerme correr así?

La pequeña asintió. Domhnall rió y dejó a su hija en el suelo. Ella salió corriendo hacia su cuarto. Clémence cruzó los brazos.

-Weasley, comienza a correr ahora, ¿Me oíste?-Amenazó a Domhnall.

Él soltó una carcajada y se acercó a ella.

-El problema es, cielo, que no dejas que los niños hagan lo que quieran. Deberías dejarlos y controlarlos menos. Correrías menos atrás de ellos...

-Sí, pero si Simone lo único que hace es correr y escaparse de mí...

-¿Ahora por qué ha salido corriendo?

-Porque quise ponerle un vestido que a ella no le gusta. Prefiere otro.

-¿Y qué problema hay con eso?

-Qué sólo tiene dos vestidos. Uno es de verano, el que quiero ponerle. Y el otro es de invierno, que es el que le gusta. Es demasiado abrigado...

Domhnall suspiró.

-Mira, hagamos así. Deja que se ponga el que quiera.

-Pero...

-Déjala. Luego tomas el vestido de verano y lo llevas en el bolso. Verás que en cuanto comience a hacerle calor te pedirá que se lo des. Pero no le digas que lo tienes, espera a que ella te lo pida. ¿Vale?

-Supongo.

-Bien. Ahora dime algo. ¿Dónde está Sophie?

-Sinceramente no lo sé. Qué raro, juraría que hace unos minutos estaba por aquí. Debe haber subido a su cuarto. En fin, tenemos que salir en diez minutos o llegaremos tarde.

-Tranquila, saldremos más que a tiempo. Sólo ocúpate de las niñas y yo preparo las demás cosas.

Ella asintió y le dio un beso.

-Bien. Gracias, Bill.

El apodo de Domhnall era, evidentemente, Bill, porque su nombre no se prestaba a muchos diminutivos.

Él sonrió.

-No hay de qué. Pero ve con las niñas y yo me ocupo del resto.

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Emma logró milagrosamente que todos estuviesen listos en cinco minutos.

Los Grint salieron a la velocidad de la luz en dirección a la casa de Evanna y Matthew.

-¡Papáaaaaa! ¡Conduce más despaciooooo!-Gritó Jack en una de las curvas que atravesaron a toda velocidad.

-Lo siento, pero estamos llegando tarde y su madre está un poco...

Emma frunció el ceño.

-¿Yo? ¿Yo qué? ¿Qué problema tienes conmigo?

-Ninguno, princesa, ninguno. Tranquilízate.

Emily también frunció el ceño y le apretó la mano a su mamá desde el asiento de atrás.

-¿Por qué le hablas así a papá?

Emma se dio cuenta de la brusquedad con la que se había dirigido al pelirrojo. Su embarazo estaba poniéndola más nerviosa que de costumbre.

-Yo...

Junto al río Támesis (Emma Watson y Rupert Grint) [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora