Los trámites

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Michael Radcliffe era el sujeto más diferente a Dan que Emma hubiera conocido jamás.

Era un pelirrojo pero muy extraño, con el pelo casi negro, de ojos marrón chocolate y muy, muy alto. Podría haber sido jugador de básquet. Y no era tan delgado como Dan. Su rostro era más bien redondo.

Sin embargo, parecía bueno y amable. Emma pensó que era justo la pareja perfecta para Sylvia.

-¡Emma Watson! ¡Siento como si ya nos conociéramos! ¡Rupert no ha dejado de hablar de ti desde que lo conocí! Y eso fue hace unos diez años...

Rupert le dio un codazo. Michael rió.

-Hola.-Saludó Emma sonriendo.

Conque Rupert hablaba de ella... Tendrían que conversar sobre eso.

-¿Puedo llamarte 'Emma'? Siento como si ya nos conociéramos. Michael Radcliffe, encantado.

-Emma Watson. No hay problema sobre mi nombre...

-Michael. Llámame Michael. ¿Han conocido ya a Sylvia y a Margaret? Vaya, Rupert, soy tan feliz. ¿Puedes creerlo? Queríamos esperar, pero... Ocurrió, me siento tan feliz que podría hacer volteretas por toda la casa.

Rupert le sonrió.

-¡Me enteré de que te casas, hermano! ¡Felicitaciones!-Y añadió dirigiéndose a Emma.-Aunque tienes que explicarme qué le diste a Emma Watson para que accediera a casarse contigo.

-Michael...-Dijo Rupert tornándose rojo.

-Amor.-Dijo Emma pensativa.

-¿Cómo dices?-Preguntó Radcliffe.

-Amor. Él me dio amor. Más, mucho más del que te imaginas. Y yo lo amo por lo que es. No es necesario que me dé nada. Él es perfecto así, tal y como es.

Michael sonrió.

-Tomaste una de las buenas, amigo. Una mujer con cerebro. Bien, me gusta. Por eso mismo Syl me enamoró. Pensaba. Ella podía pensar. Y eso es irremplazable. Aprovéchala, no hay muchas mujeres así.-Dijo guiñándole un ojo a Rupert, que seguía colorado.

Emma se apiadó de él, le tomó la mano y lo besó en la mejilla.

-Bien, yo estoy bien, Sylvia está bien, Margaret está bien, ustedes están bien y... ¿Cómo dicen que se llama su hijo?-Dijo Michael mirando el vientre de Emma.

Rupert se ruborizó aún más. Parecía querer matar a su amigo. Emma sonrió comprensivamente y dijo:

-No aún. Común acuerdo. Pero... Sobre eso venimos. Es decir, por eso.

-No sé cómo puedo ayudarlos. No soy biólogo. Si ustedes no pueden...

-No es eso, Mic.-Dijo Rupert.-Hay algo que requiere tu ayuda. Sé que nos asesorarás y lograrás que hagamos lo que queremos hacer.

-¿Asesorarlos? No lo sé, Rupert, no lo creo. Sabes que en este juego los abogados deben ser imparciales. Y somos amigos. No creo que...

Rupert lo interrumpió.

-No, no, no. Nada de eso. Nos ayudarás. Te conviene.

-¿Por qué?

-Verás. Sumando el dinero para la casa y la apuesta, que, por cierto, notarás que gané...

-¿Apuesta? ¿Qué apuesta?-Dijo Emma.

-Apostamos algo. Si yo lograba besarte fuera de las películas, él me pagaba una cantidad de dinero. Y si no, yo lo hacía. La apuesta vencía el mes que viene. Y...

Junto al río Támesis (Emma Watson y Rupert Grint) [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora