La vida es una sola, depende de lo que hagas a lo largo de tu existencia es como te recordarán, tonterías, si eres mala una sola vez, ten por seguro que pensaran que lo eres todo el tiempo, las mierdas que hagas en tu vida es lo que recordarán, si salvaste a un gatito de un árbol, te alabarán por ser un héroe pero si un día cometes un desliz, se acordaran siempre de eso, olvidando lo bueno que hayas hecho anteriormente.
Eso solía decirme mi madre, mi vida se basa mas que todo en las cosas que hago impulsivamente, no pienso, sólo actúo, no me permito sentir eso del que todo el mundo llama "arrepentimiento " tal vez porque en realidad soy incapaz de sentir algo como eso, normalmente todo lo que hago, lo hago porque es lo que dicta el momento, besar a un chico, golpear a alguien por haber dañado a mi hermana, yo no planeo las cosas, todo sucede porque tiene que suceder, como ahora, que me encuentro caminado por los pasillos del instituto de mi hermano, furiosa por la entrevista que dio a la revista de cotilleos más popular de la ciudad, no hay nadie que no lea lo que ellos públican, inclusive yo, solo que estos días no he tenido tiempo de salir a comprarlo, Drew Carter me la pagaría, él es una copia versión masculina de mi, en lo que a carácter se refiere y tal vez un poco en la apariencia, la única que heredó los ojos de mamá, fue Danna, mi hermano y yo tenemos los ojos de papa, el enano, por desgracia o suerte para el, se ganó el título de "chico malo" en este instituto, pero por supuesto nunca llegara a mi nivel, él es alto, de cabello castaño oscuro, ojos azules, tiene una mirada dulce, pero ambos sabemos que es un demonio, él tiene algo que me hace congeniar más con él que con mi melliza, adora boxear, en ocasiones se va a esas peleas ilegales y gana algún dinero extra, eso, papá no lo sabe, sin embargo mamá, sospecho que se hace una ligera idea de lo que hace cuando según él, se va a casa de su mejor amigo a jugar a la Play y estudiar, lo último no lo necesita, el chico es listo, memoria fotográfica es lo que tiene, nadie diría que el chico malo es un buen alumno en el anonimato, si él hubiera querido, ya estuviera en la universidad estudiando para ser ginecólogo, porque según el, así podrá ver las partes femeninas de las mujeres sin ganarse un golpe en el proceso, el pequeño es todo un pervertido, pero supongo que son las hormonas revolucionadas, solo tiene diecisiete, todo un adolescente.
– disculpe señorita...err...profesora – me doy un golpea contra la pared mentalmente por no recordar el nombre de la maestra, teniendo en cuenta que yo estudié aquí mucho antes que el – tengo que llevarme a Drew.
La mujer con el dedo índice baja sus gafas hasta colocarlo casi en la punta de la nariz, me mira con una ceja enarcada y con un movimiento de cabeza me obliga a entrar.
– señorita Evans, tenía la esperanza de no volver a verla merodeando por aquí – murmura sentándose detrás de su escritorio.
Digamos que en mi adolescencia tuve algún que otro problema con la profesora de biología, ella se creía con el derecho de mandarme a callar cuando le viniese en ganas, para ser honestos tenía ese derecho, pero en ese entonces, yo era (sigo siéndolo) demasiado orgullosa para dejar que ella mande sobre mi.
– escuche, no tengo tiempo, me llevaré a mi hermano, si no fuera importante no lo haría – miento.
Que de importante hay que quiera vengarme por decir cosas que no son ciertas? O al menos no completamente, pretendía que eso se mantenerse en la sombra, eso era importante, la venganza, aunque para ella seguro no lo será, en cuanto a mi, ese pequeño necesita un escarmiento.
– Drew, puedes irte – accede a regañadientes.
Ambas sabemos que no me iré hasta que consiga lo que quiero, es una de las ventajas que me conozca desde años, en fin, lo bueno es que no perderé tiempo intentando convencerla y bla, bla, bla.
Con una sonrisa triunfante, mi hermano sale de la clase haciendo una par de reverencias burlándose de sus compañeros que se quedan a esa aburrida clase, infantil, eso es lo que es. Salimos a la calle, sonrío cuando empieza a buscar con la mirada mi coche, en un puño cojo la camisa de su uniforme y con cuidado lo estampo contra la reja de la institución, mi hermano tiene la decencia de lucir sorprendido.
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Verdades Ocultas
RomanceLa Vegas, el inicio de una serie de malas tomas de decisiones, Sam no era diferente a esas miles de personas que tras un larga noche de borrachera, despertó en cama de otro (lo cual no es una novedad), con un anillo en su dedo anular, no cualquier a...