Capitulo 10

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– donde demonios estabas! – nada más cruzar la puerta fui la víctima del grito de Axel, no lo había visto tan alterado como ahora – estaba malditamente preocupado – gruñó acercándose a mi.

Tiene los puños apretados, cerré los ojos esperando un golpe, un golpe que nunca llegó, solo me abrazó con fuerza, no sé porque está tan preocupado, siempre actúa como si me odiase, burlándose constantemente de mi, si embargo ahora...lentamente le devuelvo el abrazo sintiéndome extraña, me muerdo el labio conteniendo las lágrimas por la repentina ola de recuerdos que sacude mi mente erizandome la piel.

Para, para por favor.

Las imagines se repiten en mi mente dañándome más, los sonidos se escuchan tan fuerte que es como si estuviera en ese lugar, sus palabras, sus ojos, me recuerdo a mi, llorando como una niña pequeña, la primera vez que lloré frente a alguien que no era mi padre. Oh Dios!! Duele, duele como si una bala atravesase mi pecho y se hundiera en mi corazón.

– no vuelvas a irte.

El casi inaudible susurro de Axel interrumpió mis recuerdos, en un acto desesperado, restregué mi cara contra su torso, secando mis lagrimas con su camisa blanca, dejando un borrón negro y rojo de mi maquillaje. Lentamente elevo el rostro, su mirada es una mezcla de sentimientos, enfado y preocupación, el ceño lo tiene fruncido y sus labios apretados en una fina línea, en ese momento debí haberme alejado, pero no lo hice, simplemente me puse de puntillas acercando mis labios a los suyos, el terminó por cortar las distancia.

Al principio fue un simple beso, de esos tímidos en el que la lengua no forma un rol importante en la acción, pero despues de unos segundo se tornó poderoso, cargados de deseo y de atracción sexual no resulta, era una batalla, nos separamos un segundo para respirar y volvimos a atacarnos con furia, utilizando como armas nuestros labios, me cogio de la cintura y me elevo dejando mis pies al aire, automáticamente lo abracé con mis piernas al rededor de su cintura, mi corazón empezó a palpitar con fuerza cuando a trompicones empezó a subir las escaleras, hacia su habitación, me dejó caer sobre el suave colchón, el encima de mi, sus labios me distraían lo suficiente como para poder negarme a que me quite la camisa, uno, dos, tres y los demás botones fueron desabotonados haciendo que la camisa se abriera, mostrando mis pechos abrazados por ese sujetador de encaje negro a juego con mi tanga.

– para – gemí cuando sus manos se deslizaron por mi vientre en dirección a la cinturilla de mi falda negra.

Su mano se introdujo con rapidez en el interior, abrí los ojos en plato, mi corazón se paralizó y mi mente tomó riendas de la situación, con fuerza lo empujé librándome de la prision de su cuerpo sobre el mío, me respiración era agitada, mi pecho subía y bajaba con rapidez.

– te dije que pararas – gruñi con voz ronca.

Los pulmones se me cerraron a sabiendas que pronto entraría en pánico, me levanté de un salto y empecé a buscar a mi camisa, esto me recordaba a la mañana en las Vegas.

– que pasa, prefieres estar hasta arriba de alcohol para follar con un hombre?– bramó molesto.

Eso me dolió, mi cuerpo se paralizó por sus duras palabras, el no lo entiende, nadie lo entiende.

– eres un idiota que solo quiere follar con cualquier mujer, adelante, hazlo, sal y búscate a una puta con la que puedas desquitarte!! – mi grito lo sorprendió pero mi mente ya había colapsado por lo que mi boca simplemente decía las palabras que nunca le había dicho a nadie, nunca – soy virgen! – grite con los puños apretados – nunca me acosté con un maldito hombre, entiendes? Y jamás lo haría con alguien como tú, prepotente, creído, te crees el centro del universo por tener a miles de mujeres a tu alrededor, siempre con una sonrisa, burlándote de las personas que crees que son inferiores a ti, pero solo eres un hombre vacío, sin nada...crees que llamar puta a una mujer realmente es un insulto, pero no lo es. Maldicion!– frustrada impacto mi puño contra la pared.

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