Capitulo 22

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– así que era tu ex, debería preocuparme, pajarito?.

Hace un par de horas que abandonamos ese pueblucho, tuvimos que caminar un par de kilómetros hasta encontrar un taxi, a Axel no pareció importarle, se había mantenido en silencio en todo el camino, excepto por algunas bromas que hacía como ponerme la zancadilla, caí dos veces al piso, no entiendo cómo es que se comporta como niño pequeño, contaba chistes malos, y aunque algunos eran graciosos, me contuve de reír, estaba demasiado concentrada en no volver y cortarle la lengua a Dom. Cuando por fin conseguimos un maldito taxi, Axel propuso ir a comer algo, a un restaurante no muy lejos del bufete donde trabajo, un lugar bastante humilde, no se ve personas de nuestra misma clase social (por decirlo de alguna forma) merodeando por aquí, pero eso no evita que los presentes me miren con curiosidad, sigo estando sucia con la ropa manchada de tierra y probablemente tenga un moretón en el mentón y el del pómulo de Axel, a crecido considerablemente, la gente podría pensar cualquier cosa.

– lo amabas?

Antes de que siquiera pueda procesar la pregunta, mis labios se mueven y recitan un rotundo "No" seguido de la verdad que en el fondo, no quería afrontar "aún lo amo, tiempo presente" soy consciente que mi voz sale dura y con enfado.

– entonces no debo preocuparme – sonríe cortando el filete que se pidió – es decir, si lo amabas y lo mataste, a mí no me pasará nada porque me odias, no es lógico?– bromea codeándome para que me ría.

La forma con la que lo dice, es como si fuera lo más normal del mundo, algo natural cuando cualquier persona me estaría juzgando por hacer algo así, es decir, no lo maté directamente, pero si fue mi culpa que muriese.

– tienes razón, ni siquiera me caes bien.

Con su habitual dramatismo, lleva la mano a su pecho y forma una perfecta "O" con sus labios, fingiendo estar indignado, se cruza de brazos y mira hacia otro lado inflando los mofletes como todo un niño pequeño, me hace gracia su actitud tan infantil y natural.

– yo pensaba que al menos te caía bien – se queja en voz alta, llamando la atención de los presentes – porque vamos, cuando me besabas no decías lo contrario – dice elevando ambas cejas de manera insinuante.

Sin querer me río por ese movimiento de cejas, no es una carcajada limpia llena de felicidad, no, solo es una risa divertida, ni siquiera sé porque me resulta gracioso, no es la gran cosa.

– ohh Dios mío!– exclama en voz alta como si le hubiera dicho que vengo de Marte – te has reído, damas y caballeros, la mujer más seria del mundo se acaba de reír!– dice levantando la voz con sorpresa sobre actuada.

Ahora somos el centro de las miradas, siempre creí que las mujeres éramos las dramáticas, las que hacíamos todo grande, las únicas que montábamos escenas en público, pero Axel, creo que tiene alma de mujer, es tan dramático, le gusta llamar la atención, y aunque siempre lo niegue, es divertido, por lo que por mucho que quiera para de sonreír, no lo consigo, odio eso, sonreír como si de verdad fuera feliz, los momentos de felicidad en mi vida son escasos, sonreír nunca ha sido mi fuerte, sin embargo ahora me sale tan natural, como cuando estaba con Matt, se siente bien, dejar de pensar por un momento en el, en los problemas, vivir el momento sin importar el futuro se siente bien, debería hacerlo más a menudo.

– Sir Scott, misión cumplida – le habla a la mano como si tuviera un walkie-talkie en ella – cabe mencionar que he cumplido dicha misión con honores, la sonrisa de la señora Scott – me mira de reojo con una enorme sonrisa que me es imposible no devolvérsela – es sencillamente perfecta y adictiva, corto.

Niego con la cabeza divertida por esa actuación tan patética, ni siquiera me molesta que diga "señora Scott ", está claro que estamos casado, pero cambiarme de apellido, no lo creo, pero decido no mencionar nada con respecto a ese tema pues sé que nuestro matrimonio no durará mucho tiempo, es cierto que en estas semanas nos hemos sabido aguantar el uno al otro, incluso hay momentos en la que su compañía realmente me agrada, aunque a veces es realmente irritante, pero extrañamente no me dan ganas de echarlo de la peor forma posible. Desde aquella vez que vino a traerme la comida, se ha hecho una mala costumbre de comer juntos, el desayuno y la cena es otra historia, pero la comida, siempre juntos, llega a la misma hora con diferentes tipos de comida cada día y aunque a veces terminamos discutiendo y gritándonos, al día siguiente vuelve como si nada hubiera pasado, es como si tuviéramos memoria a corto plazo, ninguno menciona la discusión del día anterior, simplemente lo olvidamos, me gusta eso.

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