– maldicion, Sam, despierta.
Lentamente abro los ojos para encontrarme con unos azules, preocupados, agacho la cabeza incapaz de detener las lágrimas, esos ojos verdes acaramelados siguen en mis pensamientos, el dolor que sentí entonces, lo vuelvo a sentir con la misma intensidad, yo solo quiero que pare, no quiero olvidarlo, solo quiero que el dolor se detenga un segundo o para siempre, pero que se detenga.
– estabas gritando y llorando, Dios!– Axel luce preocupado – que soñabas?
Su pregunta hace que mi cuerpo se tense, no le voy a hablar de eso, definitivamente no lo haré.
– a que viniste?
Con el dorso de mi mano, secó mis lágrimas y contengo las que quieren salir, frunzo el ceño al ver el desastre frente a mi, mi ordenador, el teclado y el ratón, están tirados en el piso al igual que los papeles que estaba leyendo.
– supuse que estarías aquí y te traje comida .
Señala la bolsa de papel típica de Burguer King, lo miro a él que aún sigue serio, vamos, no es la gran cosa, todas las personas tienen pesadillas a lo largo de su corta existencia creo que es normal.
No lo es, tú lo tienes a diario, después de...eso.
Ni siquiera esa molesta voz puede terminar la frase sin que su voz se quebré, o al menos es así como me lo imagino, a veces llego a pensar que es mi consciencia, pero luego recuerdo que no tengo una y la ignoro completamente, tal vez solo soy yo creando voces en mi cerebro, hablo conmigo misma, es extraño, y aunque no suele pasar a a menudo, esa voz nunca dice nada agradable, tal vez sea uno de mis demonios internos adueñándose de mi mente, lo cual extrañamente no me parece una idea demasiado descabellada, tal vez incluso tenga más sentido que mis otras teorías.
– no tengo hambre, gracias.
Eres una maldita borde, Sam.
Y ahí está otra vez, siempre recalcando todo lo que hago mal, insultandome, o tal vez es lo que realmente pienso de mí misma.
– no creo haberte preguntado si tienes hambre o no – sonríe de una forma casi diabólica – si no comes por las buenas, será por las malas pajarito.
Sin borrar esa escalofriante sonrisa, se levanta y se arremanga la manga de su chaqueta de cuero negra y hace crujir sus dedos de ambas manos, dándole un toque más siniestro a su amenaza. Obligarme a comer sería la cosas más tonta que haga, pero claro, el de por sí ya es tonto. Cuando empiezo a negar con la cabeza, tira de mi brazo con fuerza, haciendo que me levante de la silla, de una patada lo manda lejos de nosotros, coloca su pie detrás de mí y me empuja haciendo que caiga de espaldas, por supuesto no me hago daño pues él me deja caer con lentitud, con rapidez coge la bolsa y se coloca a horcajadas sobre mi, con mis brazos debajo de sus piernas de manera que me es imposible moverlas, acaba de acorralarme y no tuve tiempo siquiera de escapar.
– a ver, di ahhhh
Abre la boca pretendiendo que lo imite, no sucede, no voy a comer a pesar que mi estómago hace un extraño ruido al ver la patata frita que sostiene entre el dedo pulgar y el índice, con la otra mano saca un pequeño bote blanco con alguna sustancia roja en el interior, aún con la boca abierta, moja la patata en esa salsa roja, el olor no tarda en invadir mis fosas nasales aguando mi boca, ketchup.
– no voy a...
No logró terminar la frase cuando con rapidez, introduce la patata en mi boca, no se siquiera como es que puede ser tan veloz, pero como yo soy tan malditamente orgullosa, escupo la patata haciendo que viaje directo a su camiseta blanca, ahora con una mancha roja en el pecho, Axel enarca una ceja, para mi sorpresa, divertido, no se que le resulta gracioso teniendo en cuenta que manché su polo de alguna marca cara, a mí, sin embargo no me divierte en absoluto, al menos no tanto como a él, sé que probablemente me estoy comportando como una bebe tirando cada patata que logra meter en mi boca, mi paladar lo saborea por unos segundo hasta que lo escupo, Dios, me muero de hambre pero no dejaré que el me de comida a la boca, y menos en una posición tan embarazosa.
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Verdades Ocultas
RomanceLa Vegas, el inicio de una serie de malas tomas de decisiones, Sam no era diferente a esas miles de personas que tras un larga noche de borrachera, despertó en cama de otro (lo cual no es una novedad), con un anillo en su dedo anular, no cualquier a...