Capitulo 23

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– en serio Sam, ha pasado una maldita hora y te sigues riendo, eres imposible – gruñe tirando de mi mano para que siga avanzando.

Después de que la chica dijera aquello, le dije que le invitaría una copa cuando la viera, Axel no pudo ponerse más rojo porque simplemente es imposible, al salir del restaurante no pude hacer otra cosa que soltar una sonora carcajada, intenté coger varias veces un taxi, pero la risa no menguaba y Axel estaba demasiado molesto como para abrir la boca por lo que decidimos hacer el resto del camino a pie, intentaba dejar de reír, pero juro que no puedo, esa escena no se va de mi cabeza y ya me duele las mejillas y el estomago, tuvimos que detenernos un par de veces pues la risa dificultaba mi andar, y el pelinegro parecía perder la paciencia por momentos, así que al final me cogió de la mano y tiraba de mi mientras yo me reía haciendo que alguna que otra persona que pasaba por nuestro lado riese contagiada por mi más que escandalosa carcajada, soy consciente que parezco una foca retrasada, probablemente tenga la cara roja, pero es en serio, en mi vida había presenciado un encuentro tan destornillante, nunca había reído tanto en toda mi vida, ni siquiera Matt conseguía hacerme reír tanto tiempo, era sencillamente imposible y empezaba a molestarme el hecho de no poder parar, el aire por momentos me falta pero mi cuerpo se empeña en recordar ese momento tan gracioso.

– ohh, vamos, no me digas que no fue gracioso – río tirando de su mano para que me mire.

Lo único que me gano es una mirada fulminante que no hace más que aumentar la carcajada, y de pronto, nada, ya no río, mi risa fue brutalmente aplacada por un más que furioso Axel, de un momento a otro, sin importarle la calle atestada de personas, me pega contra la puerta de un starbucks obstruyendo la salida y entrada de los clientes, sella mis labios con un beso cargado de rabia y pasión desatada, aprieto sus manos con fuerza al sentir como mi piel se pone de gallina a pesar de estar a casi treinta grados de temperatura, ninguno de los que se ha parado a mirarnos se atreve a interrumpirnos, es más, sacan sus móviles y empiezas a grabar y hacer fotografías que pronto circularán por la red de internet.

– este método nunca falla – murmura atrapando mi labio inferior entre sus dientes para después separarse con una sonrisa cargada de superioridad y orgullo – y...damas y caballeros, así es es como se hace callar a una mujer – habla dirigiéndose a los espectadores.

Hace un par de reverencias mientras que los que nos miran empiezan a reír divertidos por la escena, después, como si nada hubiera pasado, emprende su camino nuevamente arrastrándome con él a la vez que los demás nos aplauden, como si no tuvieran otra cosa mejor que hacer, y yo...yo no puedo hacer más que pensar ¿qué diablos acaba de pasar?, no me refiero al beso y a la escena montada en medio de la calle, me refiero a la forma en que mi cuerpo reaccionó al suyo devolviéndole el beso con la misma intensidad, me refiero a la forma en la que mi corazón parecía querer salírseme del pecho por la forma tan rápida e intensa con la que palpitaba, me refiero a esa opresión que sentí en la boca del estomago al sentir sus labios sobre los míos, y sobre todo a esa corriente eléctrica que dominó mi cuerpo por unos instantes.

– bien, ya hemos llegado – dice deteniéndose.

Miro el gran edificio Evans enterprises, las personas entran y salen, con prisa, algunos serios otros felices, lo bueno de todo esto, es que ya había parado de reír, pero no me gusta sentirme extraña, de alguna forma no me siento "yo", no debería preocuparme por ese beso, por lo que sentí después, ya que mañana es el juicio y debo prepararme, pero sencillamente no puedo dejar de pensar en ello, frustrada gruño por lo bajo, asegurándome que Axel no puede oírme.

– ya puedes soltar mi mano – dice apretando levemente mi mano.

Con rapidez lo hago, mi mano está caliente, ni siquiera me di cuenta que lo tenía cogido o que aún no lo saltaba, estaba demasiado distraída para siquiera pensar en aquello, pero por supuesto al pelinegro parece divertirle pues suelta una carcajada burlándose de mí.

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