Verdades Ocultas

Capitulo 31

Empiezo a arrepentirme de esa estupida promesa, seguro me lo recordará cada vez que haga algo mal, cavé mi propia tumba sin quererlo, aunque tampoco me preocupa, las promesas se rompen, no es algo nuevo que nos enseña la vida, es algo que aprendemos desde que somos bebes.

– sé que estuvo mal lo que pasó allá fuera – subió otro escalón, solo quedaba uno más – pero no puedo defender lo indefendible, lo hiciste, es un hecho.

No tengo nada que decir con respecto a eso, tal vez tenga razón, pero aun así no dejaba de sentir esa opresión en el pecho, recordando las palabras de Adam, que yo no le importo a nadie, eso es un hecho, tal vez el único que realmente me defendería a muerte, sería mi tío, pero tampoco puedo estar segura de ello, incluso mi padre si se lo propusiera, pero se de sobra que no lo haría si eso significa poner en riesgo la relación con mi madre, realmente amo cuando pone a su mujer por delante de cualquiera, él es un marido ejemplar, un padre extraordinario, al menos con Drew y Danna, en cuanto a mi, no le di la oportunidad de serlo.

– pero aún así, estoy enamorado de ti.

Automáticamente me deshice de su mano como si su toque me quemase, vi la decepción cruzar su mirada, niego con la cabeza incapaz de creérmelo, él no puede estar enamorado de mi, de un momento a otro empecé a reír nerviosa esperando que él se riese conmigo, al fin y al cabo esa broma ya me lo había hecho antes, si, eso es, debe ser una broma, pero deje de reír al momento en el que me di cuenta que él no se reía, es más, fruncía el ceño un poco molesto por mi falta de seriedad, el habla completamente en serio y yo empiezo a entrar en pánico, mi corazón late con demasiada fuerza y todo empieza a dar vueltas mareándome por lo que tuve que apoyarme en la pared, mis pulmones parecían contraerse dificultando mi respiración, estaba hiperventilando, el tiempo parecía reducir su velocidad, lo veía todo con más lentitud, es como si se detuviera dándome el tiempo necesario para poder pensar un respuesta que no sea hiriente, para poder pensar una mentira lo suficientemente buena como para no estropear la relación que mantenemos, pero no pude hacerlo, mi mente estaba en blanco y mis labios parecían estar cosidos impidiendo que siquiera pueda moverlos.

– no puedes decir eso así como así – me quejo después de cinco largos minutos en silencio.

Suelto un bufido y bajo las escaleras hacia el noveno piso y espero que el ascensor llegue, no puedo seguir subiendo las escaleras con estos tacones de doce centímetros y esta falda estrecha que apenas puedo mantener las piernas abiertas, tenía que haberme puesto un pantalón como siempre, pero vamos...quería probar algo nuevo, y al final fue a peor.

– claro que puedo y lo haré siempre, te amo– dice entrando conmigo al ascensor.

Lo miro de reojo y me cruzo de brazos, tiene otra vez esa sonrisa que tanto me gusta, sé que probablemente es el hombre más cruel y despiadado o eso es lo que se dice de él, pero ahora parece hasta inocente, como si realmente fuera incapaz de hacer todo lo que la gente dice que hace.

– es injusto – bufo intentando ocultar mi sonrisa – yo no puedo estar con un magnate, a mí me pone el peligro Axel – le digo con total seriedad – como la mano negra, ese hombre sí que debe ser atractivo, tengo ganas de conocerlo – murmuro con fingido interés.

El no sabe que yo lo sé, por lo que me hace gracia la forma en que su rostro se contrae confuso, eso es una total mentira, es decir, hace tiempo, demasiado quizás, decidí que no quería formar parte de eso, no al menos de forma directa, siempre me llamará la atención, pero vivir como ellos viven es ganarse enemigos diarios, lo peor de todo que ellos no buscan dañarte directamente a ti, no, ellos prefieren hacerte pagar dañando a las personas cercanas a ti, en mi familia el punto de mira soy yo, ni Danna ni Drew han hecho todo lo que yo he hecho para protegerlos, y lo que no me gusta, es que esa gente ya se empiezan a cansar de mi, no pueden conseguir nada de mi, nada de información y por supuesto no consiguen utilizarme como anzuelo, como carnada, por lo que temo que ahora sus víctimas sean mis hermano, mi deber es protegerlos.