— qué hacemos aquí?
De reojo miro a mi hermano y vuelvo a mirar esa casa de dos pisos a unos metros de donde he aparcado el coche, la casa es de color gris, con arbustos bien cuidado al rededor de esta, un mercedes benz está aparcado frente al garage de la casa.
– por qué traemos a este hombre a casa del tío André?– pregunta mirando con el ceño fruncido a Dom.
Aún no dejaba de pensar en su confesión de hace una hora, realmente me tomó por sorpresa, en el poco tiempo que estuvimos juntos lo pasé bien, pero era monótono, es decir, a pesar de esa pose de chico malo, dentro se oculta su lado cariñoso (demasiado), no recuerdo ninguna discusión entre nosotros, odiaba que siempre me diera la razón y cuando lo dejé y me dijo que lo entendía, realmente me dieron ganas de darle un puñetazo, cabe decir que estuve con el porque la atracción sexual era palpable aunque sabía que no haría nada al respecto, nunca me tocó y no creo estar preparada para tener ese tipo de relación con el ni con nadie.
Excepto Axel – me recuerda esa vocecita – y Damon por supuesto - se ríe.
Lo que pasó el otro día no debió pasar, se puede decir que me arrepiento de aquello, crucé la línea y me encargaré que no suceda otra vez, fue un error, pero no era "yo" aquel día, sabía que era Damon, en serio lo sabía, pero mi mente me jugaba malas pasadas confundiendo rostro y mirada, de vez en cuando veía esos esos ojos azules como el cielo de Axel, su sonrisa, pero aún no entiendo cómo es que tolero el toque del castaño y no el de pelinegro, quiero poder tocarlo sin sentir como mi cuerpo o el suyo se tensa de la manera que lo hizo cuando le toqué la mano, incluso antes de conocerlo puedo decir que no soportaba el toque de otros, con Matt era difícil, demasiado, pero con Axel era todo demasiado fácil, no había miedo, me transmitía seguridad y confianza, era como agua en el desierto, sin embargo ahora...todo ha cambiado .
– ese de ahí no es Adam?
La voz de mi hermano me aleja de mis pensamientos y clavo mi mirada en la puerta (ahora abierta) de la casa de mi tío, ahí está el, tan guapo como siempre, vestido de forma informal, ojos marrones claros, detrás de él sale el castaño de ojos verdes, con un polo beige, chaqueta negra y jeans oscuros, ambos hombres hablan unos minutos y a mi me dan ganas de encender el motor y salir de aquí, pero el chico acostado detrás de mí me lo prohíbe, lo último que quiero ahora es ver esa estupida sonrisa porque aunque intente negarlo, el me ganó en la guerra del amor, consiguió romperme más que cualquier otra cosa, David me dañó físicamente y de alguna forma mental también, pero el físico se cura y el mental con ayuda se puede, pero su azaña me rompió el alma y el corazón, eso no se cura, por mucho que las personas digan que si te vuelves a enamorar te olvidaras del anterior, es mentira, siempre estará ahí, la espinita de tu primer amor, se clava en tu parte más sensible y nunca se va, nunca, es un recordatorio de lo feliz e infeliz que te puede hacer un hombre.
– quédate en el coche – ordeno.
No espero su repuesta y salgo del coche antes de que me arrepienta y decida ir a un hospital arriesgándome a que lo encierren en la carcel, lo cual no me parece una tan mala idea y más aún cuando ambos hombres se dan cuenta que me acerco a ellos, tan rápido como los ojos de Adam conectan con los míos, lo aparta desviando la mirada, como si tuviera miedo de que pueda matarlo con mis ojos, en realidad ganas no me faltaba, ahora sin embargo no quiero mancharme con su sangre de hiena.
– no deberías estar aquí – me dice mi tío mirando a ambos lados cuando llego a el – puede que David esté por aquí.
– y tú que sabes de David? – gruño con enfado.
– solo que ha puesto precio a tu captura.
Suelto un suspiro aliviada, lo último que quiero es que todos se enteren de lo que pasó, sé que Adam lo sabe, si Axel lo sabe doy por hecho que su hermano también, quizás nunca debí decirle nada a Matt, fue un error pero ya nada puedo hacer, solo hacerle frente al problema y exterminarlo de raíz y la muerte de David es la solución, creí que ya no tendría más líos después de la muerte de mi abuelo, pero se ve que el karma es un hijo de puta con mucho poder y pensar que no creía en eso.
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Verdades Ocultas
RomanceLa Vegas, el inicio de una serie de malas tomas de decisiones, Sam no era diferente a esas miles de personas que tras un larga noche de borrachera, despertó en cama de otro (lo cual no es una novedad), con un anillo en su dedo anular, no cualquier a...