Nunca habéis estado con una persona que te transmite tanta seguridad que tus miedos y tú incomodidad se esfuman, es como si te traspasara parte de su aura relajada, sientes que con esa persona puedes hacer lo que sea, eso me pasaba, los latidos de mi corazón volvieron a su estado natural, mi cuerpo dejo de estar tan tenso como una cuerda que tiraban de cada esquina y era de pronto liberada, no me siento segura junto a él, pero siento paz, como si las represalias ya no me afectasen.
– tu marido?– me preguntó el de ojos oscuros con una sonrisa que no me gustó nada.
– Axel Scott, marido de esta preciosidad, ¿quién eres tú?– pregunta con recelo.
El de ojos oscuros me mira esperando que responda, pero no sabía que hacer, seguía igual de borracha y no procesaba las palabras con rapidez, me lamenté una y mil veces haber tomado esos tragos como si de agua se tratase.
– Daniel Miles – responde con voz gruesa.
Me sorprendí un poco cuando dijo su nombre, ni yo misma lo sabía, si me lo había dicho en algún momento, no lo recordaba.
– nos veremos pronto, María – dicho eso se fue.
No fue a ningún lugar en particular de la mansión, se dirige a la puerta y desaparece, se ha ido, así como llegó se fue, ahí fue cuando por fin fui consciente de la mano de Axel sobre mi hombro desnudo, con torpeza doy dos pasos al frente dejando su mano suspendida en el aire, aún me sentía incapaz de decir una frase que no sonase estupida o que hiciera que notase cuán borracha realmente estoy.
– wow, quién era ese?– pregunta mirándome fijamente.
Ladeo la cabeza rebuscando en mi mente alguna excusa válida o una mentira que se lo pueda creer, pero nada, estoy blanco y mis ojos viajan a sus labios, sentía que mi cuerpo se tambaleaba pero no estaba segura de ello, tal vez el alcohol hacia que me imaginase cosas.
– sabes lo que es una onomatopeya?– pregunto arrastrando un poco las palabras.
Axel frunce el ceño extrañado por mi pregunta, ni siquiera sé porque le estoy preguntando eso, aunque por lo visto es una buena forma de distraerlo de su pregunta inicial.
– si, pero prefiero que me lo digas tú – sonríe dando un paso.
Ese aroma suyo tan particular inunda mis fosas nasales, menta mezclado con vainilla, siempre me gustó la forma en la que huele, un olor nada común, solo suyo e instalaba sueños húmedos en lo más profundo de mi inconsciente, o tal vez era solo yo que después de probarlo, quería más.
– que significa?– pregunta con una ceja enarcada.
Desvío mi mirada de sus labios y los clavo en esas hipnotizantes ojos azules, buscando algo en ellos que me de una pista de lo que me está hablando.
– que significa el qué?– pregunto con voz cansada, primero con Matt, ahora con Axel, realmente me hacen sentir estupida – quiero...quiero irme a casa – murmuro de pronto más borracha que nunca.
Axel me mira con ambas cejas enarcadas para después soltar una sonora carcajada, a estas alturas no me importa cuantas miradas atraiga con tan escandalosa risa, además que es contagiosa y de un momento a otro me río con el.
(...)
Las horas pasaban y poco a poco el alcohol abandonaba mi sistema, después de algunas cuantas tazas de café, conseguí que el alcohol ingerido no dominase mis acciones, aún estaba un poco "feliz", "achispada" o como quieras llamarlo, pero me sentía bien, puedo caminar con normalidad, aunque siendo honestos, preferiría estar ciega de alcohol después de ver las cuatro personas que entran por esa puerta, todos con una belleza admirable, como si supieran que los observo, ocho ojos se clavan en mi, esas miradas tristes lograban sacarme de paciencia, pero no me iría de aquí solo porque sus presencias me incomodan, sabía que tarde o temprano los vería, más aún después de irme a buscar a mi empresa y mi casa cada día.
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Verdades Ocultas
RomanceLa Vegas, el inicio de una serie de malas tomas de decisiones, Sam no era diferente a esas miles de personas que tras un larga noche de borrachera, despertó en cama de otro (lo cual no es una novedad), con un anillo en su dedo anular, no cualquier a...