Capitulo 2

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Lentamente, Jim eleva las manos en señal de rendición cuando le hago una señal con la cabeza para que lo suelte, el insensato no iba a dar su brazo a torcer, de un salto mi tío se levanta como si nada hubiera pasado y se coloca detrás de mí para después abrazarme con fuerza como si estuviera declarando que yo le pertenezco, no importa, extrañamente ya estoy acostumbrada a eso, y Axel también porque no dice nada y tampoco baja la pistola, sobra decir que la mirada fulminante no va dirigida ni a mi tío ni mucho menos a mi.

– que haces?– gruño.

Sin mostrarse nada intimidado, Jim se da la vuelta para encararlo frente a frente, lo mira fijamente hasta que Axel, con un bufido baja la pistola y lo guarda en el interior de su chaqueta de cuero, (similar a la mía, odié el parecido) tranquilizando a los espectadores que pronto vuelven a sus tontas conversaciones, sin más, sorprendiéndome a mi e incluso a Jim, Axel me coge de la mano y tira de mi hasta que mi cuerpo choca con el suyo, pasa su brazo por mi espalda pegándome más a el, mis manos están sobre sus pectorales de forma que no puedo moverme.

O no quieres, que es diferente.

– si no fuera porque ibas a lado de mi esposa, me replantearía contratarte – comenta como quien no quiere la cosa.

Aún sorprendida miro como su nuez sube y baja cada vez que traga saliva, en como su pecho vibra cuando se ríe por algo que Jim o Kris le dijo, sus labios se movían pronunciando palabras pero mis oídos solo eran capaces de escuchar los latidos de mi corazón, rápido y eufórico, debía parar aquello, por suerte mi cuerpo reaccionó cuando de pronto baja la cabeza y me mira con esos de color zafiro tan penetrantes, puedo ver mi imagen reflejada en su mirada pero eso no fue lo que me hizo empujarlo con brusquedad separándolo de mi, fue más bien la culpa y el arrepentimiento que su mirada reflejaba al mirarme, podía ver dolor y decepción, amor y tristeza, un cúmulo de cosas que hacía que mi estómago de un vuelco y que mi corazón se detenga y vuelva a latir con más intensidad cada cierto tiempo.

– lo ves?– sonríe mirando a Jim que observa la escena con atención – ella es una mujer que se sabe cuidar, pero entre tú y yo – susurra como si no fuera capaz de oírlo – ella es todo lo que necesito, así que cuídala con tu vida, Jim.

No sé en qué momento se intercambiaron los nombres e hicieron una amistad...

En el momento en el que tu quedaste mirándolo con cara de bobalicona.

Sea como sea, que se hayan hecho amigos, es malo, muy malo, no tanto, pero no me gusta, se supone que Jim tiene que saltar encima de Axel e inmovilizarlo para que no se me acerque, pero a partir de ahora lo saludará así sin más, por no hablar que ni siquiera lo negué cuando dijo que era su esposa, ya estamos divorciados, pero comentar eso, ahora, cuando no viene al caso, solo me haría parecer ridicula.

– tu guardaespaldas me cae bien, pajarito.

Suelto un bufido y empiezo a caminar hacia la barra de bebidas, a diferencia de las otras veces que me llamó por ese apodo, este se sentía más personal, más íntimo, no lo decía con doble sentido ni mucho menos, o eso me dio la impresión cuando lo escuché.

Sigues enamorada de él- canturrea esa vocecita burlesca.

Por supuesto que sí, no voy a negar algo tan obvio como aquello, no me voy a olvidar de él de la noche a la mañana, a diferencia de lo que se cree de mi, tengo corazón, si tardé seis años en olvidar a Matt y él cree que nunca me enamoré de él, no me imagino cuánto tardaré en superar a Axel, tal vez veinte años, sonrío antes aquella idea, veinte años es mucho tiempo, demasiado, aunque dudo que tarde demasiado en hacerlo, tal vez nunca llegue superarlo, debería odiarlo, pero simplemente no puedo, por supuesto no olvido lo que me hizo y aún es tan reciente que pensar en ello hace que el alma me duela, no literalmente pero ya me entendéis.

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