Deliciosa, deliciosa, deliciosa.
Mi mente repite una y otra vez esa palabra, se que tengo a mi padre detrás de mí pero no puedo evitar que el deseo en mi interior incremente, es curioso cómo con una sola palabra puede hacer que mi cuerpo entero grite y exija su contacto y más aún cuando con una socarrona sonrisa se aleja un paso permitiéndome cerrar mis piernas, como si mi padre no estuviera detrás de nosotros, me ayuda a ponerme de pie, deposita un beso en mi frente, que en lo que a mi respecta, se sintió más personal que lo de antes y finalmente me obliga a sentarme en mi silla, mi vista vuela hacia mi padre mas aun soy incapaz de decir nada y no estoy segura de querer intentarlo, temo que se me salga alguna tontería mayor, teniendo en cuenta que hace poco discutimos por su falta de sentido paternal.
No compares la atracción sexual que sientes por Damon al amor incondicional que sientes por Axel, pequeña tonta.
– señor Carter, gusto en conocerle – habla Damon con esa voz de total indiferencia con la que lo conocí.
Es como si mi padre le fuera indiferente y el lo nota pues lo fulmina con la mirada pero una vez más, el castaño parece ajeno a esa mirada asesina, no le afecta nada, ambos hombres diferentes desprenden un aura de poder increíble, pero en este caso, diría que el poderío que impone Damon es mayor que el de mi padre, tal vez porque he visto como mata a personas sin siquiera pestañear, mi padre en cambio, eso va en contra de sus principios morales, algo un poco tonto pues está casado con una asesina.
– tú quien eres?– pregunta mi padre con voz dura.
– el guardaespaldas de Sam y...– se detiene en media oración como si estuviera buscando la palabra correcta – podemos llamarlo...un buen amigo.
Eso último lo dice con un tono de voz que da a entender más de lo que dice, mi padre aprieta los puños y yo no puedo hacer más que maldecir en mi interior.
El chico tiene agallas – se burla esa vocesita.
– y tienes apellido o solo eres un bastardo?– pregunta mi padre con malicia.
Me levanto dispuesta a pararle los pies a mi padre, pero Damon niega con la cabeza, no entiendo a que viene todo esto, mi padre no es de esos que atacan verbalmente, no sé nada de la familia de Damon, pero Darío no tiene derecho a especular nada en su contra.
– si hablamos de bastardos, no creo que seas el más indicado de hablar sobre el tema – mi padre da un paso en su dirección pero se detiene de repente cuando Damon pronuncia un nombre – por cierto, Dylan está bien.
Damon sonríe satisfecho por la reacción de mi padre, me gustaría preguntarle sobre "Dylan", quién es o que tiene que ver con mi padre, sin embargo decido callarme, creo que no es momento de indagar en el pasado de mi padre, supongo que tengo problemas más graves del cual hacerme cargo, aunque la espina de la curiosidad acaba de pincharme el dedo.
– Damon ya hablaremos más tarde– le digo con la esperanza que se marche y terminar con todo este mal rollo.
Por suerte así lo hace, me guiña un ojo antes de cerrar la puerta e irse como si no acabase de implantar una gran incógnita en mi cabeza, intento no pensar mal con todo esto, pero la actitud de mi padre lo empeora todo, me mira expectante como si esperase que le dijera algo, si bien es cierto que pedí una cita con el, fue él quien irrumpió en mi despacho sin tocar la maldita puerta, por lo que me quedo en silencio esperando a que se digne a pronunciar una misera palabra.
– no es lo que piensas – con un suspiro me dejo caer en mi sillón – Dylan es hijo de Sarah Evans y David Miles....
En ese momento mi mente desconecta del mundo totalmente, esa última oración hace que todo mi cuerpo se reactive, Sarah y David, David y Sarah, Dylan, Darío, Damon, Kris, Freya, ni siquiera me interesa si ella sabe eso, mi primo, todo esto empieza a ser demasiado duro para mí, es....
ESTÁS LEYENDO
Verdades Ocultas
RomanceLa Vegas, el inicio de una serie de malas tomas de decisiones, Sam no era diferente a esas miles de personas que tras un larga noche de borrachera, despertó en cama de otro (lo cual no es una novedad), con un anillo en su dedo anular, no cualquier a...